LAS CONSPIRACIONES DE LA IZQUIERDA

 

 Informe de Esteban Hernández en “El Confidencial Com” del 25.04.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Los hechos ocurridos desde el 11 de septiembre de 2001 han sido explicados en Occidente desde perspectivas muy diferentes. El enigmático Martín Alonso pasa revista a algunas de sus lecturas, especialmente a las conspiratorias, en 12 de septiembre, La guerra civil occidental, el ensayo que ha publicado Gotaagota, la editorial de FAES, el think tank dirigido por José María Aznar. El texto está prologado por Álvaro Vargas Llosa.

El libro no ahorra, claro está, encendidas críticas a figuras como Michael Moore, Jean Baudrillard o Noam Chomsky. Pero también entra a refutar hostilmente tesis conspirativas muy diferente calado, como las de Thierry Meyssan (autor de La gran impostura, ningún avión se estrelló en el Pentágono), o las acusaciones de que detrás de los atentados estaba el gobierno estadounidense comandado por Bush, o que éste robase las elecciones de 2000 a Al Gore amparado en una decisión del Tribunal Supremo. 12 de septiembre utiliza para ello argumentos muy frecuentes en el entorno neoconservador estadounidense a la hora de analizar las ideas que han circulado en los últimos años por los medios de masas, ya fuese por los más prestigiosos o por los marginales.

Sin embargo, la idea primera del autor no era confrontar estas teorías con la realidad, sino resaltar hasta qué punto han penetrado en el suelo social. “No se trata tanto – afirma Martín Alonso- de compilar estas creencias para darles contestación, sino de que me había llamado la atención cómo la opinión pública occidental acogía las presuposiciones de estos intelectuales, lo que me pareció ilustrativo de un estado de cosas”. De hecho, el libro tiene su origen justo cuando las torres del World Trade Center caen; lo que Martín Alonso dice escuchar entonces por boca del ciudadano medio, que los atentados son la respuesta a las agresiones de EEUU al mundo árabe y a los palestinos en particular, es lo que le mueve a redactar una obra que se enfrente a esa clase de opiniones.

“Cuando mis compañeros de trabajo hablaban de cómo los americanos se merecían el 11-S porque oprimían a los palestinos, robaban sus riquezas y mataban a sus niños, empecé a darme cuenta de que esas visiones no funcionaban sólo en los márgenes de nuestra sociedad, sino de que eran lo que creía la mayoría de la gente. Pronto me di cuenta de que aquello que contaban los medios de comunicación y sus intelectuales había arraigado ampliamente en la opinión pública”.

Por eso insiste Alonso en personajes como Norman Mailer, Gore Vidal y Michael Moore, ya que reflejan, en su opinión, hasta qué punto la cultura occidental está corrompida por las visiones de izquierdistas radicales. “Con el libro no pretendía recopilar teorías de la conspiración para darles réplica sino que me refiero a ellas porque son ilustrativas de la opinión intelectual occidental. Porque puede que Thierry Meyssan sea un autor marginal (no se le había oído antes, no se le ha vuelto a oír después) pero escritores como Normal Mailer o Gore Vidal son Premios Pulitzer, figuras reconocidas de la cultura americana; no estamos hablando, pues, de teorías de la conspiración lanzadas por gente de la extrema izquierda sino por personajes que están en el centro de nuestra cultura y de nuestra creación de opinión”.

Martín Alonso encuentra un origen común para esa clase de ideas en la contracultura californiana de los años sesenta. “La generación que ahora mismo conforma las élites del pensamiento y de la política, y que las ha conformado durante los últimos 10 ó 15 años, creció en los 60 y se empapó de la contestación cultural radical existente en ese momento. Y esas élites, que son las crean opinión e influyen notablemente en el pensamiento genérico de la gente, están muy influidas por una serie de ideas y actitudes que se gestaron en el secularismo radical de los sesenta. Lo peculiar es que esa contracultura se ha vuelto ahora statu quo”.

La globalización más efectiva

Por esas mismas razones, el ensayo contiene escasas referencias a la actualidad española: “La mayor parte de mis fuentes son norteamericanas porque casi todo el pensamiento que se desarrolla en Europa se gesta en universidades americanas, cuyos intelectuales son los más vendidos en Europa. Y los argumentos que utilizan son los que forman la base y la arquitectura de todo el pensamiento antiamericano en Europa”.

Lo que probaría que “la globalización más efectiva no ha sido aquella de la que se hablaba tanto, la de Microsoft y McDonalds, sino esta de la visión estratégica de la yihad: el hombre medio occidental tiene una perspectiva que está más cerca de lo que piensa Bin Laden que de una persona con la que comparte nociones comunes al otro lado del Atlántico. Y es que lo que se ha globalizado no ha sido el capitalismo”.

Podría pensarse, desde esta perspectiva, que la responsabilidad de este estado de opinión, como se ha venido señalando desde entornos neoconservadores, es de grandes grupos mediáticos cuyas posturas terminan arraigando en la mentalidad común. Pero Martín Alonso va un paso más allá: “No tiene que ver con que el New York Times sea muy leído en EEUU o con que Prisa domine en España. Hay una cierta cultura que es común a quienes realizan tareas académicas o periodísticas. De hecho, en todas las grandes ciudades americanas la cultura periodística es una y la misma; igual ocurre en el Reino Unido. Y también en España; salvo alguna mínima excepción, el tratamiento de la actualidad que hace la prensa española es más o menos el mismo: siempre muy sesgada en sentido hostil hacia Estados Unidos e Israel”. Alonso no ve, así, particularidades significativas en nuestro país, tampoco en lo político: “No me parece que la generación española en el poder tenga una idiosincrasia que la separe de lo que ocurre en otros países europeos”.

Para Martín Alonso, como para la mayoría de los neoconservadores estadounidenses y europeos, el conflicto de civilizaciones está instalado dentro de nuestra cultura y la conforma. Todos ellos entienden que esta sociedad en transición trata de acabar con los valores tradicionales y es en ese terreno de juego donde deben librarse las batallas contra lo que consideran los tres pilares del enemigo: el antiliberalismo, antiamericanismo y el antisemitismo. Porque, como afirma en el prólogo Álvaro Vargas Llosa, “la verdadera guerra no la libran las sociedades libres contra el fundamentalismo islámico sino que se libra entre dos bandos de la misma sociedad (...) No es la lucha del Islam contra el Cristianismo sino la del Occidente contra el Occidente mismo”.