EL INFORME SOBRE LA MUERTE DE HARIRI SEÑALA AL CUÑADO DE ASAD

 

La oposición siria se une en un movimiento sin precedentes para pedir un «cambio democrático y radical» en el país

 

Reportaje de MONICA G. PRIETO   en “El Mundo” del 20.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el reportaje que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 


JERUSALEN.- Pese al secretismo que ha rodeado la investigación de Naciones Unidas para esclarecer el asesinato del primer ministro libanés Rafic Hariri, cuyos resultados serán presentados mañana al secretario general Kofi Annan, las primeras filtraciones acusan directamente al entorno del presidente sirio, Bashar Asad. Según el semanario alemán Stern, el cuñado del líder baazista y jefe de la Inteligencia militar siria, Assef Shawkat, considerado uno de los principales hombres de confianza de Asad, ha sido interrogado por el equipo de la ONU como sospechoso, y no como un simple testigo. Se da la circunstancia de que Shawkat, casado con la única hermana de Asad, Bushra, fue designado responsable de la Inteligencia militar el pasado febrero, el mismo mes en que el convoy de Hariri saltaba por los aires matando en el acto a 21 personas, aunque su nombramiento no se hizo público hasta cuatro días después del magnicidio.

Stern no cita fuentes ni aclara dónde ni cuándo fue cuestionado, aunque parece que el interrogatorio tuvo lugar en Europa. Shawkat no sería el único, según el semanario alemán, en haber sido declarado sospechoso del atentado que conmocionó a la sociedad libanesa hasta el punto de desembocar en la Revolución de los cedros, la ola de protestas populares que consiguió que Siria replegara sus tropas poniendo fin a 29 años de ocupación militar. Otros cuatro responsables sirios de la decena que ha comparecido ante el equipo dirigido por el juez alemán Detlev Mehlis también serían considerados sospechosos de participar en el crimen, según Stern, entre ellos Rostum Ghazaleh, el ex jefe de la Inteligencia siria en el Líbano. Su antecesor en el cargo, Ghazi Kanaan, quien durante 20 años movió los designios del país de los cedros con total impunidad decidiendo incluso el curso político libanés, figuraba igualmente en la lista de presuntos implicados hasta que hace nueve días se suicidara, voluntaria o asistidamente, en su despacho del Ministerio del Interior en Damasco.

La pista de Shawkat pareció cobrar fuerza ayer, cuando la Justicia libanesa solicitó a París la extradición de uno de sus colaboradores, considerado un testigo estrella del magnicidio. Se trata de Zuheir Mohamad Asediq, que trabajaba para la Inteligencia militar siria y estaba presente en la Corniche, el paseo marítimo de Beirut donde se produjo el atentado. Según el diario libanés An Nahar, Asediq es acusado de «complicidad en todos los crímenes [vinculados] al asesinato de Hariri».

La presentación del llamado informe Mehlis, que de acusar a Siria podría desembocar en la aprobación de sanciones contra Damasco por parte del Consejo de Seguridad, es esperado con ansiedad en el Líbano. Ayer se supo que el director del Centro de Información de la ONU en Beirut ha sido evacuado temporalmente del país por razones de seguridad. Por su parte, el denostado Bashar Asad insistió ayer en una entrevista al semanario alemán Die Zeit en que Siria «es inocente al 100%», pero las cosas cada vez pintan peor para el régimen de Damasco, al que además EEUU acusa de entrenar y financiar a los yihadistas que atraviesan sus fronteras para combatir en Irak y de apoyar a grupos armados como Hizbulá, Hamas y Yihad Islámica.

Ante la posibilidad cada vez más inminente de una intervención, ya sea política o militar, que desestabilice a Siria, la oposición de este país, dividida y debilitada dada la persecución política a la que es sometida por el régimen, se ha unido en un gesto sin precedentes para redactar la llamada Declaración de Damasco, mediante la cual invita a la sociedad civil a pedir, mediante medios pacíficos, un «cambio democrático y radical» en el país rechazando «reformas parciales». Entre los firmantes se encuentran, según el diario libanés L'Orient Le Jour, grupos de diversa obediencia política como la Unión Democrática Nacional (que incluye cinco partidos prohibidos) comunistas, nacionalistas, liberales, kurdos y personalidades independientes.

«Siria atraviesa más peligros de los que nunca ha conocido a causa de la política del régimen», reza el texto. Por ello, la oposición insta al pueblo a emprender una «operación de salvamento» de forma «pacífica y gradual» que facilite la transición «a un régimen democrático», o lo que es lo mismo, a lanzar una revolución social como la que acabó con la ocupación siria del Líbano.