ACERCA DEL PLAN IBARRETXE

  Artículo de Jaime Mayor Oreja en “Diario Directo” del 3-10-03


Este año, ha sido muy importante, decisivo, en la lucha por la libertad en el País Vasco y en España. Y ha sido importante, casi decisivo, porque el Estado de Derecho ha sabido estar a la altura de las circunstancias, y aunque no haya estado en una permanente actitud publicitaria de maquillajes, planes o contraplanes, ha sido efectivo, eficaz, riguroso y serio.

Un año después, ETA ya no está en los ayuntamientos vascos. Y no ha sucedido nada, al contrario de lo que algunos agoreros habían pronosticado.

Batasuna, gracias a la Ley de Partidos, ha sido ilegalizada. Y no ha sucedido nada. El País vasco iba a arder, la presión social iba a ser insoportable,... y nada de esto ha sucedido.

Las importantes reformas en el ámbito legislativo, han reducido espectacularmente la violencia callejera.

La organización terrorista ha seguido debilitándose a lo largo de este año.

La Constitución Europea define como uno de los principales objetivos de la Unión, la creación de un espacio de libertad, seguridad y justicia, e introduce una cláusula de solidaridad, a partir de la cual la Unión movilizará todos los instrumentos, a disposición de los estados miembros para combatir el fenómeno terrorista.

La Eurorden que pone a disposición de la Justicia a los terroristas detenidos en otros países ha entrado en vigor, en este año, en la lucha contra ETA.

La cooperación internacional se acrecienta día a día, y seguirá creciendo en los próximos años.

El papel de las victimas es creciente. En el País Vasco, en España y en todos los foros internacionales, tal y como se ha demostrado recientemente en la Conferencia sobre terrorismo celebrada en Naciones Unidas.

Este año, se ha puesto de manifiesto en el País Vasco, algo tan elemental y tan necesario como que cuando se aplica la ley y sólo la ley, no es que no ocurra ninguna convulsión, es que se avanza en espacios de libertad y de democracia.

En consecuencia, la gran aportación del estado de derecho al País vasco consiste en el cumplimiento de la ley y en la constatación de que ese cumplimiento tiene efectos positivos para la libertad y la convivencia.



Plan Ibarretxe: La herencia política de ETA



Frente a esta aportación a favor de la libertad, está el Plan Ibarretxe que es la herencia política de ETA, es el precio político que los nacionalistas desean pagar, y pretenden que lo paguemos todos a ETA. Y es finalmente la ausencia de la acción de gobierno y su sustitución por vértigo y por la incertidumbre.

Que el plan es la herencia política de ETA lo demuestran no sólo sus objetivos finales de soberanía y territorialidad sino también sus efectos: la imposición de un proyecto, la exclusión de los no nacionalistas, y la ruptura política del pacto constitucional y estatutario.

El Plan es una necesidad del movimiento nacionalista para la reagrupación del mismo, para heredar y sustituir a ETA, para pactar al final y el final con ETA, para mantener vivo el problema vasco tal y como lo necesitan los nacionalistas. No es una necesidad de la sociedad vasca, es de los nacionalistas, de ahí sólo el precio que ellos quieren pagar a ETA sino también el precio que quieren que entre todos paguemos al nacionalismo vasco.

El Plan es la consecuencia práctica del comunicado de ETA de 16 de Septiembre de 1.998. Es un puro y estricto seguidismo de lo que ETA exigió al PNV para presentar aquella tregua trampa de 1.998; es decir, un proyecto de ruptura para sumar a todos los nacionalistas vascos, excluyendo a los constitucionalistas del mismo.

Su plan es el enaltecimiento del valor de lo unilateral, de lo que quiere y desea sólo parte de la sociedad vasca para resolver los problemas planteados en el seno del nacionalismo vasco, sin escuchar nunca a todos los que no pensamos como usted, a todos los que hemos tenido que venir escoltados a este Pleno. Es por lo tanto la expresión de una cultura política del maltrato, una herencia de confrontación y de guerras que han sacudido nuestra sociedad des hace generaciones.

