SOLIDARIDAD REGIONAL

 

  Artículo de Luis María ANSON de la Real Academia Española en “La Razón” del 23.01.2004

 

Si en el sistema impositivo español los ciudadanos que más ganan más pagan a Hacienda, en ejercicio de solidaridad con los menos favorecidos, parece lógico que las comunidades autónomas poderosas aporten una cantidad mayor que las débiles. Ese principio de solidaridad está ya planteado incluso a escala internacional, de forma que las potencias occidentales paguen impuestos en la sociedad mundial en favor del tercer mundo en vías de desarrollo.
   Que el socialista Maragall, desde la izquierda, pida la revisión del modelo impositivo constituye un altivo caso de insolidaridad. Ni Aguirre ni Matas han entrado en ese juego reaccionario propio del capitalismo salvaje. Cada ciudadano balear aporta a la solidaridad interregional 3.983 euros; cada madrileño, 2.508; cada catalán, 2.263. Un balear paga de media 9.174 euros y recibe de todas las administraciones del Estado 5.215, mientras que un catalán paga 8.684 y recibe 6.420. Cataluña es, tras Baleares y Madrid, la tercera autonomía que más impuestos satisface, pero se sitúa en segundo lugar, tras Asturias, en cuanto a lo que percibe. Madrid paga más que Cataluña, 9.174 euros, y recibe prácticamente lo mismo que Cataluña, 6.565, y eso en función de los gastos de capitalidad.
   Si a la realidad incuestionable de esas cifras añadimos las inversiones espectaculares que el Estado ha hecho y está haciendo en Cataluña, se pondrá aún más en la picota la política albañal de la insolidaridad alentada por Maragall y Carod-Rovira. Cuando las naciones más poderosas de Europa han volcado sus recursos en favor de las regiones más débiles de España, produce estupefacción que una de las autonomías ricas de nuestro país quiera desentenderse de su deber de solidaridad con las pobres. A ver quién es el guapo que ata esa mosca en el rabo nacionalista. «Si los más poderosos se apartan de la mesa ¬ha dicho José Bono, político moderado y prudente, hombre clave del socialismo español¬ ¿quién se ocupará de quienes no tienen voz?»