HONRAR A LAS VÍCTIMAS Y SATISFACER A LOS VERDUGOS

 

Editorial   de “Libertad Digital” del 19/04/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Un día después de llevar flores a las víctimas del 11-M y dos días después del comunicado de Ben Laden, en el que el jefe supremo de Al Qaida, tras justificar la matanza, ha ofrecido una tregua a Europa si sus soldados salen de Irak y Afganistán, Rodríguez Zapatero ha decidido, sin previo aviso, adelantar esa retirada de tropas que tan insistentemente exigían los autores de la masacre del 11-M, como —todavía— buena parte de los medios de comunicación españoles.

 

Que un objetivo declarado de los terroristas, como es la retirada de las tropas aliadas de Irak, haya podido convertirse en reclamo electoral en España —antes y después del 11-M— es, como no nos cansaremos de decir, el infame resultado de unos medios de comunicación que, con tal de llevar la contraria a Bush y dar rienda suelta a su antiamericanismo de salón, se niegan de forma suicida a reconocer que Bin Laden y sus partidarios han declarado una guerra a Occidente. Pero los hechos son dramáticamente así y, ante este panorama, podemos analizar la decisión de Zapatero desde dos puntos de vista:

 

La primera posibilidad es que se trate sólo de un salida provisional: En este caso, “la salida de Irak a partir de junio” se convertiría en “el regreso a Irak a partir de junio”, aunque ya con un nuevo mandato de la ONU “o de cualquier otro organismo internacional” del que nos hablaba Zapatero en el debate de investidura.

 

Esta hipotética jugada de Zapatero permitiría a su partido llegar a las elecciones europeas de Junio con la promesa de marras cumplida –ningún partidario suyo le va a reprochar que lo haga antes de tiempo—, y, pasados los comicios europeos, vender el regreso de las tropas, no como un incumplimiento electoral, sino como una asunción de responsabilidades internacionales frente al terrorismo que —nos dirán— nada tienen que ver con el pretérito “seguidismo” de Aznar a Bush. En este caso, se trataría de “una salida para regresar” como el referéndum para salir de la OTAN se convirtió en un referéndum para quedarse. Zapatero también podría, en este caso, “cumplir su palabra” de someter al Parlamento ese hipotético regreso de tropas a Irak, sabiendo que, aunque los que ahora le instan a marchase no le secunden, ahí estará el PP para apoyarle en el Congreso.

 

La otra posibilidad es que, efectivamente, Zapatero sea tan absolutamente irresponsable como parece, y que sea verdad que está dispuesto a cumplir esa propuesta electoral de forma definitiva como a Bin Laden, sin duda, le gustaría constatar tras su tregua de tres meses. El problema de tomarnos en serio lo que este domingo solemnemente nos anuncia Zapatero —una salida de Irak para no volver— es que, a los ojos de Ben Laden y sus secuaces, se vería finalmente confirmada su estrategia: Hemos pinchado, hemos notado blando, sigamos profundizando. La situación tras el 11 y el 14-M –se dirán los terroristas— “sí ha cambiado” con el nuevo gobierno en España, los soldados españoles sí salen de Irak ¿por qué no intentarlo con los de los otros países de Europa aliados del Gran Satán que continúan en Irak? ¿Por qué no seguir intentándolo para que lo hagan también de Afganistán?

 

Estados Unidos está a medio año de las elecciones presidenciales y el Reino Unido convocará a los ciudadanos a las urnas antes de 2006. No hace falta fijarnos en la advertencia que hace unos días hacía Aznar del riesgo de atentados durante los próximos procesos electorales visto el vuelco electoral que han hecho posible los terroristas islámicos en España; basta leer los últimos comunicados de Al Qaida para que quede evidente que Zapatero refuerza la estrategia del terrorismo islámico de dividir a occidente y que su decisión de retirar los soldados españoles de Irak va a poner en el punto de mira de los terroristas a todos los países europeos que no claudiquen. Ya dijimos hace meses que la debilidad de Zapatero era “peligrosa”. Nos quedamos cortos.