ENTREVISTA A RODRIGUEZ ZAPATERO

 

 

Zapatero: «No hay margen ni horizonte para un acuerdo con el PNV»

 

 en “ABC” del 30.05.2003

 

MADRID. GONZALO LÓPEZ ALBA

 El secretario general del PSOE hace gala de la serenidad y de la moderación con la que ha construido su imagen pública de «hombre tranquilo». En su análisis de los resultados de las elecciones municipales y autonómicas celebradas el domingo, huye por igual del triunfalismo que del abatimiento. Así, evita intencionadamente hablar de un «triunfo» de su partido, pero sostiene que los resultados han sido «moderadamente positivos» y se muestra especialmente satisfecho por los datos del País Vasco, donde han surgido ya las primeras controversias sobre los pactos postelectorales.

-El PP les ha propuesto un pacto global en el País Vasco y el PSE lo ha rechazado. ¿Cómo se explica esa negativa después de haber proclamado que el Partido Socialista sería un muro contra el proyecto independentista de Ibarretxe?

-Y lo va a ser. De manera decidida. Cada día es un muro más fuerte porque en Euskadi el PSE ha subido de una manera significativa. Hemos superado con nitidez al PP en votos y somos la alternativa, cada día más clara, al PNV. El PSE está en un proceso de diálogo y de debate con el PP sobre determinadas circunstancias de apoyo en determinadas instituciones y hay que dejar que ese proceso fluya de una manera prudente, de manera muy significativa en Álava.

-Pero, ¿hay algún margen para llegar a acuerdos con los nacionalistas?

-No. No hay ningún margen ni horizonte de acuerdo con el PNV. Lo hemos reiterado hasta la saciedad. Habrá margen de entendimiento, mayor, suficiente o total, con el PP.

-¿Por qué no el pacto global con el PP?

-Cada municipio tiene una particularidad. El PP retiró el apoyo a Odón Elorza en San Sebastián, le dejó en minoría y ahora las urnas le han dado la razón a Odón Elorza. Cada sitio tiene su vida propia.

-¿No es para evitar que el PSE aparezca atado al PP?

-No. Es que cada municipio tiene su propia dinámica y hay que respetar la voluntad de los electores. Javier Rojo, que es seguramente el líder político más constitucionalista que hay en Euskadi, tiene un planteamiento muy razonable en torno al Ayuntamiento de Vitoria y a la Diputación de Álava.

-¿No habrá apoyo si no hay reparto?

-Si de verdad se trata de un proyecto para defender el Estatuto y la Constitución, el PP tiene que tener la capacidad de entender que el PSE también quiere y necesita gobernar instituciones importantes. Eso es lo que, después de cuatro años en los que hemos apoyado al PP en Álava a cambio de nada, y después de que nosotros hayamos subido electoralmente, tiene que aceptar el Partido Popular.

-Volviendo a posibles acuerdos con los nacionalistas. ¿Ni siquiera se permitirá a Elorza ser la excepción?

-Creo que Elorza va a gobernar en minoría y lo que esperamos es que el PP le apoye, a no ser que quiera hacer una legislatura facilitadora para los nacionalistas. La historia es la que es y fue María San Gil quien le retiró el apoyo, por una cuestión de gestión municipal y no por un problema político. Es el PP el que tiene una deuda con el Partido Socialista en San Sebastián. Por cierto, que el resultado en toda Guipúzcoa ha sido magnífico.

-Sin embargo, han retrocedido en la margen izquierda de Bilbao...

-Hay de todo. Es verdad que en algún sitio tuvimos problemas orgánicos y se ha notado, pero la foto del balance global es claramente positiva.

-¿Autorizaría un gobierno «a la balear» en Navarra para desbancar a UPN?

-No he hablado en concreto de ese tema con Juan José Lizarbe, pero creo que no hay condiciones. No van por ahí mis intenciones.

-Con carácter general, ¿será Izquierda Unida su socio preferente?

-El mapa municipal y autonómico es plural y complejo, pero allí donde hace falta completar mayorías es evidente que el PP no tiene quien le apoye. Por lo tanto, es bastante lógico que si el PSOE tiene el apoyo de otras fuerzas, sean regionalistas o sea Izquierda Unida, ejerza lo que es no sólo su derecho sino también su obligación, de afrontar la formación de gobiernos porque no se puede gobernar sin sostén parlamentario.

-Y ese sostén, insisto, ¿será de IU en la mayoría de los casos o teme que se consolide la idea de que usted y Gaspar Llamazares han constituido una «coalición radical»?

