EL SEGUNDO ASALTO
Por César ALONSO DE LOS RÍOS en “ABC” del 13/07/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
ESTOS días
cantan a Pablo Neruda como si se tratara de un descubrimiento poético y/o como
si quisieran desquitarse de no se sabe qué fracaso histórico; celebran las
memorias que acaba de publicar un sujeto feísimo llamado tío Jess, que ha
triunfado en Alemania como realizador de cine porno, que aduce como gran mérito
haber llamado la atención de Orson Welles hace medio siglo y que explica su
fracaso profesional por haber sido criado en el seno de una familia franquista y
nacionalcatólica; reclaman el cinco por ciento de los beneficios a las empresas
de televisión para financiar un cine español que «al fin» pueda competir en el
mundo; hacen apostasía pública para que la Iglesia Católica no pueda manejar sus
nombres a favor de la enseñanza de la religión ni utilizarlos en contra de los
matrimonios de homosexuales y la adopción de hijos por éstos; sin embargo, están
a favor de la enseñanza de la religión islámica en las escuelas españolas;
establecen una discriminación positiva a favor de las mujeres en la legislación
contra los malos tratos en el seno de la familia y de la paridad hombre/mujer
aun cuando esto perjudique a la Administración y, desde luego, a las mujeres con
sentido de la dignidad; piensan que España no será un país plural hasta que no
haya diecisiete cantones cartageneros... pero, sobre todo, tienen a gala no ser
franquistas aunque sus padres y abuelos sí que lo fueron y por eso pudieron
colocarlos como redactores jefes, jefes de los servicios médicos de hospitales
públicos, «penenes» de Universidad, asesores jurídicos de la tele pública...
ESTO último es lo que verdaderamente me llama la atención, ya que el resto está
en la línea del deslizamiento de una izquierda que ha perdido toda referencia de
tipo moral y que desconoce cuáles son hoy sus señas de identidad una vez que ha
aceptado la economía de mercado y es consciente de que la idea de clase-obrera
ha desaparecido. Es normal, por tanto, que en su necesidad de diferenciarse de
la derecha tenga que recurrir a elementos rompedores en los campos de la moral y
buenas costumbres, y entrar en los nuevos de la defensa de la naturaleza y en
otros tan retóricos como la defensa de la paz y la solidaridad internacional,
esto es, retirarse hoy de Irak y aterrizar mañana en Afganistán...
TODO esto, digo, se entiende por necesidades de márketing electoral y de
afirmación política. Es lógico que el televidente de izquierdas se solace con el
programa de Sardá como propuesta que es de un reino laico, provocador, amoral,
inmoral, feísta, de mal gusto, antiestético y populachero. Ésta es la clientela,
ésta es la pendiente, ésta es la demanda. Por lo mismo es coherente que Zapatero
y sus chicos descalifiquen a las gentes de la derecha por homófobos, puritanos y
nacionalcatólicos... y que ya a un nivel más académico, más de seminario, les
llamen a aquéllas neoliberales, proimperialistas y euroescépticos...
Pero lo más difícil de entender es que, a casi treinta años de la muerte de
Franco, los socialistas estén intentando recuperar el término franquista para
desprestigiar a los políticos del PP. Adelanto mi teoría, compartida por algún
compañero, según la cual la izquierda está en un segundo asalto, en la búsqueda
de un discurso laico, amoralista, republicano y anacional cuya síntesis sería el
antifranquismo como categoría.
Escribiré sobre ello otro día, que también hay que dar un poco de suspense a
estas columnas.