QUE NO SE ENGAÑE NADIE

 

  Artículo de Luis María ANSON, de la Real Academia Española, en “ABC” del 08.06.2003

Si el Tribunal Supremo, si el Tribunal Constitucional en su caso, si la Fiscalía General del Estado, si el Gobierno de la Nación, si el Parlamento español, si la Oposición democrática no reaccionan de forma enérgica e inmediata, el ciudadano medio perderá la fe en las instituciones, y el entero edificio del Estado de Derecho quedará cuarteado. La ley es ley para todos. Atucha ha cometido presuntamente un delito y debe pagar por él sin contemplaciones ni dilaciones.
   La musculatura de la democracia española ha sido puesta a prueba. El pulso del Parlamento vasco contra el sistema constitucional español no puede terminar en demoras, en veladuras o en derrota. O se gana pronto y bien, doblando la mano al PNV, o las consecuencias serán incalculables. La unidad de España de la que deriva la Constitución quedará fracturada de forma irremediable y estallará una carrera de reinos de taifas que políticamente nos recordará al medioevo. Que no se engañe nadie. El hedonismo de nuestros políticos, su mandanga tradicional, su cobardía indeclinable, su ávida tendencia al pasteleo más indecente deben arrumbarse en esta ocasión en los desvanes de la Historia. Nuestra clase política, tan mansurrona y lanar, no puede permanecer indiferente ni salir del paso con media docena de declaraciones retóricas. El pueblo español se merece que sus políticos y sus jueces estén a la altura de las circunstancias.