Y por eso, porque el Plan no era un plan de gobierno, necesitaba sustituir los programas políticos reales por las coartadas.



Las coartadas de Ibarreche: La coartada del diálogo



No puede haber diálogo en un Plan, en un proceso en el que la base del mismo, el punto de partida, nos enfrenta abierta y radicalmente. Cuando los nacionalistas en esas circunstancias hablan de diálogo, están en el diálogo como coartada, no en el diálogo como realidad, porque de otro modo, en estas condiciones, no habrían puesto en marcha el Plan.

No puede haber trasparencia en un Plan, en un proceso, cuando lo vamos conociendo como un serial por entregas, cuando domina el secretismo propio de los que creen que su única oportunidad de éxito es coger al adversario por sorpresa, cuando pretende cocinarse todo desde el secretismo y de espaldas a la sociedad. Nunca se termina de saber en que consiste el Plan.

Diálogo y transparencia, cero. Pero el diálogo y la transparencia como coartada, como enmascaramiento de un proceso, como escamoteo de la realidad, como arma arrojadiza contra los que discrepamos, diez.



La coartada de la reforma



¿Cómo suavizan en sus formas un proyecto de ruptura constitucional? Hablando de la reforma del Estatuto o de un nuevo Estatuto. Una vez más, no dicen la verdad.

La estrategia de hoy, el dogma de siempre, se suman, coinciden en un momento determinado y les impulsa en la confirmación de que la autonomía no es un fin, sino un trampolín, un paso intermedio en la dirección de la independencia.

Vamos a ser claros: Para el movimiento nacionalista era preciso, una primera transición. El objetivo, el fruto, el Estatuto y sobre todo el poder. El único protagonista del pacto, el PNV. ETA no servía para esto.

Ahora precisan una segunda transición. El nuevo pacto esta vez está impulsado por ETA, la otra parte del movimiento nacionalista.

El objetivo, el fruto, tiene que ser la ruptura de la Constitución, pero sin perder el poder político y económico.

Dos transiciones, dos pactos, y eso si, nunca con acuerdos definitivos, porque el horizonte, el dogma esta en la independencia, o en el despegue de España llámenlo los nacionalistas como lo llamen. Ellos se han aprovechado de la autonomía y de España para traicionarlas después.



La coartada europeísta



Otra falsedad, otra manipulación: el nacionalismo vasco se ha alejado del espíritu europeista, que nunca le interesó más que de manera instrumental porque pensaba que la construcción europea debilitaría a los Estados, justo al contrario de cómo ha sucedido.

Europa, no es ya una leyenda, ni una ficción, ni un arma arrojadiza contra España.

La Constitución Europea, que vamos a votar en referéndum el próximo 13 de junio, se construye sobre sus Estados y los ciudadanos.

La Constitución Europea, hace de la integridad territorial de los Estados una seña de identidad.

La Comisión y el Consejo declararon taxativamente que el Plan Ibarretxe no tiene cabida en la Unión.

En el informe del Parlamento Europeo sobre las regiones, se rechazan, de manera concluyente esos preceptos.

Qué reflexión debe merecer el hecho de que lo que el Sr. Ibarretxe considera unos principios democráticos esenciales, no lo recoge ninguna Constitución, no lo ampara ninguna de las Instituciones de la Unión Europea y lo rechaza el propio proyecto constitucional de Europa.

Ahora que Europa está en un proceso irreversible de convergencias y de unidad ¿es el momento de que las comunidades autónomas, las regiones, los estados federados, planteen planes de separación como éste?

¿En qué lugar de la Unión Europea, está abierto este debate? Solo lo defienden Ibarretxe y el PNV, de ahí que no estén en el proyecto de la Unión Europea, sino en la más estricta soledad y en la más lamentable extravagancia.

Y no hay más que comparar el referéndum de la Constitución Europea, con el que pretenden los nacionalistas vascos al final de su proceso.

El referéndum de la Constitución Europea, constituye un avance de la Unión, un fortalecimiento de la Unidad Europea. Es una realidad.

