EXPLIQUENSE, POR FAVOR
Artículo de Luis Bouza-Brey del 26-2-03.
Estoy empezando a plantearme si es que
habré perdido el juicio o qué es lo que está pasando en el mundo como para que
se produzcan lo que considero comportamientos demenciales de diversos actores.
Apunto la tesis, que desarrollaré en breve, de que estamos entrando en una
nueva era que ha cogido a casi todos con el paso cambiado y los esquemas
perceptivos anquilosados. Por eso muchos actores se tambalean y trastabillan
confusos y lentos, carentes de rutinas y reflejos, desorientados.
Creo que lo que está sucediendo es que la
aparición brutal en escena el 11S del terrorismo global, apoyado en la
ideología del fundamentalismo islámico, ha alterado radicalmente todo el
panorama de la política internacional:
Ha revuelto a EEUU en sus actitudes
básicas y cogido a contrapié al Partido Republicano y al Presidente Bush, que
se han visto obligados a reorientarse radicalmente, desde el mantenimiento
inicial de una política aislacionista, a la percepción posterior de la
necesidad de luchar a nivel mundial contra el terrorismo, iniciar una guerra en
Afganistán e implicarse en una política activa a largo plazo en el Oriente
Próximo.
Ha trasladado la agenda de la política
internacional desde Europa central y la crisis de la URSS de los últimos diez
años hasta Asia sudoccidental y el Noreste de Africa.
Ha resituado el foco del conflicto
ideológico, haciéndolo pasar desde la preocupación por las convulsiones
derivadas de la crisis del comunismo, de la URSS y el final de la guerra fría,
hasta la inquietud por la guerra de civilizaciones, la crisis del Islam y el
fundamentalismo.
Ha cogido a contrapié a los políticos
europeos, cuya atención se desplaza muy lentamente desde el euro, la crisis en
los Balcanes y el proyecto de Unión Europea hacia los peligros de la
globalización y la necesidad de redefinir su papel en la política internacional
así como sus relaciones con la potencia global norteamericana.
UNA NUEVA POLITICA PARA UN NUEVO MUNDO
A trancas y barrancas se está definiendo
durante los dos últimos años una nueva política internacional que se podría
caracterizar por los siguientes rasgos:
1.- Se está formulando una estrategia
mundial dirigida a evitar el choque de civilizaciones, impulsando la libertad y
la modernización del mundo islámico, e intentando vencer al fundamentalismo y
la regresión.
2.- Se está elaborando y aplicando una
estrategia general antiterrorista, enfrentándose a los grupos fundamentalistas
y sus Estados aliados o colaboradores pasivos.
3.- Se está aplicando una estrategia
general para Asia y el Próximo Oriente, dirigida hasta ahora a poner fin al
régimen de los talibanes, al conflicto palestino-israelí y a la amenaza de un
régimen tiránico, hostil y desestabilizador, como el de Irak.
Esta estrategia global, que están
elaborando y aplicando EEUU y algunos países aliados,
4.- No es una estrategia unilateral, sino
el intento de hacer a la ONU más relevante, para compensar el poder de EEUU con
la participación de las potencias regionales. Han sido los EEUU, precisamente,
quienes han acudido a las Naciones Unidas a buscar apoyos para esta nueva
política.
5.- No es una estrategia antieuropea, sino
el intento de sumar a Europa a una política internacional de amplio alcance
contra el terrorismo, contra la proliferación de armas de destrucción masiva, y
orientada a la superación de la crisis del mundo árabe e islámico.
6.- No es una estrategia colonial ni
imperial, sino dirigida a impulsar la libertad y el desarrollo en Oriente
próximo, frenando a las fuerzas hostiles y alentando e impulsando la reforma de
los países aliados y la influencia de las fuerzas laicas y progresivas.
7.- No es una estrategia belicista, sino
la utilización de la amenaza de la fuerza si el régimen de Irak no se desarma y
sigue incumpliendo las resoluciones de la ONU.
(Haciendo un apunte entre paréntesis, uno
sería partidario de una política más clara y decidida a favor de un cambio de
régimen, defendiendo los derechos humanos y oponiéndose a la tiranía, la
limpieza étnica y el genocidio. Porque es que si no esta política no se
entiende. Y porque la experiencia demuestra que el régimen iraquí lleva doce
años incumpliendo las resoluciones de la ONU y que las sanciones e inspecciones
son inútiles y dañan al pueblo iraquí. Sería demencial mantener a las fuerzas
armadas norteamericanas y británicas cercando Irak durante meses para conseguir
escasos resultados. Las Naciones Unidas y EEUU harían el ridículo. Y además,
cuando se hubiera conseguido un desarme parcial o total, o cuando se redujera
la presión militar, Hussein volvería a armarse. Está en la lógica de su
régimen y de su personalidad.)
Por todo ello, al estar poco clara esta
política, existen sectores que la interpretan como derivada de motivaciones
imperialistas, o de la codicia por el petróleo iraquí, o del belicismo y
fundamentalismo de la ultraderecha norteamericana.
Por ello surgen todas estas reacciones a
mi juicio equivocadas, como son los bloqueos en la ONU, los enfrentamientos de
algunos aliados europeos con los Estados Unidos, o la oposición de los no
alineados. Así como estas políticas incoherentes, de dilatar la solución al
problema de Irak, alegando la ausencia de amenaza para la seguridad
internacional y proponiendo la prolongación "sine die" o a largo
plazo de las inspecciones, a sabiendas de que éstas no resolverán el problema
mientras Irak no cambie de posición.
Por todas estas razones, creo que se hace
altamente necesario y urgente que los líderes se expliquen, que hagan pedagogía
política explicando la nueva situación mundial y la necesidad de la nueva
política que se está poniendo en marcha, pues si no la opinión pública no los
seguirá, emergiendo las actitudes más prepolíticas y
primitivas, dirigidas a apoyar pseudosoluciones que
empeorarán la situación mundial en el breve plazo.