MAYORIA,
FORTALEZA Y PACTO
Artículo de
Luis Bouza-Brey del 10-3-04, 10:30
“Dadme la mayoría y pactaré desde la fortaleza”. Esa podría ser la
petición de Rajoy a los españoles para finalizar la campaña electoral. Porque un
pacto desde la fortaleza es lo que necesita la sociedad española para finalizar
el desarrollo del Estado Autonómico.
Porque es preciso cerrar la estructura del Estado, a fin de hacer
conscientes a los terroristas de que no van a conseguir nada mediante la
violencia.
Porque es preciso hacer conscientes a los nacionalismos
periféricos que el Estado definido por la Constitución del 78 y desarrollos
posteriores no va a ser revisado hacia la balcanización y la insolidaridad, y
que la España plural reconocida en la Constitución no tiene nada que ver con el
establecimiento de reinos de taifas o “cantones de Cartagena” particularistas.
Porque es preciso hacer conscientes a algunos socialistas que el
federalismo es unión, solidariad, coordinación, y no
vaciamiento del Estado; que la democracia es aceptar la legitimidad del ganador
de las elecciones; que nadie es propietario de la ética ni de la verdad y que
los pactos no pueden ser “contra natura”.
Porque es preciso hacer conscientes al conjunto de los
españoles que puede haber una derecha liberal que se aleje del energumenismo de algunos de los últimos días, y de que la
democracia debe resistir por igual los impulsos hacia la anarquía y hacia el
autoritarismo.
Porque es preciso hacer conscientes a muchos vascos de que no
pueden dejarse llevar hacia el precipicio por flautistas de Hamelín
tocando mandangas del siglo XIX; que España existe y que el delirio ideológico
conduce a la autodestrucción.
Porque es preciso hacer conscientes a muchos catalanes de que eso
“dels segadors” y la Guerra
de Sucesión hace mucho que ocurrió; que abran los ojos con “seny”
y no se dejen llevar por demagogos populistas ni por narcisismos y
victimismos delirantes.
Porque es preciso hacer conscientes a muchos gallegos de que eso
del nacionalismo marxista-leninista y tercermundista es propio del Tercer Mundo
del siglo XX, y no de la Europa del XXI; de que el desarrollo de Galicia
se podrá dar únicamente en el marco de una España solidaria, y que, por
consiguiente, la alianza más fructífera para Galicia será la que se haga con
andaluces, extremeños y castellanos, en lugar de con nacionalismos egoístas e
insolidarios al estilo de la Liga Norte italiana.
España necesita un gran pacto para terminar de definirse e
integrarse. Pero un pacto desde la fortaleza democrática y no desde la
debilidad, la confusión, el resentimiento o la demagogia.
El PP podría alcanzar la mayoría absoluta si se comprometiera a
buscar ese pacto con un PSOE recompuesto y con aquellos partidos regionalistas
y nacionalistas que quieran caminar hacia delante, y dejar de ensimismarse en
espejismos ominosos que deforman y destruyen la realidad y sus virtualidades.