ENTREVISTA A NICOLÁS REDONDO

 en “ABC” del 08.06.2003

 

Nicolás Redondo: «No queda más opción que establecer una posición de pacto general con el PP»

 

TEXTO: M. ALONSO FOTO: TELEPRESS

Redondo considera que el PSE no puede pedir al PP que apoye a su candidato a diputado general de Álava cuando en el resto de las instituciones vascas «parece que le avergüenza su apoyo»

BILBAO. El ex dirigente del PSE censura que los socialistas vascos estén dispuestos a «coger los votos del PP, pero no a pactar con ellos». En su opinión, deberían suscribir un pacto global con los populares para «fortalecer el constitucionalismo» y para que «tengan lógica las pretensiones legítimas de mi partido en Alava».

-¿Cómo ve que su partido esté negociando con el PNV y con el PP para formar gobiernos municipales y forales en el País Vasco?

-Un partido tiene que tener política de alianzas y no que cada uno coja su alcaldía como sea, si puede. Tiene que haber un criterio general. y en este país, con lo que está sucediendo, con el PNV como está, con lo que acaba de hacer Atutxa en el Parlamento vasco, no queda más opción que establecer una posición de pacto general con el PP. Y en una propuesta de pacto general, todo tendría mucha más lógica, incluso la discusión de Álava.

-¿Cómo está el PNV?

-A mí me parece que todo lo que están haciendo los nacionalistas es terrible, porque pone en cuestión el Estado democrático. Un partido se define como democrático porque defiende la ley y el PNV lo que dice es que «la ley que no me conviene no la acepto y la que me conviene, sí». Esa es una actitud absolutamente antidemocrática. El PNV hoy, con lo que está haciendo, está defendiendo a ETA. Nunca ha querido que ganemos a ETA. Lo que quiere es una ETA congelada, en tregua, pero siempre existente y, como estamos ganando al terrorismo con el Pacto por las Libertades, que no se tiene que poner en riesgo, el PNV ha tenido que salir a defender a la banda.

-Y en ese contexto un alcalde socialista está negociando con el PNV un pacto de gobierno en San Sebastián.

-Odón Elorza ha sido claro durante los últimos meses. Rompió con María San Gil porque no quería seguir con el PP. Si llegara a un acuerdo con el PNV, no sería él el que tendría problemas, sino el PSOE, porque en las últimas elecciones se ha ido incrementando el peso de los partidos a la izquierda del PSOE y si no contamos con el voto del centro, tendremos grandes problemas para considerarnos una alternativa fuerte y creíble al PP en España. No obstante, no creo que Elorza pacte con el PNV, porque hacerlo es pactar con un partido que está haciendo lo que está haciendo en el Parlamento vasco.

-Y si al final Elorza pactara con Sudupe, ¿Cómo quedaría Zapatero, después de haber dicho que no había margen para pactar con el PNV?

-Como Rodríguez Zapatero es un hombre que no dice las cosas sin pensarlas, creo que no habrá pactos con el PNV. Acabamos de ver un embite institucional del PNV y dentro de poco podemos estar en una situación todavía más difícil, cuando nos pongan en la mesa el plan Ibarretxe. No se puede uno equivocar con el nacionalismo.

-¿Qué salida ve al enfrentamiento que mantienen PP y PSE por la Diputación de Álava?

-Creo que es difícil encauzar ese diálogo, que tenía que haber sido tranquilo y discreto. Ya en campaña electoral, Ramón Jáuregui dijo que la Diputación de Álava iba a ser nuestra, sin contar con los resultados. Creo que eso fue un patinazo. Ahora me parece que se debilitan mucho las pretensiones legítimas de mi partido en Álava cuando el resto del PSE no quiere saber nada con el PP; cuando parece que nos avergüenza el PP y cogemos sus votos, pero no queremos pactar con ellos. Da la sensación de que queremos ocultar el apoyo del PP, lo que debilita mucho la legítima posición del PSE. No puede ser que nos avergoncemos de los votos que nos da el PP y luego le pidamos que apoye a nuestro candidato a diputado general en Álava.

-¿Qué propondría a su partido?

-Si yo pudiera dar un consejo, hablaría de hacer un pacto global para ver cómo se fortalece el constitucionalismo y cómo estamos mejor los dos partidos. Sería ir construyendo más sólidamente una alternativa al nacionalismo. Si no queremos defender una alternativa al nacionalismo, sólo nos queda defender nuestra rentabilidad electoral aquí y en el resto de España y, a mi juicio, nosotros estamos en una posición complicada, porque el PP no tiene que explicar ningún pacto, filosofía que a nosotros, a los socialistas españoles, nos llevó a ganar las elecciones en su tiempo. Sin embargo, nosotros sí tenemos que explicar nuestros pactos. En Cataluña, en lugar de ir a lo que dicta el sentido común, que es la moderación, vamos a integrar a ERC, que probablemente lo que provoque es mayor angustia en el electorado catalán.

-¿Está en crisis el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo?

-Hace tiempo que está debilitado y ese es tal vez uno de los elementos más preocupantes de la vida política española. No lo han debilitado las negociaciones para formar gobiernos municipales en el País Vasco, sino que el problema viene de antes, porque si ese pacto hubiera estado fuerte, hubiera impedido el actual debate entre socialistas y populares en el País Vasco y hubiera hecho que los dos partidos pactaran una política concreta de acuerdos.

-La alternativa al nacionalismo en el País Vasco, ¿no se aleja, en lugar de acercarse?

-PP y PSOE tienen que responder a la pregunta de dónde quieren al PNV y creo que en el Partido Socialista hay mucha gente que no lo quiere en la oposición, algo que, en mi opinión, es imprescindible. En mi partido hay mucha gente que, si el PNV estuviera a punto de irse a la oposición lo rescataría para llevarlo al gobierno. Son gente que piensa que estamos peor que en el pasado, pero lo que ahora llaman crispación es, simplemente, el final de la resignación.

-¿No cree que fue buena la etapa del pacto de Ajuria Enea?

-Ese pacto sirvió para silenciar a los no nacionalistas durante mucho tiempo y para que los nacionalistas se organizaran para darnos luego un órdago con el pacto de Estella. Ahora hablan las víctimas y los no nacionalistas quieren ganar a los nacionalistas, pero eso no es crispación. Significa que se está normalizando la vida política democrática en este país. Hasta hace cuatro años habíamos renunciado a ganar al nacionalismo vasco. No había crispación. Estábamos de acuerdo en que el PNV siguiera gobernando.