CON MÁS PERSPECTIVA

 

 Artículo de Florentino Portero, en “ABC” del 22.08.06.

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Iraníes, sirios y dirigentes de Hizbolá parecen tenerlo muy claro: la victoria corresponde a las milicias islamistas. ¿Estamos frente a un ejercicio de propaganda o ante un análisis sincero? Si valoramos las bajas de ambos contendientes, sus pérdidas de material y lo que han sufrido sus posiciones, está claro que la superioridad israelí es total. Es verdad que los milicianos chiítas han lanzado cada día decenas de misiles sobre suelo israelí. Tan cierto como que eran de tecnología muy primaria y que el daño real ha sido limitado.

Para entender su perspectiva tenemos que ir más allá de un análisis militar, porque la guerra contra el terror es algo más que una guerra convencional.

Hizbolá, un ejército privado, ha sido capaz de mantener un pulso con Israel, lo que implica un aviso a la sociedad libanesa sobre los límites de su proceso de democratización, un recordatorio al Estado judío sobre la vulnerabilidad de su frontera norte, y un anuncio al conjunto del mundo árabe de la existencia de una vía, la que ellos representan, para liberarse de la supuesta opresión de Occidente. Siria e Irán han mostrado que tienen capacidad para abrir nuevos focos de tensión cuando lo consideren oportuno. En el plano diplomático, esta última semana ha sido enormemente ilustrativa de cómo se va a interpretar la resolución 1.701.

Desde la oficina del presidente del Gobierno libanés se nos ha aclarado que ellos no piensan desarmar a Hizbolá. Es decir, que están dispuestos a ignorar olímpicamente el mandato principal de la resolución. Todo lo más, negociarán con la milicia para que no saquen las armas a la calle. Ni se va a perseguir a sus miembros ni se van a buscar sus arsenales.

Francia sufrió un colapso cuando el Ministerio de Defensa dejó bien claro que la resolución era una chapuza y que bajo esos términos era inviable mandar tropas. Eso lo afirmaba un miembro del mismo gobierno que había negociado su texto, apuntándose el éxito, proponiéndose como líder de la fuerza y anunciando el envío de cinco mil hombres.

En el caso de que se llegue a un nuevo acuerdo que especifique más claramente cuál es el marco de actuación de la fuerza multinacional, el hecho capital continuará siendo su dependencia de la voluntad de un gobierno, y ya ha anunciado que no tiene voluntad de cumplir la resolución. ¡Cómo no van a sentirse victoriosos Hizbolá, Siria e Irán! ¡Han logrado que el Consejo de Seguridad imponga un alto el fuego que sólo les beneficia a ellos!

Franceses, italianos y españoles se convertirán en una fuerza sin misión clara, protegiendo, de hecho, a Hizbolá hasta que a esta organización terrorista le convenga volver a la acción, momento en que se encontrarán en el lugar menos apropiado.