REVOLUCIÓN
Artículo de Xavier Mas de Xaxàs, Periodista, en su blog, el 24-7-06.
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
La nueva guerra entre Israel y 
Líbano puede marcar el inicio de una revolución pendiente, tal vez la gran 
revolución del siglo XXI, un alzamiento inspirado en la revolución iraní de 
1979, que afectará al Creciente Fértil igual que al norte de África y el levante 
Mediterráneo, así como al Cáucaso, Asia Central, el subcontinente indio y el 
sudeste asiático. 
Los enemigos de Israel ya no son los países árabes, sino organizaciones 
sociales, urbanas, religiosas, muy bien asentadas en los barrios más deprimidos 
de las grandes ciudades, con una fuerte vocación benéfica y una gran autonomía 
financiera. Hamas en Palestina, Hezbollah en Líbano y los Hermanos Musulmanes en 
Egipto son tres pilares sobre los que se edifica una resistencia, cada día más 
poderosa, frente a las oligarquías locales y los socios extranjeros –económicos, 
políticos y militares- sin los que no se aguantarían. 
Esta resistencia construye sus argumentos con los errores cometidos por la 
diplomacia occidental en los últimos años. Cuesta recordar un periodo tan malo y 
perjudicial para el interés colectivo, tan dominado por el populismo de los 
dirigentes políticos y tan estéril en estrategias sensatas: las mentiras en la 
ONU para justificar la invasión de Iraq, la convicción de que la caída de Saddam 
desencadenaría una oleada de libertad y democracia que sería irresistible para 
los países musulmanes, el apoyo a Al Fatah a pesar de la corrupción que envuelve 
a la organización palestina, el desprecio de Hamas y la consiguiente asfixia 
económica de la población de Gaza y Cisjordania, el fortalecimiento de Arabia 
Saudí a cambio de su petróleo, el doble rasero cuando se trata del 
fundamentalismo promovido por las ricas dinastías del Golfo o por los grupos 
radicales nacidos en las urbes de la masificación y la pobreza, el bloqueo al 
ingreso de Turquía en la Unión Europea y el engaño de la guerra global contra Al 
Qaeda. 
No existe la guerra global contra Al Qaeda del mismo modo que no existe el 
terrorismo global de Al Qaeda. Lo que existe son terrorismos locales, más o 
menos afines a Al Qaeda, que golpean, ante todo, por razones pragmáticas, es 
decir, porque sus dirigentes aspiran al control político y económico de un 
territorio. 
La diplomacia estadounidense, en su afán por transformar el mundo, nos hace 
creer en conceptos tan arcaicos como las cruzadas, y la superioridad moral y 
religiosa de Occidente. El mesianismo de la Casa Blanca nos vende la guerra 
global, cuando, en realidad, lo que realiza EE.UU., es una guerra preventiva, 
donde combina acciones ofensivas y defensivas. Su objetivo es proteger sus 
fronteras y sus rutas de comerciales. 
Hezbollah, por su parte, no pretende transformar el mundo. Lo que quiere es 
controlar Líbano y para ello cuenta con el apoyo de Siria, que siempre ha 
considerado que el Líbano le fue injustamente amputado cuando se dibujaron las 
fronteras del post colonialismo. 
Hezbollah ha encontrado su hueco en la ineptitud de Occidente, sobretodo en 
Europa y, especialmente, de Francia, para fortalecer Líbano después de la doble 
retirada –israelí y siria- de su territorio. 
Beirut, en este sentido, es Sarajevo, otra ciudad multicultural, multireligiosa 
y multiétnica que Occidente deja arder sin mover un dedo. Fue la inoperancia de 
la Unión Europea la que dio alas al radicalismo nacionalista serbio en 
Bosnia-Herzegovina, del mismo modo que ahora se lo ha dado al radicalismo 
islámico de Hezbollah en Líbano. La Europa de la unificación alemana y el estado 
de bienestar no se reconoce a sí misma. 
Israel tiene derecho a defenderse del terrorismo y a vivir dentro de unas 
fronteras seguras. Sin embargo, la vieja fórmula de paz por territorios ya no 
funciona. Las retiradas de Gaza y Cisjordania, así como la del sur de Líbano, no 
han servido de nada. Israel no volverá a ceder. El muro que encierra a los 
territorios ocupados evidencia que no habrá coexistencia con Palestina. Es más, 
Palestina está condenada a convertirse en un conjunto de bantustanes, guetos 
raciales, sin ninguna viabilidad económica, dependientes de la ayuda 
internacional y a merced de la seguridad interna de Israel. 
Hasta ahora, las guerras, siempre rápidas, en las que participaba Israel 
provocaban un nuevo equilibrio, garantizado casi siempre por una fuerza 
internacional. Se recuperaba, así, cierta sensación de cohabitación. Ha sido en 
estos periodos de convivencia forzada en los que se ha podido ir más lejos en el 
proceso de paz. 
Ahora, sin embargo, todo es distinto. El proceso de paz murió hace seis años en 
Camp David. Lo enterró la negativa de Yasser Arafat a aceptar el mejor acuerdo 
que se había ofrecido nunca al pueblo palestino. La mitad del Gobierno 
palestino, elegido democráticamente en las últimas elecciones, está encarcelado 
en prisiones israelíes. 
Hezbollah, al igual que Hamas, no es un estado: es un movimiento social y 
político, armado hasta los dientes, que utiliza el terrorismo para obtener 
poder, y que tiene su estructura incrustada en el tejido que forman los clanes 
chiíes. Por eso mueren tantos civiles. El 90% de las 400 víctimas libanesas, son 
civiles, según una estimación del gobierno en Beirut. Israel destruye mezquitas 
porque sospecha que allí se guardan armas y se esconden milicianos. Por la misma 
razón, dispara contra columnas de refugiados. 
Las imágenes de esta violencia fortalecen las bases que nutren a Hezbollah, 
Hamas, los Hermanos Musulmanes y otras organizaciones radicales. Sirven, 
asimismo, de combustible ideológico para los bandos enzarzados en la guerra 
civil iraquí. 
Caos, violencia y tragedia. ¿Qué más se necesita para poner en marcha la 
revolución pendiente? 
UNA 
RESPUESTA EN EL BLOG, 25/07/2006 - 10:11 horas - 
zvi 
- tel-aviv - israel
Me parece que el concepto esta equivocado.No estamos en el comienzo de una 
revolucion,como las que hemos conocido.Estamos en el comienzo de una nueve 
guerra mundial,economica,cultural,social y religiosa. El fundamentalismo 
islamico,ha declarado publicamente su deseo de exterminar el mundo 
occidental,cristiano y su civilizacion. Israel es solamente la excusa y el punto 
debil.