RAJOY OFRECERÁ AL PSOE UN PACTO DE ESTADO PARA CERRAR EL PROCESO AUTONÓMICO TRAS EL 14-M
El PP prefiere gobernar en minoría y convencer a los socialistas a
asumir las demandas de CiU
La cúpula del PP tiene asumida la posibilidad de no repetir la mayoría absoluta el 14-M y los estrategas conservadores no prevén un acuerdo con CiU, que obligaría a aceptar su propuesta de nuevo Estatut. La estrategia será gobernar en minoría y propiciar un pacto de Estado con el PSOE para cerrar el proceso autonómico.
Informe de CRISTINA SEN
en “La Vanguardia” del 15/02/2004
MADRID. – El Partido Popular contempla el escenario político posterior a las
elecciones de marzo con la convicción de que no está dispuesto de ninguna manera
a repetir la experiencia de 1996, cuando el resultado de las elecciones le
obligó a entenderse con los nacionalistas vascos y catalanes, y a José María
Aznar a proclamar que hablaba catalán en la intimidad. En caso de perder la
mayoría absoluta, Mariano Rajoy no está dispuesto a echarse en brazos de los
nacionalistas.
Ante las reivindicaciones emergentes de las nacionalidades históricas y los
planteamientos de reforma de los estatutos de autonomía, los estrategas del PP
ven más factible convencer a los socialistas de llegar a un pacto de Estado para
cerrar el proceso autonómico que de llegar a acuerdos con partitos nacionalistas
que exigen como contrapartida una reforma en profundidad del bloque
constitucional vigente.
Por todo ello, miembros del actual Ejecutivo y de la dirección del PP se están
planteando con fuerza la posibilidad de gobernar en minoría tras el 14-M si
Mariano Rajoy no alcanza los 171 escaños necesarios –contando con el apoyo de
Coalición Canaria– y probar así el ejercicio de buscar acuerdos esporádicos con
otras fuerzas en función de los asuntos que se planteen.
Fuentes del Gobierno explicaron que esta hipótesis se ha puesto sobre la mesa
ante los recelos que despierta en el PP el camino político que ha tomado
Convergència i Unió. En principio, los populares están dispuestos a estudiar
reformas del Estatut en materias concretas sin sobrepasar el techo de la
Constitución y sin que se rompa el actual modelo de Estado, pero en estos
momentos se considera que la federación que en Madrid liderará Josep Antoni
Duran Lleida pretende ir “mucho más allá” en su propuesta de reforma. Así,
señalan, sería muy difícil negociar un pacto de gobernabilidad con los
nacionalistas catalanes.
Ante este hipotético escenario, representantes del Gobierno y colaboradores de
Rajoy creen que sería viable gobernar en minoría. Para empezar, las fuentes del
Ejecutivo consultadas recordaron expresamente que, aun sin mayoría absoluta, el
candidato popular podría ser investido en una segunda votación con mayoría
simple –para ello, alguna otra formación se tendría que abstener–. En estos
momentos, los datos que maneja el Gobierno, o por lo menos los que traslada,
sitúan al PP al filo de la mayoría absoluta, por lo que se trabaja con todos los
escenarios abiertos. La hipótesis de gobernar en minoría sólo sería posible si
los escaños que faltan para lograr la mayoría absoluta no son excesivos.
Esta apuesta que el PP tiene sobre la mesa parte de la convicción de que ningún
gobierno central puede permitirse abrir sin límites el debate sobre el modelo de
Estado, removerlo de cabo a rabo y poner en bandeja que todas las autonomías
reivindiquen cambios en sus estatutos. Para ello, representantes del Gobierno
consideran que tras el 14-M será más que conveniente que Mariano Rajoy y José
Luis Rodríguez Zapatero logren un pacto de Estado en el que se dé por definitivo
el modelo de España y se dejen sin respuesta las reivindicaciones nacionalistas.
No se trata de no reformar ningún estatuto, sino de delimitar cómo y hasta dónde
se puede llegar.
Pese a que el secretario general del PSOE ya rechazó este acuerdo que le propuso
el mismo Rajoy, en el Gobierno se considera que tras el 14-M Zapatero podría
cambiar de planes, ya sin la presión de la convocatoria electoral. Incluso se
señala que podría prescindir de las presiones que pudiesen llegar del PSC para
evitar un pacto de Estado de este calado. Pero al margen de lo que opine el
Ejecutivo sobre lo que pueda hacer el PSOE, lo que parece claro es la intención
del PP de proponer este acuerdo.
Fuentes gubernamentales también dan por hecho que el presidente del PPC, Josep
Piqué, se sentará tras el 14-M en la ponencia parlamentaria que estudia la
reforma del Estatut y “hablará con todos, incluida ERC”. Pero a partir de aquí
existen muchas dudas sobre la posibilidad de que la propuesta que salga del
Parlament y llegue al Congreso pueda ser asumible.