LA REALIDAD SE IMPONE

Artículo de Florentino Portero en “ABC” del 08.04.08

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Hace algunos años un buen amigo que pasaba por una etapa de optimismo europeísta me comentó que para que la defensa europea se hiciera realidad lo que necesitaba era sufrir un buen susto. Lo razonaba con claridad. La historia de la integración del Viejo Continente es la historia de una sucesión de callejones sin salida que se resuelven con saltos adelante. No es el espíritu europeísta lo que nos impulsa, sino la conciencia de que sólo juntos tenemos opción de futuro.

En la reciente Cumbre de Bucarest hemos asistido a algunos giros interesantes, que sólo se explican por un cierto despertar a la realidad de unos estados que siguen considerando como mejor opción refugiarse en su burbuja virtual y no acabar de asumir sus responsabilidades.

La definitiva aceptación de la expansión a Europa de la «Defensa contra Misiles Balísticos» norteamericana supone dejar atrás décadas de críticas y comentarios despectivos a los sucesivos gobiernos de Washington, por una iniciativa que no se quería entender. Ahora, tarde y mal, nos sumamos tras ver las orejas al lobo.

Gracias a las amenazas rusas, a su chantaje energético, al trato vejatorio al que ha sometido a algunos de sus vecinos, a las amenazas de segregación en Georgia y Moldavia... empezamos a reconocer que el giro prorruso dado por Chirac y Schröder era suicida. Gracias a la retórica encendida de Ahmadineyad, a su proclamada disposición a borrar del mapa a Israel, a sus programas nuclear y de misiles... comenzamos a asumir que nuestra iniciativa diplomática era un tanto lila y que la amenaza es real. Pero ¿qué hubiera ocurrido si la diplomacia rusa hubiera sido menos contundente y más sofisticada y el gobierno iraní hubiera permanecido en manos de Jatamí, el aliado español en la Alianza de las Civilizaciones?

Europa no quiere ver, porque no quiere tener que asumir la realidad. Con la excepción del Reino Unido y Francia, no hacemos análisis estratégico. Nos limitamos a ir tirando y cuando sentimos la inmediatez del peligro buscamos cobijo... donde siempre.