GONZÁLEZ, CON APOYO DE ZAPATERO, RESPALDA EL DESAFÍO DE IRÁN A LA ONU

 

  Editorial de   “El Semanal Digital” del 01.09.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

1 de septiembre de 2006.  La República Islámica de Irán desarrolla en la actualidad un programa de enriquecimiento nuclear que viola el Tratado de No Proliferación de armas atómicas. Según la Agencia Internacional de Energía Atómica "Irán no ha suspendido sus actividades relacionadas con el enriquecimiento" de uranio. Irán avanza hacia el dominio de la energía nuclear, declaradamente con fines pacíficos pero sin controles internacionales y con más que posibles finalidades militares. Hoy viernes ha vencido el ultimátum impuesto por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al país musulmán en la resolución 1.696, sin que haya habido una respuesta positiva. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha declarado que su país "no cederá a la intimidación".

Los países occidentales están preocupados por lo que pasa en Irán. Una vez más la seguridad colectiva está en peligro por la violación de las resoluciones de la ONU, pero los miembros de ésta no logran ponerse de acuerdo en las soluciones. La República Islámica, con su historia reciente de guerras y de terrorismo, es un candidato inquietante para ingresar en el "club nuclear". Sus vecinos y enemigos podrán sentirse amenazados y querer un rearme del mismo tipo. Y semejante carrera de armamentos no deja tranquilo a nadie, por más que se pretenda mantener la ficción de la igualdad jurídica entre los Estados. La cuestión ahora mismo es cómo controlar la potencia nuclear iraní sin que en Oriente Medio se agraven los problemas ya existentes.

La Unión Europea tiene una postura común de inquietud y de rechazo a la política iraní. El responsable de la política exterior común, Javier Solana, comparte sus preocupaciones con Estados Unidos. Oficialmente también España la compartía, en apariencia, pero José Luis Rodríguez Zapatero acaba de dar un gran traspiés internacional con la visita a Teherán del ex presidente socialista Felipe González. González, con apoyo de Zapatero, terminó su vista privada a Irán entrevistándose con el presidente Ahmadineyad, precisamente cuando los iraníes proclamaban su intención de no respetar el ultimátum internacional. Ahamdineyad agradeció la postura "lógica y positiva" de España en la crisis nuclear y la retirada de las tropas españolas de Irak en 2004. González –que había enviado tropas españolas al Kurdistán iraquí tras la guerra del Golfo, en 1991- aseguró ayer públicamente que Irán es un país fundamental dentro de la escena internacional. Los medios de comunicación iraníes se hicieron eco de este inesperado respaldo, y el presidente iraní trató de sembrar la discordia entre europeos y americanos. Precisamente cuando tienen que ponerse de acuerdo en la ONU para decidir qué se hace con la ilegal energía nuclear iraní.

Esta entrevista pone en un grave aprieto a Zapatero. Mientras que se inicia el despliegue de tropas españolas en el sur del Líbano, motivado por las acciones del grupo proiraní Hezbolá, González ha declarado en Teherán que, en la guerra no declarada entre Israel y Hezbolá en territorio libanés, "Israel se ha enfrentado a la derrota con sus políticas en la zona" y que "cree que la única solución a la crisis de Irak es la salida de las fuerzas ocupadoras de este país". Sin un desmentido oficial esas declaraciones reflejan la opinión del actual Gobierno, y del mismo modo está gravemente comprometido el rechazo español al programa nuclear iraní. Si se trataba de cambiar de alianzas exteriores se ha elegido un camino poco habitual; si es sólo el fruto de una cierta ligereza estival, hay que pedir más rigor a los asesores exteriores del Gobierno socialista. Ninguno de nuestros hasta ahora aliados puede aprobar estas posiciones.