DEBATE SOBRE EL ESPECTRO DE BIN LADEN

Artículo de José Javaloyes  en “Republica.com” del 3 de  mayo de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Naturalmente no ha sido la melonada de Gaspar Rodríguez Llamazares sobre la muerte de Osama Ben Laden lo más notable entre los comentarios que ayer saltaban a los medios, puesto que tildar de crimen de Estado la operación militar que ha limpiado el mundo de un personaje de esta ralea, no pasará a los anales de la ecuanimidad ni de la perspicacia. Mejor ha quedado tan fantasmal, criminal y escurridizo personaje que su improvisado apologeta, cuando se negó a rendirse y de tal manera se ofreció a que lo pasaportaran. Fue consecuente y coherente, aunque tampoco lo suyo fuera “un bel morire”, como eso de que “tuta una vita honora”.

Pedir para quien agredió a Estados Unidos, destruyendo dos de sus Embajadas en África y derribando las Torres Gemelas neoyorquinas y atacando al Pentágono, en una más que cumplida declaración bélica, garantías procesales como si se tratara de un delincuente ordinario y no un criminal de guerra de condición genocida, es cosa que está entre no saber qué se dice y tomar por imbéciles a cuantos dirige sus reflexiones. Con una izquierda de este porte no se va a ninguna parte. De tan estúpido, el discurso de Rodríguez Llamazares se torna irrelevante.

Nada irrelevante ha sido, sin embargo, la condena de la muerte y el elogio de Ben Laden hecho por Haniya, el preboste de Hamás en la Franja de Gaza, que ayer suscribía en El Cairo con Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) la reconciliación con la OLP para la formación de un Gobierno de unidad nacional. Con ello –sobre el papel – se cierra un periodo de enfrentamiento, que se abrió con la victoria electoral de los islamistas en Gaza y que ahora cierra – sobre el papel también – el ciclo de negociaciones que se seguían con el los Gobiernos de Israel para la creación del Estado Palestino. Al menos así lo había avisado días atrás Benjamín Netanyahu, el Primer ministro israelí.

El alineamiento concreto de Hamás con la figura y con la causa de Osama Ben Laden, además de desarrollar las razones de Netanyahu para cortar amarras en las negociaciones con el nacionalismo árabe de Al Fatah y la Organización para la Liberación de Pelstina, tiende en cierta manera un puente entre el islamismo patrocinado por Irán y el mundo que representaba el liquidado Califa del Terror.

No había trascendido hasta el presente la existencia de nexos o sintonías entre unos y otros islamismos radicales. Ahora sí, una vez establecido ese puente, y ello alerta en dos direcciones. De una parte, respecto de las relaciones de la OLP con el nuevo poder en Egipto, donde el islamismo ha pasado a tener vara alta; y de otra, tras la firma de la reconciliación entre la OLP y Hamás, la dicha anunciada suspensión de las negociaciones judeo-palestinas.

Contra la percepción de algunos en el sentido de que la fuerza del cambio árabe ha comido presencia a Al Qaeda, relegándola a un segundo plano, hay que considerar como muy probable, tal como otros hemos insistido, que este islamismo actualmente descabezado puede tener una presencia muy activa dentro del proceso revolucionario que cunde por el norte de África y el Oriente Próximo. Es muy pronto, en todo caso, para derivar conclusiones ya sobre el espectro del Califa muerto.

El odio anti-occidental, como la energía, ni se crea ni se destruye; solamente se transforma.