LA AGONÍA DEL SOCIALISMO

 

  Artículo de César ALONSO DE LOS RÍOS  en  “ABC” del 24/02/2004

-HABLO con unos y con otros y compruebo que la mayoría de los compañeros habla más del futuro del partido que de un posible gobierno en el caso de que el PP no consiga la mayoría absoluta.

-Es normal. A muchos militantes les asusta más pensar en una coalición de gobierno parecida a la catalana que seguir en la oposición. Piensa en ti mismo: ¿te imaginas a Llamazares y a algunas figuras del PSC y de ERC en el Consejo de Ministros de la Nación?

-Planteemos, entonces, la hipótesis del PSOE en la oposición. ¿Con Zapatero o sin Zapatero?

-Dependerá del resultado. Si perdemos escaños, se verá obligado a dimitir. A pocos que se pierdan, tendrá que seguir el ejemplo de Almunia.

-Supongamos que el resultado no fuera vergonzoso y, por tanto, que le permitiera continuar en la secretaría general. ¿Se entregaría a una verdadera refundación del partido?

-No lo creo. Ya veo que, a pesar de todo lo que te digo sobre él y a pesar de esa pachorra desesperante que le caracteriza de forma tan obvia, no terminas de conocerle bien. La tendencia normal de Zapatero es mantenerse, aunque sea a costa de la desnaturalización del partido. Para él, el liderazgo consiste simplemente en ocupar la jefatura.

-Administrar la agonía.

-Sin reconocerla como tal. Para políticos como Zapatero la fortuna de su partido o de su país se confunde con la propia.

-Pero eso sería lo peor que podría sucederle al PSOE. Perderíamos toda una legislatura.

-En el mejor de los casos.

-¿Cabe otro peor?

-CABE. Basta con que introduzcamos las variables del Plan Ibarretxe y el nuevo Estatuto catalán. ¿Te imaginas las contradicciones entre la Ejecutiva y barones como Bono o Ibarra? Porque en esos momentos ya no valdrá con firmar el manifiesto de Unidad Comunista...

-Podría romperse el partido.

-O no. Ten en cuenta que el interior del PSOE se ha ido vaciando de tal modo que no existen corrientes ideológicas ni personalidades fuertes de las que podría llegar una remoción interior y, por esa vía, la solución, aun cuando fuera traumática. Así que Zapatero podría ir tirando...

-¿En plena crisis del Estado?

-Me aterra pensar a qué pactos tendríamos que llegar con los nacionalistas, con los Saura, los Madrazo, los Llamazares. Quiero pensar que, ante la destrucción del Estado, surgirían en el partido fuerzas capaces de oponerse a aquélla.

-TAL como pintas el panorama, sería preferible que Zapatero tuviera un descalabro.

-Al menos se adelantaría el proceso de reconversión interna.

-¿Qué fuerzas tendrían que emerger para que se diera ésta?

-Yo prefiero hablar de la tarea.

-Soy todo oídos, maestro.

-Si queremos defender el Estado de los desafíos que van a constituir el Plan Ibarretxe y el Estatuto catalán, tendrá que surgir una moral nacional de la que ahora carece el partido. Es posible que el peligro mismo avive rescoldos de un fuego que, hoy por hoy, parece totalmente apagado. Un nuevo fervor patriótico. En nuestra historia ha habido movimientos pendulares en este sentido y, por tanto, no son descartables ni en la sociedad ni en el PSOE. Desde luego nada de esto se dará sin una tremenda batalla interior. Una de las tareas inevitable será la de reconquistar Cataluña, montar una nueva federación.

-El trabajo que describes es de titanes.

-De lo contrario no habrá salida. Quizá para España pero, desde luego, no para el PSOE.

-¿Se le pasará algo de esto a Zapatero?

-Si se le pasara estaría actuando, ya, de otra manera.