POR UN IRAQ PRÓSPERO Y DEMOCRÁTICO
Artículo de IYAD ALAUI en “La Vanguardia” del 21/09/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Las noticias procedentes de Iraq pintan el panorama de un país atrapado en una
espiral de violencia y destrucción. Los escépticos y sustentadores de actitudes
destructivas no creen que los iraquíes se hallen preparados para la democracia.
Pues bien, no podrían estar más equivocados. La inmensa mayoría de los iraquíes
abriga aún esperanza y suspira por que se le ofrezca la oportunidad de edificar
un país próspero y democrático. El proceso exigirá tiempo, pero el resultado
plausible de un Iraq en paz y consolidado en el corazón de Oriente Medio es un
factor de vital importancia para toda la comunidad internacional.
Las circunstancias económicas y las relativas a la seguridad se hallan
íntimamente interrelacionadas: sin paz y seguridad, son inconcebibles cualquier
reconstrucción con garantías así como cualquier mejora de la suerte de la
población iraquí en su conjunto. Y, pese a todo, el elemento que alimenta la
inestabilidad y el caos hay que buscarlo en la falta de puestos de trabajo y de
oportunidades económicas.
Nuestra perspectiva como Gobierno provisional consiste en encarar ambos aspectos
de forma simultánea. En la vertiente de la seguridad, nuestra política se
encamina a la recuperación del control sobre todas las áreas del país. Los
iraquíes que se sumaron a las filas de los insurgentes impelidos por la
desesperación y la frustración pero que no han cometido delitos de sangre serán
invitados a acogerse a medidas de amnistía. El reducido núcleo duro de los
leales a Saddam y los combatientes extranjeros de la yihad movidos por el
propósito de instigar el terror no se saldrán con la suya. Serán aislados y
conducidos ante la justicia.
Desde el traspaso de soberanía hace tan sólo dos meses, nos hemos entregado en
cuerpo y alma a la tarea de reforzar el tejido institucional necesario para
garantizar la seguridad, promoviendo la creación de fuerzas policiales, creando
servicios de inteligencia responsables y fortaleciendo la Guardia Nacional.
Iraq, no obstante, precisa conocimientos especializados, entrenamiento y
equipamiento, por lo que hacemos en este sentido un llamamiento a la OTAN y a
las Naciones Unidas a fin de que hagan cuanto se halle en su mano para
ayudarnos.
En la vertiente económica, nuestras prioridades se dirigen a acometer el
problema del desempleo, reconstruir la infraestructura del país y restablecer
los suministros esenciales, fomentando de forma preferente la producción de
petróleo. A tal fin resulta esencial desembolsar rápida y eficazmente los
prometidos fondos de reconstrucción, de los que sólo se ha recibido una pequeña
parte (inferior al 5%).
Además, el nivel de la deuda nacional iraquí heredada es la mayor del mundo en
porcentaje del PIB y las exportaciones, y a Iraq le sería imposible afrontarla
dada su frágil y en ciernes economía de mercado. No cabe presuponer que el
pueblo inocente de Iraq vaya a cargar sobre sus espaldas este fardo abrumador;
debe condonarse la mayor parte de esta deuda si se aspira a que Iraq pueda
realmente salir adelante. Pese a las inconcretas declaraciones de buenas
intenciones, no se han registrado todavía promesas concretas de condonación de
la deuda.
El sector petrolero constituye un recurso económico vital, y es de momento la
principal fuente de ingresos del país. Su gestión exigirá dirección, gestión e
inversión responsables. A este propósito, hemos creado el Consejo Supremo de
Política Petrolífera para coordinar la política del sector, y estamos en vías de
crear la Compañía Nacional de Petróleo Iraquí para gestionar los yacimientos y
operaciones en marcha con criterio profesional y apolítico, con vistas a atraer
la inversión extranjera.
Por último –factor de la máxima importancia– estamos preparando actualmente al
país para la celebración de elecciones. Una comisión electoral iraquí
independiente ha trabajado al efecto con la instrucción y apoyo necesarios de
las Naciones Unidas. El próximo paso consistirá en la celebración de elecciones
libres a principios del año que viene: un objetivo ambicioso aunque alcanzable
que tratamos de cumplir.
Las fuerzas del terrorismo mundial se benefician de la situación de Iraq, que
usan como teatro de operaciones para desestabilizar la región. Ello no debe
consentirse. Auxiliar a Iraq en momento de necesidad es una actitud que coopera
en interés de toda la comunidad internacional.
Traducción: José María Puig de la Bellacasa