LA IZQUIERDA NO DESPIERTA
Artículo de Jesús Láinz en “El Semanal Digital” del 01/07/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
1 de julio.
El 31 de mayo de 1937, con las tropas franquistas avanzando por Vizcaya,
escribió Manuel Azaña: "Caído Bilbao es verosímil que los nacionalistas arrojen
las armas, cuando no se pasen al enemigo. Los nacionalistas no se baten por la
causa de la República ni por la causa de España, a la que aborrecen, sino por su
autonomía y semiindependencia".
Poco después Juan Negrín opinaba lo siguiente: "Aguirre no puede resistir que se
hable de España. En Barcelona afectan no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he
sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me
indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con
Franco ya nos las entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere. Pero
esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras,
venga pedir dinero, y más dinero...".
Pasaron cuarenta años. El PSOE secundó gustoso las aspiraciones estatutistas de
los nacionalistas. El entonces secretario general del PSE, Txiki Benegas,
presidió la reunión de los parlamentarios socialistas de Cataluña, Galicia y
País Vasco en la Casa de Juntas de Guernica el 10 de julio de 1977. La
Declaración Socialista de Guernica, promulgada dicho día, propugnaba una
Constitución plurinacional, proclamaba que "el poder emana de cada uno de
nuestros pueblos" y concluía con las siguientes exclamaciones: "¡Viva Cataluña
llure! ¡Gora Euskadi askatuta! ¡Vica Galicia ceibe! ¡Viva Galeuska!".
Pasó de nuevo un cuarto de siglo. El socialista Gregorio Peces Barba, uno de los
padres de la Constitución, declaraba en televisión el 2 de octubre de 2003 que
reconocía haberse equivocado durante el proceso constituyente al hacer excesivas
concesiones a los peneuvistas a cambio de nada, para acabar comprobando la mala
fe con la que actuaron entonces y continúan actuando ahora. Cinco días después,
con motivo de la celebración en el Parador de Gredos del 25 aniversario de la
Constitución, volvió a acusar con duras palabras al PNV –concretamente a
Arzalluz– de mentir. Textualmente declaró: "Yo, personalmente, me siento
engañado".
Su compañero Txiki Benegas escribía en El País pocos días después (28 de
octubre): "Para los que contribuimos a la elaboración de la Constitución y del
Estatuto de Guernika, y quisimos construir una arquitectura institucional en la
que tuvieran cabida los nacionalismos democráticos, la decepción ante el
discurrir político de los últimos años en el País Vasco y, de manera particular,
en lo que respecta al comportamiento del nacionalismo, no puede ser sino muy
profunda. Para los que creímos en la buena fe de Ajuriaguerra, Lasarte, Irujo,
Leizaola, Julio Jáuregui y demás prohombres de aquel nacionalismo estatutista,
esta etapa que abre Ibarretxe está impregnada por una no desdeñable amargura
democrática".
Ha pasado menos de un año. El PSOE ha ganado las elecciones y tiene en sus manos
el timón de la nación. Y una vez más se dispone a bailar al son que le toquen
los nacionalistas.
¿Despertará el PSOE alguna vez?