-La gente mira lo que se hace, más que quién lo hace. La prueba es que hay una gestión municipal de IU que, por ejemplo, en Córdoba tiene un respaldo muy amplio. En Madrid parece claro que IU tiene intención no sólo de apoyar sino de entrar en el Gobierno de Rafael Simancas, mientras que en Asturias mi impresión es que Vicente Álvarez-Areces gobernará en minoría por la situación política y las relaciones históricas entre el PSOE e IU en esta Comunidad.

-Uno de sus compromisos más simbólicos es el de acabar con las televisiones de partido. Ahora se le presenta la oportunidad de llevarlo a la práctica en Telemadrid. ¿Pedirá a Rafael Simancas que aplique el modelo que propugna?

-Mi deseo es que todas las televisiones públicas, y por supuesto RTVE, sean un ejemplo de pluralidad, de independencia y de respeto en los contenidos. Estoy plenamente convencido de que Simancas va a dar los pasos para que se arrincone el sectarismo y Telemadrid sirva de ejemplo, pero mi compromiso es hacerlo en el ámbito de la nación. Hay que fomentar una amplio debate para que eso sea casi una exigencia electoral a todos los partidos. Tendría que haber, y el PSOE está dispuesto a firmarlo ya, un compromiso de todos los partidos por la libertad de expresión.

-¿Pedirá también, o se lo ha pedido ya, a Chaves y a Bono que lo hagan en Andalucía y en Castilla-La Mancha?

-Lo hemos hablado en muchas ocasiones, pero insisto en que, para hacerlo bien, debería ser el fruto de un acuerdo global de dignidad democrática.

-Pero los ciudadanos quizá están esperando a ver que sus promesas se cumplen...

-Lo primero que habría que ver es que el PP ha incumplido su promesa porque prometió una TVE plural y ha hecho la más sectaria y de partido. Aznar va a dejar la presidencia del Gobierno sin haber hecho un debate en TVE y quiero recordar que Felipe González sí lo hizo. Espero que haya la oportunidad de confrontar proyectos, porque eso será absolutamente relevante en lo que puede ser el resultado electoral de 2004.

-Hablábamos de Madrid. ¿Admite como un error haber convertido el Ayuntamiento de Madrid en la medida del éxito? Le recuerdo que dijo que conquistar Madrid era un paso decisivo en su camino hacia la Moncloa y...

-Y lo es. De hecho los resultados en Madrid determinan que, si se hace la extrapolación, el PP perdería dos diputados y el PSOE ganaría tres, y en unas generales ese resultado seguramente sería mejor. El avance ha sido muy importante. Si se quiere centrar el análisis de los resultados en Madrid el que ha fracasado es Aznar, porque en política las cuentas hay que hacerlas muy claras: el PP gobernaba el Ayuntamiento y la Comunidad, y ha perdido la Comunidad, que tiene un presupuesto de más de 15.000 millones de euros y que es una magnífica referencia para hacer una política distinta. Estábamos 2-0 y ahora estamos 1-1. En la ciudad de Madrid, Trinidad Jiménez ha obtenido el mejor resultado del PSOE desde 1987, incluidas todas las elecciones generales: estábamos en el 30 ó 32 por ciento y ella ha obtenido el 36,6.

-Si después de todo lo que ha ocurrido en España en los últimos meses, con la huelga general, el hundimiento del «Prestige», el rechazo mayoritario a la guerra... el resultado ha sido el que ha sido, ¿qué necesitan hacer para avanzar más rápido?

-Tenemos que tener muy presente que las elecciones del domingo ante todo eran municipales y autonómicas. Analizando los datos se pone de manifiesto que una cosa es lo que ha hecho el Gobierno de la Nación y otra la gestión de un alcalde o de un presidente de Comunidad, y que los ciudadanos lo valoran de modo distinto porque si no no habría resultados tan diferentes. Lo que ha sido la tarea de Gobierno del PP ha contado relativamente, lo que no quiere decir que no vaya a contar.

-¿Cree que puede haber, entonces, un voto de castigo diferido?

-Creo que cuando lleguen las elecciones generales se juzgará mucho más directamente la tarea de gobierno del PP que cuando se trata de votar a un alcalde. Pero lo que más me importa ahora es que los alcaldes y presidentes de Comunidad socialistas, y los concejales y parlamentarios, cumplan desde el primer día los compromisos que hemos establecido ante la gente, y el que más el de que su voto no valga sólo para un día sino que sea para todos los días, y que todo el ímpetu y el compromiso de renovación democrática lleguen allí donde estemos gobernando, pero también al estilo en la oposición.

