EL NUEVO «REY SOL» SARKOZY DICE QUE TURQUÍA ES ASIA Y AMPLÍA A «SEIS PAÍSES» EL MOTOR DE LA UE

 

El heredero de Chirac anuncia que es la única fórmula posible y el resto no debe sentirse humillado

 

Noticia en   en “La Razón” del 12.06.05. Por JAVIER GÓMEZ

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado la noticia que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 París- A Chirac muerto, Sarkozy puesto. El clima de «reino en decadencia» que vive Francia, con la década de Chirac exhalando sus últimos estertores, brindó ayer la oportunidad al líder del centroderecha, Nicolas Sarkozy, de allanar su expedito camino para sustituir al viejo y desgastado «monarca», cuyo reino data del siglo pasado. Para dejar claro quién es el «delfín», Nicolas Sarkozy invadió ayer de lleno las relaciones internacionales, coto hasta ahora de competencia presidencial, y anunció en París, ante más de un millar de cargos de la conservadora UMP, que si llega al trono cambiará la política exterior francesa.

«Después de este tsunami político, ¿es razonable abrir negociaciones con Turquía, que es una gran nación

de Asia Menor, pero no de Europa?», se preguntó Sarkozy, haciendo gala a su fama de vehemente. El presidente de la formación ya consiguió que la UMP se posicionase oficialmente contra la entrada de Ankara en la UE, contradiciendo a Chirac. Y que el jefe del Estado impusiese una ley que obliga a consultar por referéndum (palabra tabú desde la derrota de la Constitución el 29 de mayo) a los franceses en caso de nueva adhesión.

El príncipe heredero quiere dejar a Turquía en «socio privilegiado» y así «fijar fronteras geográficas para Europa ». Aunque ayer no hizo referencia a ello, su partido solicitó la semana pasada que incluso la entrada de Rumanía y Bulgaria, prometida para 2007, quede en el congelador hasta que la UE supere su crisis.

El segundo objetivo de Sarkozy es enterrar la locomotora francoalemana, que con tanto mimo y bricolage

diplomático han ajustado Schröder y Chirac en los últimos años, y cambiarla por un «motor más potente».

El ministro del Interior propone una relación privilegiada de los «seis grandes»: España, Francia, Alemania,

Reino Unido, Italia y Polonia. Una idea que ya puso en marcha en su anterior período en el citado ministerio,

cuando creó el G–5 (esos países menos Polonia), que ha permitido dar pasos de gigante en el ámbito de las políticas de seguridad y antiterroristas.

«El eje de los seis grandes y el Benelux es el único posible. Los grandes países de Europa deben asumir

sus responsabilidades sin que ninguno de los otros se sienta humillado », sentenció Sarkozy, quien no

tuvo reparos en lanzar un aviso a los países «pequeños» de la UE. «A fuerza de considerar que en Europa

todos tenían el mismo estatuto, hemos paralizado la Unión. Tengamos la valentía de asumir que no se pesa

lo mismo con un millón de habitantes que con 60».

De Sarkozy, puede también esperarse una decidida apuesta por reforzar los vínculos atlánticos y olvidar

las eternas rencillas de París con Washington. La posible victoria de otra liberal atlantista como Angela Merkel (CDU) en Alemania, junto a la posible victoria de Sarkozy podrían modelar un nuevo rostro para el Viejo Continente, más cercano a Tony Blair, que formaría junto a ellos un tridente pragmático al frente de la UE.

 

El camino para llegar al Elíseo

 

«Estoy preparado para esta gran misión». Como si de una nueva Juana de Arco se tratase, Sarkozy dio ayer otro paso al frente para convertirse en el nuevo «rey Sol» y hacerse con la Presidencia de Francia. El  carismático ministro del Interior desveló el calendario que seguirá para ser el líder del centroderecha en las próximas elecciones presidenciales. La UMP celebrará un congreso en enero de 2007 para consagrar al

candidato en la carrera por El Elíseo, cuyas elecciones serán en mayo de ese año. Presidente del

partido con más del 80% de los votos y hombres de su confianza en cada rincón del país, quien

quiera retarle estará obligado a presentarse a unas primarias, perdidas de antemano. Sarkozy

resumió su programa, que pasa por una «triple revolución: política, económica y social».

«La situación de nuestro país es mucho más grave de lo que imaginamos», auguró, dejando que el millar de dirigentes sospechasen el nombre del redentor. El suyo.