El referéndum que atisba Ibarretxe en el horizonte, es el fruto desde el primer momento de la exclusión de por lo menos la mitad de la sociedad vasca, de uno de los tres territorios que componen esta Comunidad, de casi la mitad de los representantes en el Parlamento Vasco y de más de la mitad de los representantes vascos en las Cortes Generales.

¿Qué votará el nacionalismo vasco en el referéndum de la Constitución Europea?

El nacionalismo no sólo está en frente de la letra y del espíritu de la Constitución Española; está en frente de la letra y del espíritu de la Unión Europea.



Las coartadas exteriores



También Ibarreche en su momento quiso revestirse de experiencias ajenas para legitimar su proyecto.

Sin embargo, Irlanda del Norte ya no es un ejemplo agradecido. No está planteada ninguna fórmula de supuesta libre asociación, sino una autonomía que no resiste la más mínima comparación con cualquiera de las Comunidades Autónomas de España.

Había esperanzas y espejismos con Québec. Allí también votaban. Hasta que ha quedado claro que no hay ámbito quebequés de decisión, que no hay derecho unilateral de secesión.



La coartada de la paz



Otra coartada es la coartada de la paz. ¿Cuántas veces han dicho a los ciudadanos vascos que este plan es el camino para la paz? ¿Y cuántas esperanzas no han dado con esos argumentos a quienes seguían matando, extorsionando y maltratando a esta sociedad? ETA ha seguido matando, y si no mata más es porque la acción del Estado de derecho es cada vez más eficaz y más irreversible. Pero si el Plan no trae la paz –y el nacionalismo sabe que no la trae- ¿para qué sirve el Plan? Para mantener el poder, para seguir mandando: para heredar electoralmente a una ETA cada vez más debilitada por la Justicia y por el Estado de derecho.

¿Qué sentido tiene crear un foro municipal de convivencia, un observatorio de Derechos humanos, si al mismo tiempo el PNV y su Gobierno se enfrentan radicalmente a las decisiones del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional o del Tribunal Constitucional, a la hora de suspender o ilegalizar el partido político de ETA?

¿Qué sentido tienen esas medidas complementarias, si han recusado al Presidente del Tribunal Constitucional, si han pedido la dimisión del Presidente del Tribunal Supremo y han desautorizado y zarandeado a los jueces de la Audiencia Nacional, especialmente al Juez Garzón y terminan denunciando al Estado Español ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos?

El Plan ha tenido coartadas, pero su mera formulación ha tenido también traducciones concretas, consecuencias directas sobre nuestra sociedad.



Las consecuencias del Plan Ibarreche



Inacción del Gobierno Vasco



La sustitución de la acción de gobierno por la deriva radical está generando problemas importantes en la sociedad, de manera que su traducción es una regresión en todos los ámbitos: el territorial, el social, y el económico.

Porque Ibarretxe no ha ejercido este segundo año como Lehendakari.

Es decir ni ha ejercido como representante ordinario del Estado ni como jefe de gobierno.

Ibarretxe no ha sido el representante ordinario del Estado en la Comunidad: ha sido el representante ordinario de la confrontación con el Estado, o mejor, de ese tipo de nacionalismo que sólo entiende la política como estrategia de confrontación contra el Estado.



Antiforalista



El Plan no sólo se enfrenta a la Constitución Europea y a la Constitución Española.

¿Y los territorios, que componen el País Vasco?. De eso no dice nada porque el Plan es clara y rotundamente antiforalista.

El Estatuto de Guernica era un acuerdo de convivencia entre los tres territorios que forman la Comunidad Autónoma. Eso sí que era un acuerdo de libre asociación.

La nueva comunidad ya no es producto de la libre voluntad de los territorios que la componen. Se establece, antes al contrario, una verdad inmutable, indiscutible, un a priori que es además una ficción histórica: Euskal Herria como sujeto monolítico de una soberanía inexistente.



