UN BUEN EJEMPLO

 

 Artículo de Florentino Portero en “ABC” del 29.08.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

La reunión el pasado viernes en Bruselas entre el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y los dirigentes europeos sobre la Fuerza de Interposición resulta extraordinariamente ejemplar para entender lo que a día de hoy representan tanto el Consejo de Seguridad como la Unión Europa en la escena internacional.

Tras la crisis provocada por el Ministerio de Defensa francés, al rechazar los términos del despliegue, se ha llegado a un acuerdo político entre Naciones Unidas y Unión Europea que deja en el aire muchos problemas técnicos pero que aclara el fin último de la misión.

En palabras de Kofi Annan, ni la fuerza de interposición ni el Ejército libanés intervendrán en el desarme de Hizbolá. El fin de las milicias chiíes será el resultado de un proceso político interno animado por el propio Gobierno. Pero, ¿por qué razón querría Hizbolá desarmarse?, ¿por qué hacerlo cuando su posición política es más fuerte que nunca y la de sus rivales más débil?, ¿desde qué posición de fuerza actuará un Gobierno del que forma parte el grupo terrorista?

La fuerza tampoco se desplegará en la frontera con Siria para impedir el tráfico de armas. Según la resolución 1.701, esa opción debía ocurrir sólo a petición del Gobierno libanés, pero ahora ya se reconoce que era una fórmula para obviar lo evidente: que el Gobierno libanés no pedirá esa presencia por la negativa de Hizbolá y las amenazas sirias.

Si no va a buscar los arsenales ni a vigilar la frontera con Siria ¿qué va a hacer la fuerza de interposición más allá de situarse entre las dos partes en conflicto? Aparentemente dos cosas, impedir que los milicianos de Hizbolá salgan a la calle armados y que los aprovisionamientos desde Siria se realicen sin tapujos. ¿Era ése el sentido original de la Resolución? ¿Es éste el camino para resolver el conflicto?

¿Qué sentido tiene aprobar una Resolución en la que se culpa a Hizbolá por lo ocurrido y se exige su desarme como condición para la futura paz si a continuación no se hace nada para lograr esa paz más tan difícil de conseguir?

A la luz de la nueva interpretación, podemos afirmar que la Resolución no fue más que un respiro para los terroristas de Hizbolá, precisamente cuando el castigo que estaban recibiendo era más duro. El alto el fuego no sólo paraliza las operaciones militares israelíes, sino que les da tiempo para reconstruir unidades y arsenales y todo ello gracias al Consejo de Seguridad y a la Unión Europea.