LA INUTILIDAD DE LOS GESTOS
Artículo de Enrique de Diego en “El Semanal Digital” del 06/09/04
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
La etapa de los gestos se le está
consumiendo al Gobierno socialista, con la fractura en la legitimidad de origen
de surgir del beneficio electoral de una masacre terrorista. Una parte del mundo
mundial está encantado con un Gobierno precario, de sonrisa fácil, dispuesto a
pagar cualquier factura por mantenerse en el poder. Los socialistas quieren
establecer un pacto en firme con Izquierda Unida y Esquerra para un año, porque
ahora, contra las apariencias y el servilismo de los grandes grupos mediáticos,
se vive estrictamente al día, a salto de mata y de reportaje en la revista
Vogue. Izquierda Unida ya ha arremetido contra Solbes para indicar por dónde
van a ir sus tiros: más gasto público. Los de Esquerra están, primos hermanos,
huérfanos del marxismo leninismo –estamos gobernados por la ultraizquierda–, por
lo mismo, pero con un matiz claro: quieren más gasto público, trasvasado a
Cataluña, en infraestructuras y resolución de la deuda de la sanidad catalana,
pésimamente gestionada.
Esto es lo peor que le puede suceder a la economía española. El incremento de
los precios del petróleo, debido a la emergencia de la demanda china y no a
Aznar –como los más cazurros, tipo Caldera, han pretendido vender en la línea de
la más estricta propaganda goebbelsiana–, exige una línea de contención del
gasto y descenso de los impuestos, para que el consumo interior siga siendo el
colchón de la economía. Las exportaciones están empezando a bajar y los modelos
de Zapatero, Francia y Alemania, no salen de la crisis, porque siguen atenazados
por un modelo estatista. El Gobierno no está haciendo los deberes, porque éste
es un gabinete sin rumbo ni proyecto, dedicado meramente a la imagen, incluso
con sesiones tan patéticas como el posado de las ministras. Son muy libres las
féminas del gineceo zapaterista de tratar de resolver sus frustraciones
erótico-políticas, y de poner en práctica su escondida vocación de top model,
pero La Moncloa no es una pasarela. No se pagan impuestos y se sostiene la sede
de la Presidencia del Gobierno para que sea utilizada por una revista. Hasta el
momento, sólo se habían hecho fotos oficiales y algunas de familia. Por lo
mismo, las ministras podían haber posado en los jardines monclovitas en bikini o
en top less. Hubiera tenido más morbo, pero la misma falta de sentido. Ha
sido un gesto tan sexista que es una vergüenza para el gobierno.
Empieza el curso, e Ibarretxe dice que Zapatero es muy simpático pero que él va
a un referéndum para dejar clara la soberanía vasca. Mientras tanto los
socialistas –especie del pardillo– se dedican a plantear reformas del Estatuto
de Guernica, cuando ese escenario está desbordado.
Los globos sonda de este Gobierno, si uno no fuera un admirador oculto del santo
Job, serían para echarse a temblar. Lo del veto de las autonomías en el Senado
no es de los reinos de taifas, sino que va más allá de la confederación. La
propuesta sobre la inmigración lanzada por Consuelo Rumí destaca por su falta de
concreción, y se mueve en la línea de irresponsabilidad que constituye el estilo
de Zapatero. Está llena de buenas intenciones, pero estos socialistas todavía no
saben que existe una cosa que se llama los efectos perversos.
De Zapatero, el gran manipulador de los días de infamia del 11 al 14 de marzo,
sólo cabía esperar que no empeorara las cosas. Vana esperanza. No hay ningún
frente en el que se atisbe ni sentido común ni mejoría. Va a ser un trimestre
duro, preludio de un año próximo crispado. Todavía no sé cuál es el chiste que
le han contado a Zapatero para que se ría, porque los problemas que están encima
de la mesa no son ninguna broma. Este socialismo Vogue es de una
frivolidad que espanta.