Consecuencias económicas



También en este año, cabe examinar las iniciativas del gobierno para afrontar los problemas reales, sociales, económicos de la sociedad vasca. Casi nadie sabría determinar una acción importante de este gobierno. Es lógico, están en el Plan y no en el Gobierno y no se puede estar en dos cosas a la vez.

Terrorismo, paro y vivienda son por este orden los tres principales problemas enumerados por los vascos.



Expectativas económicas



El dato más revelador y preocupante es la enorme brecha que se está produciendo entre la capacidad del País Vasco para atraer inversiones extranjeras respecto del resto de España.

Se ha producido un espectacular descenso de la inversión extranjera en el año 2002.

Los datos de crecimiento del PIB (Producto Interior Bruto), de consumo de hogares, de exportaciones, de importaciones, de empleo han sido en el País Vasco inferiores a la media Española durante el año 2002.

Ibarretxe debería analizar la encuesta realizada por la Universidad Complutense, entre las 500 grandes empresas no financieras del País Vasco.

Más de un tercio de las mismas han trasladado sus instalaciones productivas a otros lugares de España como consecuencia del terrorismo. Y otro tanto ocurre con la cuarta parte de ellas que lo han hecho al extranjero. El Plan del sr. Ibarretxe hace daño a los vascos.



Empleo



El desempleo juvenil ha crecido un 27% en un año, pasando del 17 por ciento al 22,5 por ciento pese a la reducción de la población activa menor de 25 años.

Y la temporalidad supera en tres puntos a la media nacional.



Urge la ejecución del plan Ibarreche



Hemos dicho tantas veces que el Plan Ibarretxe representa el planteamiento político más nacionalista y más radical formulado desde el Gobierno Vasco, dirigido a la sociedad vasca menos nacionalista y menos radical desde el inicio de la transición, que sabemos que con Ibarretxe y el  PNV pedir su retirada resulta imposible.

Le pedimos que deje de amenazar y lo presente cuanto antes, sin esperar al 25 de Octubre, fecha del aniversario del Estatuto, para ensuciar esta fecha.

Preséntelo antes, preséntelo ya, cuanto antes mejor. Porque lo peor es la incertidumbre, porque cada mes que transcurre para la sociedad vasca, es un castigo y un sufrimiento que no se lo merece.

Cada mes que transcurre el precio político que trata de pagar a ETA, en favor de la unidad del movimiento nacionalista, tiene un precio político y económico que los vascos ya hemos comenzado a pagar también.

Un Plan que sólo puede prosperar desde el pacto con ETA y Batasuna y con la quiebra de las reglas de juego, tiene fecha de caducidad segura.

Sabemos que constituye un órdago.

Se lo aceptamos desde la plena confianza en la sociedad vasca y en la fortaleza del Estado de Derecho. Pero al menos que sea lo más rápido para la sociedad vasca, porque se reducirá el plazo de sufrimiento.

El País Vasco por tanto tiene dos opciones que tendrá que despejar en los próximos años.

Una es la propuesta por Ibarretxe, la que le gusta a ETA. El despegue respecto de España, el estatus de libre asociación.

A nosotros nos parece radicalmente injusta. Pero es que además, es la certeza de la incertidumbre, y del riesgo, como se ha demostrado este año.

Hay otra opción. Porque sí que hay una alternativa el camino emprendido por el nacionalismo vasco. Una opción que tiene ocho siglos de historia en común. La otra opción es apostar por España, es no despegarnos de España.

Es apostar por la fortaleza del País Vasco en España. Es apostar por la fortaleza de España en la Unión Europea. Es apostar por la fortaleza de la Unión Europea en España.

El nacionalismo vasco debe aprender a aceptar, compartir, participar y desear tanto la fortaleza del País Vasco como la fortaleza de España en el interior y en el exterior. Nadie quiere debilitar la fortaleza del País Vasco. Para ello nos dimos la Constitución y el Estatuto. Sólo hace falta que el nacionalismo vasco responda en justa reciprocidad con la lealtad que han olvidado.


Jaime Mayor Oreja es presidente del PP en Euskadi y portavoz del PP en el Parlamento Vasco