EL PSOE SE UNE EN TORNO A UN "SOCIALISTA SIN MAQUILLAJE"

 

 Editorial de  “El Mundo” del 07.06.2003

 

 

 

José Luis Rodríguez Zapatero superó ayer el examen del primer Comité Federal del PSOE tras las elecciones locales y autonómicas del mes pasado. Se habían expresado, siquiera sotto voce, ciertas críticas por lo apretado y relativo del éxito electoral, cuando más de un dirigente había llegado a esperar un triunfo por medio millón de votos de diferencia. Pero esta vez no se produjo la menor estridencia pública y el partido hizo piña en torno a su secretario general con un mensaje positivo y esperanzado: la tendencia se ha invertido y aunque el PP se resiste y movilizó a sus bases, en las generales de 2004 puede ser mucho más nítido el éxito.

Esa unidad era sin duda el primer objetivo de Zapatero, que agradeció el respaldo general y reconoció que algunas críticas habrían estado justificadas. Pero desde las primeras intervenciones el siempre temido Rodríguez Ibarra había marcado el tono declarándose «más zapaterista que Trini Jiménez» y recordando que este año el PSOE, bajo el liderazgo de Zapatero, ha obtenido en Extremadura unos resultados muy superiores a los de 1995 y 1999. Uno tras otro, los demás dirigentes reforzaron el consenso positivo en torno al líder, que correspondió con una proclamación de fe significativa: él y su partido irán el año próximo a ganarse los votos de los ciudadanos «como socialistas sin maquillajes». Sin nombrarlo, Zapatero estaba respondiendo a las incitaciones del presidente castellano-manchego, José Bono, quien al día siguiente de los pasados comicios pedía que el PSOE intantase de pescar votos en «los caladeros» del centro y la derecha. De ahí que sea tan significativa la satisfacción de todos los sectores guerristas con la postura adoptada por el secretario general.

Era posiblemente necesaria esta toma de posición ortodoxa por parte de un líder que no quiere ni soñar con afrontar la crucial batalla de las generales con un partido debilitado por las disensiones internas y por una moral de derrota. Pero Rodríguez Zapatero también debería pensar en que, a lo largo de los nueve próximos meses, al que tiene que convencer para mejorar sustancialmente los resultados del año 2000 es al conjunto de un electorado español con un amplio sector moderado, y al que un mensaje marcadamente izquierdista, en tiempos de relativa bonanza económica, puede echar atrás. Afirma el secretario general que en 2004 el efecto negativo de Irak y del Prestige seguirá lastrando al PP, contribuyendo a ese colapso que él vaticina. Pero podria ocurrir, muy al contrario, que esas circunstancias extraordinarias, que este año no han hundido a los populares, se difuminen antes de que lo haga la generalizada satisfacción de los ciudadanos con la marcha de la economía.