-¿Y no teme que quienes, como José Bono o Juan Carlos Rodríguez Ibarra, han batido récords en sus territorios, aprovechen para cuestionar el trabajo de la dirección federal?

-No. Su actitud es de colaboración positiva. La cohesión interna del partido está mejor que nunca, en parte porque siempre he facilitado el debate con la máxima libertad. También en esta ocasión soy yo quien lo va a promover.

 

Zapatero asume como propia la tesis de que, después de una década de clara desventaja, el domingo se puso a cero el contador entre el PP y el PSOE. Sostiene que sus posibilidades de ganar las elecciones generales en 2004 están intactas y dice sentirse con «unas enormes ganas de empezar la campaña».

-Aznar dice que usted ha fracasado en su estrategia y en la elección de personas, pero lo llamativo es que eso lo dicen también miembros de su partido que vuelven a hablar de falta de equipo y también de proyecto...

-Yo soy una persona que se somete fácilmente a la crítica y al debate, y daré cuenta de la tarea realizada en el Comité Federal. Mi opinión es que el PSOE ha mejorado en todos los terrenos. El partido está hoy mucho más fuerte que antes de estas elecciones y, por supuesto, mucho más que cuando fue elegida esta dirección, hace menos de tres años.

-¿Tiene previsto introducir ahora algún cambio en su equipo o adelantar el congreso para concurrir a las elecciones generales con una nueva Ejecutiva?

- No. En absoluto. No hay ninguna previsión de eso. La Ejecutiva tiene ahora por delante dos tareas básicas: dar respaldo permanente a las nuevas políticas que tenemos que hacer desde los gobiernos municipales y autonómicos, y preparar las elecciones generales, además de, por supuesto, apoyar a Maragall y al PSC en Cataluña.

-Y entre sus colaboradores que no han sido elegidos por el congreso, ¿habrá cambios?

-La tarea de la dirección es estar permanentemente sumando y contar con el mayor número posible de gente. A partir de hoy tenemos que preparar las elecciones generales y desarrollar un programa que va a tener muchas líneas alternativas, sobre todo en materia de renovación democrática y de extensión de los derechos sociales, dos políticas que me importan mucho y que tenemos que empezar a cumplir donde vamos a gobernar. En septiembre tendremos en marcha el proceso de definición del programa electoral, con áreas de trabajo y con rostros.

-Hay dentro de su partido quienes han concluido que ya no ganará en 2004 y que el objetivo realista es conseguir que el PP no tenga mayoría absoluta. ¿Tira usted la toalla?

-Los análisis no se pueden imponer a la voluntad de los ciudadanos y yo voy a pedir una amplia mayoría a los ciudadanos para gobernar este país. Ése es el trabajo al que me voy a dedicar después de haber cohesionado y renovado el PSOE, y después de haber salido bien, prudentemente bien, de las elecciones municipales y autonómicas. Creo que estamos en condiciones de poder ganar las próximas elecciones generales si lo hacemos bien, si damos un proyecto a la ciudadanía que genere confianza e ilusión, y si la ciudadanía percibe que vamos a tener a los mejores gobernando. Esa es una tarea esencialmente mía ahora que la foto que va a estar en los carteles sí será la mía.

-Si fuera cierto que se pudieran extrapolar los resultados, ¿se sentiría en condiciones de gobernar España con una mayoría de tan sólo 100.000 votos?

-Aznar gobernó la primera vez con una mayoría de 300.000, ¿no? Yo me siento en condiciones y con capacidad de gobernar España, y veo al PSOE con equipos y con proyecto.

-¿Hará cambios en su estrategia de oposición?

-No. Definí desde el primer momento una estrategia de oposición útil que se ha concretado en estar cerca del Gobierno en los problemas de Estado y cerca de la gente en los problemas que preocupan a la mayoría. Lo que sí exige la recta final de la legislatura es menos repaso a la tarea del Gobierno y más alternativa.

-¿Le preocupa que su adversario pueda ser Ruiz-Gallardón, que pertenece a su generación pero tiene experiencia acreditada de gobierno?

-Respeto a todo posible candidato del PP y lo que me parece relevante es cómo va a ser elegido. Yo tengo la tranquilidad de conciencia y la libertad de ser el fruto de un proceso de elección democrática y de representar ante la ciudadanía un proyecto plenamente autónomo e independiente de las distintas instancias de poder.

-¿Dónde cree que está el caladero de votos para crecer: a la derecha, a la izquierda, en el centro?

-Mi impresión es que no es tanto un problema de estratificación ideológica sino de confianza, de credibilidad y de identificación del proyecto. Los ciudadanos quieren sobre todo que se gestione con autenticidad, con honestidad y con ideas solventes.