DESPUÉS DE LA RESOLUCIÓN

 

 Artículo de Inocencio Arias en “La Estrella Digital” del 16/06/2004

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

La reciente resolución de la ONU sobre Iraq ha constituido, a juicio de muchos, un éxito de Estados Unidos. “Victoria para Bush”, titula incluso Le Monde. “Es un gran paso adelante”, dice Putin. Se producirá, pues, la transferencia de la soberanía a los iraquíes a finales de mes, habrá unas elecciones democráticas, las fuerzas mandadas por Estados Unidos permanecerán un tiempo en el país y su actuación no estará sometida, como habrían deseado Francia, Rusia y algún otro país, al veto del nuevo Gobierno iraquí. Washington se ha comprometido sólo a crear, con las nuevas autoridades de Bagdad, un Comité en el que se discutan los temas de seguridad, es decir, cómo actúan las tropas de la coalición en operaciones de envergadura. Pero como en las elecciones del domingo en España, todo el mundo ha quedado satisfecho. Estados Unidos consigue no someter su actividad militar al dictado de un Gobierno extranjero y Bush, en un momento delicado de la campaña electoral, se relaja momentáneamente, los antiguos adversarios del año pasado bendicen la presencia estadounidense en Iraq y piropean la resolución tan buscada por su diplomacia. Alemania, Rusia, China, Francia... logran, de su parte, que Estados Unidos regrese a la senda del multilateralismo, a ir menos por libre, y a reconocer la importancia de las Naciones Unidas. Los escollos, con todo, continúan. La resolución no es la panacea absoluta. Chirac y Schroeder han parcheado sus relaciones con Bush pero las suspicacias no se han esfumado del todo. Ni franceses ni alemanes han aceptado que la OTAN se ocupe de Iraq y Chirac ha mostrado claramente sus reticencias hacia la forma en que Bush quiere casar a la democacia con Oriente Próximo.

Más importante aún es el efecto de la resolución en Iraq. Hay sombras y claros. Los que siguen atentando contra los americanos, sean antiguos partidarios de Sadam, fanáticos islamistas o insurgentes contra una presencia extranjera, detestan la resolución. Quieren fundamentalmente que Estados Unidos se dé un batacazo histórico, y si la ONU aprueba, aun parcialmente, lo que quiere Washington, no vacilarán en atacarla como hicieron cuando canallescamente en agosto asesinaron a Vieira de Melo. No tienen ninguna idea positiva que ofrecer pero la democratización de Iraq sería su fracaso. Veremos más atentados contra el nuevo Gobierno y contra la ONU cuando regrese con fuerza al país a pilotar las elecciones.

Como nota positiva, señalemos que significados clérigos de Iraq y la televisión Al-Jazeera, capital en la formación de la opinión pública en el mundo árabe, han acogido sin mayores reservas al flamante Gobierno iraquí.