FRANCIA FRENTE A SU CONTRADICCIÓN

 

 Editorial de  “Libertad Digital” del 30/08/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

 

La lectura simplona que nuestros progresistas hicieron de la masacre del 11 marzo ha vuelto a ponerse en evidencia. Según esta curiosa visión de los hechos, que ha calado a fondo en la sociedad española, los terroristas islámicos que hicieron saltar tres trenes por los aires en Madrid estaban movidos por una actitud revanchista. Si nosotros habíamos ocupado (sic) Irak lo lógico es que ellos se tomasen la venganza por su cuenta y aplicasen a 192 inocentes su bárbara ley del Talión. El eslogan difundido en aquel entonces por parte de las organizaciones de izquierda, "Las bombas de Bagdad estallan en Madrid", condensaba en estado puro la esencia y el porque de aquel día de infamia que no olvidaremos jamás.

 

Con esta justificación mecanicista de todo lo que ha pasado en Irak nuestros izquierdistas han vivido hasta ayer la mar de tranquilos. Si Al Qaeda secuestraba y decapitaba en directo a un ciudadano estadounidense era previsible y perfectamente natural en el perjudicado pero metódico raciocinio de los terroristas. Si el secuestrado era italiano, coreano, búlgaro o filipino también encontraba un lugar en el manualillo exculpatorio de los progres occidentales. Las cuatro naciones se habían enredado en el conflicto y eso es todo lo que podían esperar: la venganza más que comprensible de los que trataban ardorosamente de liberar a su patria. Los insurgentes, tal y como ha venido denominándolos la prensa europea, fallaban en el forma pero acertaban en el fondo.

 

Hijo bastardo de este planteamiento ha sido otro no menos peligroso y que está en boga entre las mentes pensantes y escribientes de este continente nuestro que ha perdido el rumbo. Si no provocamos a los insurgentes ellos no nos harán nada, nos dejarán en paz y podremos vivir tranquilos. Si nos ponemos de su lado y denunciamos la intervención norteamericana y los pecados de occidente nos ganaremos además su bendición. El ministro español de Exteriores, el nefasto Miguel Ángel Moratinos, es la cara diplomática y blandengue de este enfoque entreguista, cobarde y vergonzoso.

 

Todo hasta ayer, último domingo de agosto, funcionaba a la perfección para el discurso enclenque de la izquierda europea. Sin embargo ha pasado lo que hace tiempo se esperaba, que los terroristas que la pasada semana segaron la vida del italiano Enzo Baldoni buscasen un nuevo objetivo y una renovada demanda. Y le ha tocado a dos franceses, a dos periodistas del país vecino que, por su nacionalidad y tomando la doctrina progre como referencia, no habrían de temer nada en Irak. Porque Francia, la dulce y pacifista Francia, ha jugado en esta trama a ser el adalid de la concordia y el capitán del dialogo, el poli bueno del occidente malo, la cara amable, tolerante y multicultural de la americanizada Europa.

 

La realidad, sin embargo, se ha empeñado en poner al Gobierno francés frente a sus propias contradicciones. El ejecutivo presidido por Jean Pierre Raffarin y apadrinado por Jacques Chirac dinamitó hace podo más de un año la Alianza Atlántica en una insólita prestidigitación encaminada a dar a Francia una grandeur que, simplemente, no posee. La responsabilidad del Gobierno galo no puede ser obviada y sus consecuencias las estamos padeciendo. La Alianza Atlántica es el garante de la democracia y la libertad de Occidente desde que, en el campo de batalla, se liquidase al nazismo. Francia no lo tomó en serio y reventó casi sesenta años de unidad de fines con sus aliados europeos y americanos por un patriotismo demodé.

 

Ahora la solución parece más compleja. Francia ha perdido todo el crédito que alguna vez tuvo en las principales cancillerías del mundo. ¿Cómo van a enfrentarse al órdago que le ha dejado sobre el tapete los, hasta anteayer, insurgentes iraquíes?, ¿de qué manera van a explicar al pueblo francés que toda la demagogia antiyanqui no ha servido para nada, absolutamente para nada? Los asesinos de Baldoni, terroristas islámicos por si no había quedado claro para algunos, han exigido que Chirac retire de inmediato la polémica Ley del velo. Y hasta es posible que lo consigan. Sembraron de muerte y destrucción la capital de España y como premio se han hecho dueños de la política exterior de la octava nación del mundo. Amenazaron a un camionero filipino y a cambio recibieron la retirada inmediata del contingente humanitario de este país asiático. Por la experiencia todo indica que occidente siempre cede.

 

Francia tiene una responsabilidad inmensa en las próximas 48 horas. Si cede al chantaje las consecuencias pueden ser escalofriantes para la causa de la libertad en Irak y para los iraquíes mismos. Ante Chirac se presenta ahora una opción que desperdició hace año y medio; demostrar su soberanía ante el terror y su determinación por tres símbolos que forman parte irrenunciable del acervo cultural de occidente: libertad, igualdad y fraternidad.