UN MAGNIFICO LIBRO DE ELISEO AJA SOBRE EL ESTADO AUTONOMICO

Luis Bouza-Brey, 7-4-00

 

Hace días que estaba deseando encontrar disponible una porción de mi tiempo para poder comentar el libro de ELISEO AJA, "El Estado Autonómico. Federalismo y hechos diferenciales", (Alianza Editorial, Madrid, 1999), pues lo considero una obra que reúne todas las virtudes para convertirse en un clásico de la literatura política de nuestro país.

Es un libro, en efecto, que con una perspectiva lúcida y un lenguaje riguroso y sencillo, asequible a todos, interpreta desde una información rica y actualizada toda la compleja evolución y situación actual de nuestro Estado, desde la perspectiva de su estructura territorial.

Esta obra integra toda la compleja fenomenología de veintidós años de evolución política, en un marco teórico explicativo que permite sentar las bases para orientarse ante la culminación de un período de nuestra historia que está comenzando a cerrarse en estos momentos. Si, con la ayuda de estudios como el de Aja, España consigue orientar correctamente su desarrollo político, habremos dado un salto cualitativo de enorme importancia y cerrado nuestra trágica infancia correspondiente a la época contemporánea.

Por ello, me permito recomendar encarecidamente su lectura a todos aquellos que tengan capacidad de influencia y poder sobre nuestra vida colectiva.

Aja define a nuestro Estado, a mi juicio atinadamente, como un Estado federal con hechos diferenciales, en la medida en que existe en él una combinación de los rasgos propios de los Estado federales junto a elementos culturales, económicos e institucionales que constitucionalizan la diversidad entre las nacionalidades y regiones. En efecto, según él, "la mayoría de los expertos se inclina por considerar federal al Estado que reúne una serie de elementos que esencialmente son: el reconocimiento constitucional de la estructura federal; la distribución de competencias entre la Federación y los Estados, también garantizada constitucionalmente; la resolución de los conflictos por una instancia neutral, generalmente un tribunal constitucional; unas instituciones representativas en los Estados que actúan políticamente sin dependencia de la federación; una forma de financiación objetiva y garantizada; y un sistema de relaciones entre la federación y los Estados. A todos ellos hay que añadir en los federalismos de la Unión Europea la participación de los Länder en la posición del respectivo Estado federal, cuando la decisión afecte a sus competencias, aspecto de la mayor trascendencia en los últimos años en Alemania, Austria y Bélgica"(pg. 31).

Pero junto a estos rasgos federales, el Estado español se caracteriza por la existencia de hechos diferenciales que corresponden sólo a algunas Comunidades Autónomas: así, la lengua en Cataluña, País Vasco, Galicia, Islas Baleares, Comunidad Valenciana y parcialmente Navarra; la existencia de un nivel institucional intermedio entre la Comunidad y los Ayuntamientos, tal como el de los "Territorios Históricos" en el País Vasco, o los "Cabildos" y "Consejos Insulares" en Canarias y Baleares; un sistema especial de financiación en Navarra, País Vasco y, parcialmente, Canarias; un Derecho civil especial o foral en varias CCAA; la existencia de policías autonómicas, etc.

Lo que sucede con nuestro Estado, en opinión de Aja que comparto, es que debido a su construcción histórica mediante sucesivos pactos y convenciones durante estos años, que llevaron a la generalización de la autonomía a todas las regiones y a la unificación al alza en el techo de competencias de todas ellas, así como a la ausencia hasta ahora de una teoría general del mismo, existe una carencia institucional importante que lo está bloqueando. Esta carencia consiste en la inexistencia de mecanismos e instituciones de colaboración y coordinación tales como Conferencias de Presidentes, Conferencias Sectoriales, Convenios y procedimientos participados, principalmente. Pero, sobre todo, falta la difusión de una conciencia constitucional de la necesidad de la colaboración, frente al bilateralismo imperante, así como la existencia de un Senado que articule y exprese esta conciencia constitucional mediante la participación eficaz y operativa de las Comunidades en las decisiones estatales.

Como síntesis final, después de hacer un análisis de las alternativas planteadas por algunos de los nacionalismos periféricos a la situación actual, Aja llega a una conclusión que también comparto plenamente:

"... Paradójicamente, la culminación de las previsiones constitucionales nos ha conducido a una situación difícil, porque ha establecido una estructura muy descentralizada del poder pero sin resolver la articulación del conjunto del sistema, principalmente porque la Constitución no previó este problema. Una estructura muy descentralizada, pero carente de relaciones intergubernamentales, corre el serio peligro de entrar en crisis,especialmente si no existe un consenso básico sobre el funcionamiento del sistema. Ésta es, más o menos, la situación en que nos encontramos. Ya examiné en el capitulo anterior los problemas de la ausencia de relaciones, pero ¿por qué se produce ahora la radicalización del debate ideológico? Porque hasta el momento los partidos nacionalistas podían centrar sus reivindicaciones, muchas veces con razón, en el retraso de los traspasos o la inadecuación de la financiación, sin necesidad de plantearse la aceptación o no del conjunto del sistema. En cambio, ahora, es más difícil evitar la cuestión de fondo, porque los traspasos o la financiación están esencialmente resueltos o pueden resolverse sin grandes cambios. Ésta es también la explicación de la paradoja, apuntada en las primeras páginas del libro, como la distancia entre el funcionamiento institucional de las CCAA, perfectamente normal, y el debate ideológico, que cuestiona al propio sistema. Si los partidos nacionalistas dudan entre la aceptación del sistema autonómico o su rechazo, los partidos de ámbito estatal viven la situación con pareja perplejidad, dudando entre una reforma de las relaciones intergubernamentales y el mantenimiento numantino de la situación alcanzada...

...Para todos los partidos políticos importantes la opción a medio plazo es la reforma y consolidación del Estado autonómico o la secesión de alguna o algunas CCAA. Yo, al menos, no veo estrategias intermedias duraderas. Pero la suerte no está echada, hoy por hoy, en ninguno de los sentidos, y dependerá en gran parte de las iniciativas que adopten los diferentes partidos políticos" (pgs. 265 y sigs.).

A fin de responder a la situación descrita, y finalizar el desarrollo del Estado, Aja propone reformas en las dos dimensiones, la federal y la de los hechos diferenciales, "dejando un poco de lado los enfoques esencialistas sobre España y sobre las nacionalidades o naciones que la integran", de manera que se trataría de "abrir una nueva etapa en la que primaran las relaciones intergubernamentales y la participación de las CCAA en todos los órganos estatales, para que éstas pudieran desarrollar mejor sus competencias y el Estado funcionara de manera coherente...Un Senado integrado por los representantes de los gobiernos de las CCAA... potenciaría la posición de las CCAA y al mismo tiempo introduciría coherencia en el Estado autonómico" (pgs 277-278).

En fin, como decía al principio, un libro magnífico. Gracias.