A STALLED MIDEAST PEACE PLAN

 

 Editorial de The International Herald Tribunedel 6-9-03

 

Con un muy breve comentario al final:

LA HOJA DE RUTA SIGUE AHI, PERO HAY VARIAS RUTAS POSIBLES

L. B.-B., (8-9-03, 17 hs.)

 

 

 

The Middle East peace plan known as the road map may be on the verge of collapse. The refusal by radical Palestinian groups - and Yasser Arafat - to abandon terror remains the biggest obstacle. But there is plenty of blame to go around. With the Palestinian prime minister, Mahmoud Abbas, hinting on Thursday that he might quit his post out of frustration over his impotence, it is clearer than ever that all involved - the United States, Israel, Europe, the Arab states and Abbas himself - are failing to live up to their commitments.

 

Abbas is locked in a power struggle with Arafat, who is trying to remain a key player, despite Israeli and American efforts to push him aside. Given Arafat's symbolic importance among Palestinians, efforts to marginalize him must be made with care. He is bolstered by comments like a recent one by Israel's defense minister, Shaul Mofaz, that Arafat should be exiled.

 

Abbas, who has little popular support, needs help from Israel to be able to show his people that violence is not a legitimate reaction to occupation but an obstacle to statehood, and that Israel is living up to its own road map commitments. Yet that is far from the reality. Settlement-building is not being frozen, as required by the plan. On the contrary, construction in the occupied territories continues apace.

 

The Bush administration argued before the Iraq war that once it was over, Iraq would be pro-Western, Israel more secure, the Palestinians inclined to compromise, and Washington focused on the Middle East road map. None of this has happened, and all of it seems unlikely as managing postwar Iraq becomes ever more complicated. But the administration's woes - and the world's - will increase if the Middle East is allowed to fester.

 

Europe should cut off the funds that Hamas receives from Islamic charities. The Arab states need to support Abbas's efforts to get all Palestinian security services under his unified command and away from Arafat. So far, they have done far too little.

 

Finally, Abbas can no longer shirk the responsibility that rests on his shoulders. Regardless of whether he gets the help he deserves from outsiders, he must take on terror groups, dismantling them and arresting their leaders. Walking out will serve no one, least of all his fellow Palestinians.

 

muy breve comentario al final:

LA HOJA DE RUTA SIGUE AHI, PERO HAY VARIAS RUTAS POSIBLES

L. B.-B., (8-9-03, 17 hs.)

 

Recuerden los primeros párrafos de la "Hoja de ruta":

"FASE I"


"...Acabar con el terror y la violencia, normalizar la vida palestina y construir las instituciones palestinas. Desde ahora hasta mayo de 2003.

En la Fase I, los palestinos emprenden inmediatamente un cese incondicional de la violencia, de acuerdo con las etapas trazadas más abajo. Dicha acción debe ir acompañada de medidas de apoyo por parte de Israel. Los palestinos y los israelíes reanudan la cooperación en materia de seguridad, basada en el plan de trabajo de Tenet para acabar con la violencia, el terrorismo y la incitación, a través de unos servicios palestinos de seguridad reestructurados y eficaces....

 

- Seguridad

- Los palestinos declaran el fin claro de la violencia y el terrorismo y emprenden esfuerzos visibles sobre el terreno para detener, desbaratar y contener a los grupos e individuos que llevan a cabo y planean agresiones violentas contra israelíes en cualquier lugar.

- El aparato de seguridad de la Autoridad Palestina, reconstruido y redefinido, inicia operaciones continuas, concretas y eficaces, con el fin de enfrentarse a todos los que se dedican al terrorismo y desmantelar la infraestructura y la capacidad de actuación de los terroristas. Esto incluye confiscar las armas ilegales y consolidar la autoridad de los servicios de seguridad, liberados de cualquier asociación con el terror y la corrupción".

 

Esto es lo que la ANP no ha cumplido, enfrascada en intentar una tregua con las organizaciones terroristas, rota por éstas cuando convino a sus fines, que no consisten en lograr la paz, sino en impedirla, a fin de conseguir ---en pleno delirio fanático--- acabar con el Estado de Israel. Y están destrozando con ello la posibilidad de un Estado Palestino, pues no se puede acceder a apoyar su constitución mientras no se acabe con el terrorismo.

La ceguera  y el incumplimiento de la hoja de ruta por parte de la ANP hace daño a sus propios intereses y a los intereses del pueblo palestino. Pero aunque la hoja de ruta haya quedado bloqueada en esta primera fase, sigue estando ahí, pues constituye un esquema de interacciones imprescindible e inevitable para conseguir el objetivo de dos Estados conviviendo en paz, apoyado por la comunidad internacional y los países árabes. Por tanto, habrá que esperar a que por el lado palestino aparezca un actor dispuesto a su cumplimiento. Y no parece que Arafat sea el personaje adecuado para ello, ni tampoco un primer ministro a sus órdenes. Creo que la UE se está equivocando al aceptar el  nuevo nombramiento de Primer Ministro.

Pero los palestinos deben ser conscientes de que cuanto más tarden en decidirse a aplicar la hoja de ruta, más difícil será su puesta en práctica y, por tanto, la consecución del Estado palestino: Israel tendrá que defenderse, sustituyendo a los palestinos en la lucha antiterrorista, ocupando o cercando Cisjordania y Gaza, construyendo un muro de protección, y creando más hostilidad como consecuencia de las medidas que tendrá que adoptar para defender su seguridad.

Y cuando la hoja de ruta deje de ser viable, por haber perdido el tiempo miserablemente, se impondrá la ruta de los radicales israelíes, orientada a la ocupación de toda Palestina y a la expansión del Estado de Israel. El horizonte que se abre ante esta perspectiva es terrorífico, pero quienes perderán más serán los palestinos.

Por todo ello, la situación actual de la ANP está condenada a una crisis mucho más fuerte que la actual, hasta que se produzca un vuelco en su interior para derrocar a Arafat cuando la situación se haya deteriorado al máximo como consecuencia de su inmovilismo.