OBAMA DA ALAS A MCCAIN AL APOYAR SU TÁCTICA EN IRAK

 Informe de Pablo Pardo. Especial para “EL MUNDO” del 06 de septiembre de 2008

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con una apostilla a pie de título:

¿ES EL COMIENZO DEL FIN?

¿Se acaba el predominio de la irresponsabilidad frivola y facilona?

MCCAIN, yes; pero, ¿qué sucedera en España en el 2011, con el PP pasteleando?

(Luis Bouza-Brey, 6-9-08, 7:00)

El demócrata cuestiona una de sus políticas centrales al admitir que el aumento de tropas «fue un éxito más allá de los sueños más locos»



Saint Paul (EEUU).- Doscientos millones de dólares (135 millones de euros), un salto en las encuestas que podría llevarle al empate con su contrincante, Barack Obama, y una súbita confusión entre sus rivales. Esas parecen ser las tres consecuencias para John McCain de la Convención del Partido Republicano que se clausuró el jueves por la noche en Saint Paul, en el Estado de Minnesota.

Por si no fuera suficiente el éxito de un acto que se preveía iba a ser incapaz de competir con la coronación de Barack Obama en Denver, la semana pasada, McCain ha recibido un inesperado regalo de su rival. El jueves, en una entrevista retransmitida por la cadena de televisión Fox News, el candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos admitió que el aumento de tropas en Irak llevado a cabo por George W. Bush a instancias de McCain «ha sido un éxito que ha ido más allá de nuestros sueños más locos». Con esa afirmación, Obama ponía en tela de juicio una de las líneas políticas centrales de su discurso y del de su número dos, Joe Biden: la única solución a la Guerra de Irak es la retirada ordenada de la mayor parte de los soldados de Estados Unidos de ese país.

Obama trató de matizar su afirmación añadiendo que «ese éxito ha llegado en un grado que no había sido anticipado por el presidente Bush y otros defensores» de la decisión. Pero semejantes matices no sirven con Bill O'Reilly, el periodista que realizó la entrevista, famoso en Estados Unidos por frases de la sutileza de «me hubiera gustado que el huracán Katrina hubiera pasado por la sede de la ONU».

Y tampoco por la campaña de McCain. Ayer, el candidato republicano ya estaba utilizándola en un mitin conjunto con su número dos, la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, en los suburbios de la ciudad de Milwaukee, en el Estado de Michigan. «Obama se opuso a la escalada diciendo que «estaba condenada al fracaso»», dijo Palin, que parece estar a gusto en el papel de perro de presa en la campaña de McCain, acaso porque ella misma ya se autodefinió como «un pitbull con barra de labios» el jueves, ante 15.000 personas en Saint Paul y 38 millones de espectadores a través de la televisión.

La escalada de la Guerra de Irak fue defendida por McCain mucho antes de que Bush la llevara a cabo, en diciembre de 2007, y consistió en el envío de más de 20.000 soldados adicionales, con lo que EEUU llegó a tener cerca de 180.000 militares en ese país. En la actualidad, el número de estadounidenses muertos en el país ha caído en más de un 75%, y EEUU planea su retirada total del país en 2011. El cambio en Irak ha sido tan grande que en la actualidad son más los soldados estadounidenses que mueren en Afganistán que los que caen en la antigua Mesopotamia.

La metedura de pata de Obama con O'Reilly ha vuelto a poner de manifiesto los problemas del candidato demócrata en el cuerpo a cuerpo, que puede ser su talón de Aquiles cuando dentro de tres semanas se celebre el primer debate presidencial. Sobre todo porque, como demostró ayer en su mitin en Milwaukee, John McCain está crecido. El candidato republicano tiene un lenguaje gestual mucho más directo, parece haber rejuvenecido y está mostrando un entusiasmo en sus discursos del que hasta ahora carecía.

Ciertamente, no le faltan motivos para el optimismo. Los primeros sondeos acerca de la reacción popular al discurso de Palin, en el que la candidata a la vicepresidencia dio un recital de oratoria sólo equiparable a los de Barack Obama, revelan que la gobernadora de Alska se ha hecho rápidamente un hueco en el corazón electoral de los estadounidenses.

Ayer, Gallup informaba de que el jueves -un día después del discurso de Palin-, McCain había recortado tres puntos respecto a Barack Obama, con lo que se situaba con una intención de voto del 44%, frente al 48% de su rival. Aunque esos datos son todavía demasiado fragmentarios, pueden marcar el inicio de un importante rebote de McCain en las encuestas.

Aún más espectacular era otro sondeo de la cadena de televisión CBS que ponía a John McCain y a Barack Obama igualados, con un 42% de la intención de voto. En los Estados decisivos -Michigan, Ohio, Pennsylvania, Florida, Nuevo México, Colorado y Nevada- ni Obama ni McCain siguen sin romper sus empates.

El optimismo republicano no sólo llega al electorado. También va a la cartera. La campaña de McCain espera poder contar con 300 millones de dólares para la campaña de aquí al 4 de noviembre, el día de las elecciones, según informaba ayer la agencia de noticias Bloomberg. Es una cifra inferior en 100 millones de dólares a la de Obama, pero aún así superior a lo que todo el mundo esperaba con que podría contar McCain.

Con semejante cambio de escenario, los demócratas están teniendo que rehacer su estrategia. Por ahora, todo indica que Obama va a ignorar totalmente a Palin, para no darle todavía más publicidad, y va a centrar sus ataques en McCain. El plan del senador por Illinois es dejar que la candidata a la Vicepresidencia se estrelle ella sola debido a su inexperiencia. Pero, en privado, los demócratas admiten que, con el fichaje de la gobernadora de Alaska, McCain ha puesto la campaña patas arriba. Como explicaba el jueves por la noche un asesor de Obama que no quería dar su nombre: «Si hubiéramos sabido que iban a elegir a alguien como Palin, no habríamos elegido a Biden como candidato a la vicepresidencia».