SI BONO FUERA VÁZQUEZ

 

 

  Artículo de CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS en “ABC” del 10.07.2003

JOSÉ Bono es para muchos socialistas la alternativa a Rodríguez Zapatero. Las especulaciones sobre el caos de la FSM y la posibilidad de unas nuevas elecciones llevan a la desautorización del secretario general, aunque las condenas formales queden en el secretario de Organización. Hace falta un jefe. Los ojos se vuelven hacia Bono. No sólo es para muchos la única salida sino también la solución: la recuperación del espíritu del primer González, el retorno al centro izquierda de donde nunca debió salir el partido y a la autonomía frente a los comunistas. Adiós a Llamazares. Adiós a las armas. Adiós a las evocaciones del abuelo que murió en la mina. Basta de fosas comunes. Historia de las religiones en las escuelas y una cierta moderación frente al desquiciamiento moral. Pero, sobre todo, parón al deslizamiento hacia las tesis de los nacionaistas y la España confederal. Maragall en su casa y Dios en la de todos.

La subida al poder de Pepe Bono debería suponer una vuelta a las fuentes del constitucionalismo, el rescate de un razonable patriotismo español, la reivindicación de la memoria de Julián Besteiro y Fernando de los Ríos, el llamamiento a los votantes de izquierda que abandonaron el PSOE con motivo de la quema de Nicolás Redondo...

Este es el programa que muchos socialistas esperan de Bono. Lo esperan también las gentes del PP que desean un Partido Socialista fuerte con el que hacer un frente al disparate federalista. Se ve a Bono como la contrafigura de Pasqual Maragall del mismo modo que a Paco Vázquez. El alcalde de La Coruña y el líder manchego van juntos en la imaginación de muchos españolitos. Los dos son socialdemócratas, los dos pescan en los mismos caladeros, los dos permitirían que los militantes socialistas levantaran la cabeza al hablar de la historia de España... Es verdad que el uno, talante proclive a la transición y al pacto (Bono), y el otro, partidario de la beligerancia cuando se trata de la defensa del españolismo básico. De todos modos, hablar de Paco Vázquez no pasa de ser una mera especulación ya que ni está en la carrera presidencial ni lo estará nunca a no ser que el PSOE llegue a encontrarse algún día en una situación límite. Hoy por hoy la única alternativa a Zapatero es Pepe Bono y es a él a quien se pide toda esta revolución cultural.

La cuestión es si José Bono querrá y podrá hacer esta reconversión del PSOE habida cuenta del desfondamiento y sobre todo si tenemos en cuenta el terreno ganado por los cripto-nacionalistas. ¿Podría imponerse a Maragall? No son pocos ni gentes dadas a las alucinaciones los que piensan que el rearme «españolista» resultaría intolerable para Pasqual Maragall. No dudaría éste en llevar al PSC a la ruptura con el PSOE.

Las dudas que plantea la personalidad de José Bono tienen que ver con su predilección por las «ideas» más que por las «creencias» -por decirlo en términos orteguianos- y una propensión a los eufemismos, a los posibilismos, a las ambigüedades. En este sentido, debo decir que me ha preocupado mucho el invento lingüístico que acaba de hacer. Ha sustituido el dogma de «la unidad de España» por la fórmula de «la unión de los españoles». Se la comprará, encantado, Maragall, pero, ¿qué dirán todos los que están esperándole para dar la batalla por la nación? La situación en la que hemos entrado y, sobre todo, en la que vamos a entrar le obligará a Bono a actuar como si fuera Vázquez.