LA ESPAÑA PLURAL O LA ANTIESPAÑA

 

  Artículo de FERNANDO LOPEZ AGUDIN en “El Mundo” del 18.09.2003

 

Aún resonaban los ecos de las palabras del presidente del Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, en un claro uso y abuso de sus funciones institucionales, cuando el lehendakari Ibarretxe y el honorable Pujol entraban en el palacio Real para asistir a la recepción que don Juan Carlos ofrecía con motivo del XXV aniversario de la Constitución. No se van a limitar, pues, a figurar en los comités honoríficos sino que piensan mantener una presencia activa en los actos de su conmemoración. Coherentemente con el apoyo parlamentario que ya dieron a su celebración, en el mes de febrero, se suman a los restantes presidentes autonómicos a la hora de ofrecer esa impagable imagen de la España plural reunida en torno a la Corona.

 

Aquella desafortunada retórica del martes de Francisco José Hernando, durante la apertura del Año Judicial, se revela, tras esta importante audiencia real del miércoles, como una torpe equivocación jurídica y una mala tentación política. Que todo un presidente del Tribunal Supremo se pronuncie contra las reformas constitucionales, «aunque formalmente pudieran revestirse con el ropaje de apariencia democrática», equivale a convertirse en juez y parte dado que el propio articulado de la Constitución fija los mecanismos de su propia reforma. Como ciudadano tiene derecho a expresar esta opinión, como garante de la Justicia no puede reducir la interpretación del marco legal a la idea cerrada de España que define a la derecha carpetovetónica desde el siglo XIX.

Al contrario de la Fiscalía General, la Presidencia del Tribunal Supremo no es designada, al menos directamente, por el presidente Aznar. Así, las frivolidades de Cardenal no son de recibo en Hernando. No es bueno que quien es incluido en el Palacio Real sea excluido del palacio de la Moncloa, así ha ocurrido con un Ibarretxe invitado en septiembre tras haber sido vetado el pasado julio, ni que la Zarzuela tenga que poner los puntos sobre las íes sesgadas a la diestra de las Salesas. Ni es conveniente que la Jefatura del Estado pueda aparecer tejiendo los hilos que la presidencia del Gobierno desteje electoralmente. Menos aún, que desde el Poder Judicial se sentencie cual de las dos ideas de España es España. La que viene de Cánovas a Aznar pasando por Primo de Rivera y Franco lo es tanto como la que proviene de Pi y Margall a Zapatero pasando por Azaña, la lucha democrática contra la dictadura y González. Es un debate pendiente. O se aborda o la España plural volverá a ser calumniada como la AntiEspaña. Estamos a minuto y medio.