EDUCACIÓN: ESTO NO PUEDE QUEDAR ASÍ

 

 Artículo de José Javier Esparza  en “El Semanal Digital” del 19.12.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 El formateado es mío (L. B.-B., 19-12-05)

 

19 de diciembre de 2005.  Como este Gobierno tan dialogante sólo dialoga con quienes queman contenedores en la vía pública, la voz multitudinaria de la calle ha sido ignorada: nadie encauzará razonablemente la reforma de la educación. Tampoco han servido de nada las severas críticas de los organismos internacionales. La prepotencia gubernamental ha vuelto a manifestarse en toda su aspereza y la Ley Orgánica de Educación (LOE), simple versión actualizada de la LOGSE, va a salir adelante. Todo el mundo sabe que la educación en España ha venido siendo un desastre; a partir de ahora, lo será de manera deliberada. Gran progreso.

La LOE consagra todos los errores de la LOGSE (los lectores de Tirso Lacalle los conocen bien) y les añade el agravante de una asignatura de adoctrinamiento civil so coartada de ciudadanía. El modelo LOGSE desterraba el mérito y el esfuerzo; la LOE lo confirma al permitir el paso de curso con dos asignaturas suspensas. El modelo LOGSE privaba de autoridad a los profesores al no arbitrar ni un solo mecanismo formal que éstos pudieran esgrimir; la LOE sigue exactamente los mismos pasos. El modelo LOGSE tendía peligrosamente a la estatalización de la enseñanza al no garantizar la libertad de elección de centro; la LOE eleva el problema al cubo al afirmar el privilegio estatal de mediatizar la elección de los padres. La formación del espíritu, ya arruinada por la amputación de las Humanidades, da un paso más hacia el abismo al relegar definitivamente la asignatura de Religión y no contemplar tampoco la alternativa pluralista que propuso la Ley de Calidad del PP. En definitiva, menos calidad, menos libertad, menos excelencia; más igualitarismo por abajo, más vulgaridad, más control estatal y, previsiblemente, más fracaso. En vez de proponer un horizonte de excelencia al que todos puedan llegar, se propone un horizonte de mediocridad del que nadie pueda escapar.

Al final, en esto, como en casi todo, la cuestión de fondo es filosófica: optar por un modelo de educación es optar por una idea del hombre. Lo que la LOE socialista propone es un tipo de hombre hedonista y lúdico, una suerte de versión progre del "buen salvaje", sin reparar –¿o sí?- en que ese modelo de hombre, por su carencia de asideros éticos y conceptuales, lo tiene todo para convertirse en un esclavo voluntario, en un épsilon sin voluntad que flota en el universo blando del consumo. La alternativa tiene que ser una idea distinta y más alta: un hombre que sepa pensar y actuar en contextos complejos, acostumbrado a exigirse y a dominarse, enraizado en una cultura y una patria, con sentido de la justicia para valorar el mérito y la excelencia, con una formación espiritual suficiente para saber que el sentido de la vida va mucho más allá del propio apetito individual.

¿No es una buena razón para volver a salir a la calle? Esto no puede quedar así.