EL PALO CON LA ZANAHORIA

 

 Artículo de XAVIER BATALLA   en “La Vanguardia” del  04/12/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Con un muy breve comentario al final:

 EL PALO, LA ZANAHORIA Y EL BURRO "TURBO" (L. B.-B., 8-12-04, 14:00




George W. Bush ya tiene preparada su nueva agenda para el segundo mandato, según anunció esta semana al término de una visita oficial a Canadá, potencia esencialmente blanda. ¿Será la segunda parte como la primera o habrá cambios en el guión? Bush ha sido reelegido con holgura y los republicanos han aumentado su control sobre las dos cámaras del Congreso. ¿Emprenderá Bush, en este contexto, un viaje hacia el centro? El centro, como demostró Aznar en su segundo mandato, no es un lugar fácil de situar políticamente. Pero los neoconservadores, con sus fantasías iraquíes, parece que cotizan a la baja.

Bush se ha fijado tres objetivos: la construcción de instituciones multilaterales para dar juego a la diplomacia y buscar un consenso, la lucha contra el terrorismo y la propagación de la democracia. Es más: uno de sus asesores ha puntualizado que los principales desafíos -Irán, Corea del Norte, el conflicto palestino-israelí y la proliferación nuclear- deben ser resueltos pacíficamente. ¿Es éste el primer Bush o es que lo han cambiado?

Otra fuente oficial ha explicado la aparente metamorfosis. "La diplomacia es esencial para consolidar los beneficios obtenidos en el primer mandato", ha dicho, cuidándose mucho de reconocer que la ausencia de legitimidad internacional se ha convertido en un obstáculo para la misión del presidente. Aún está por comprobar, sin embargo, si Bush ha cambiado. En Canadá hizo un guiño al multilateralismo, pero criticó a la ONU al tiempo que estrechaba el cerco sobre Kofi Annan, secretario general de la organización más multilateralista; apuntó al terrorismo, pero subrayó que el único obstáculo para llegar a la paz en Palestina es la ausencia de democracia entre los palestinos; y si renovó su compromiso con la democracia, olvidó que el príncipe heredero saudí y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, demócratas de toda la vida, son invitados a Crawford.

El mundo está dividido entre satisfechos por la reelección de Bush; perdedores, incluidos Kofi Annan y la ONU, y los que han sido enviados al limbo para que ref lexionen. Satisfechos parecen estar los dirigentes chinos, al igual que el presidente ruso, Vladimir Putin, y los líderes de Asia central y de Europa central y oriental. Pekín hace tiempo que comprobó que todo nuevo inquilino de la Casa Blanca, especialmente si es demócrata, pretende ser más duro con China, sobre todo en materia de derechos humanos. Por eso los chinos, pragmáticos, se convencieron de que más vale loco conocido que sabio por conocer. Putin tiene otras razones. La guerra contra el terrorismo permite que Bush mire hacia otro lado cuando se trata de Chechenia. Los dirigentes de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central tienen parecidas motivaciones para estar contentos, ya que Bush no se pondrá pesado con los derechos humanos.Y el georgiano Mijail Saakashvili, de formación estadounidense, está tan satisfecho como sus colegas de Polonia, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Lituania, Letonia y Estonia, que, si pudieran, pedirían el ingreso en Estados Unidos.

Los peligros abundan, para Bush, en Oriente Medio, donde la excepción es Sharon. En primer lugar, el régimen iraní, que marea la perdiz con su programa nuclear; y después, Siria, que tiene todos los números para convertirse en objetivo, y Sudán. En el primer mandato de Bush, caracterizado por el unilateralismo, Iraq separó a Europa de Estados Unidos. En la segunda parte, la prueba del nueve probablemente será Irán. Esta semana, la Agencia Internacional de la Energía Atómica se ha felicitado por la iniciativa iraní de suspender su programa de enriquecimiento de uranio, al que no renuncia. Y el régimen iraní ha cantado victoria, ya que la resolución del organismo internacional respalda el pacto entre Teherán y los gobiernos de París, Londres y Berlín. Pero Washington se declara escéptico, convencido de que la zanahoria europea acabará fracasando.

Los líderes de la vieja Europa están en el limbo, mientras América Latina, sin terrorismo que alarme, salvo el caso de Colombia, puede caerse de la nueva agenda. Europa confía en el regreso estadounidense a la diplomacia, pero no sabe a qué atenerse. Theodore Roosevelt, realista, prefirió el palo, aunque hablara suavemente, y Franklin Rooosevelt, idealista, optó por la buena vecindad, es decir, la zanahoria. Bush, que se levanta idealista y se acuesta realista, tiraría por el centro: no renunciará al palo, que es el cambio de régimen, pero probará la zanahoria.

 

EL PALO, LA ZANAHORIA Y EL BURRO "TURBO" (L. B.-B., 8-12-04, 14:00

 

Los primeros días de clase, a los alumnos primerizos siempre les traslado un esquema teórico sobre el poder y los sistemas políticos. Y los conceptos teóricos generales de incentivos positivos y negativos, o de tipos de poder, siempre los acompaño con el ejemplo del burro "turbo", que me parece útil pedagógicamente:

Los burros se gobiernan con anteojeras y riendas, complementadas con palo en el trasero o zanahoria en el hocico. Pero si, además,  se combina simultáneamente el palo con la zanahoria, el burro se hace "turbo", pues la intensidad de la motivación se incrementa. Pero incluso en el caso de los burros "turbo" se puede incentivar más al animal aumentando y/o reduciendo la distancia de la zanahoria con respecto al hocico y la intensidad y frecuencia del palo en el trasero.

Bueno, pues estas imágenes de sentido común me sirven para utilizar la analogía al servicio de la pedagogía y el conocimiento científico. Claro está que inmediatamente, a renglón seguido de estas imágenes del mundo animal, introduzco las ideas de la dignidad humana y  la libertad, y las complemento con la noción de cultura política, hablándoles de que los humanos actuamos por motivaciones más complejas que las del burro, como son las creencias, la ética, y la ideología, que en muchas ocasiones constituyen fuerzas más potentes que los incentivos más mecánicos.

En fin, este breve comentario anecdótico sobre interacción me sirve para comunicarles a ustedes, mis lectores, nociones más complejas que las al uso de la teoría de la "elección racional" o de la política internacional.

Por si pueden resultarle útiles a alguno que pase por aquí, y sin que ello desmerezca el buen trabajo de un periodista como Xavier  Batalla, del que siempre aprende uno al leer sus artículos.