SIGUE EL CONFLICTO

 

  Artículo de PABLO MOSQUERA  en “La Voz de Galicia” del 09.06.2003

 


EUSKADI es la tierra de los vascos, es la comunidad con más capacidad para tomar sus propias decisiones, para equivocarse o para acertar en el uso del poder. Lástima que su desarrollo valla parejo al conflicto permanente y a la división social por efectos de la práctica política.

En el momento presente, dos frentes colocan a esta hermosa región en la cabecera de los informativos. Álava se debate entre los acontecimientos en dos edificios que apenas distan trescientos metros entre sí. En el palacio foral, socialistas y conservadores, afirman tener derecho a ocupar el sillón del diputado general del territorio, a pesar de no haber logrado ser la primera fuerza (Partido Nacionalista Vasco) política en las elecciones forales.

Las buenas gentes confían que primen los intereses generales del constitucionalismo, antes que los partidarios, que pudieran abrirle la puerta del Gobierno Foral al plan soberanista de Ibarretxe.

Que las ejecutivas nacionales del Partido Popular y del PSOE hayan intervenido puede ser incluso hasta contraproducente, pues conozco al hombre influyente sobre el secretario general de los socialistas alaveses, que no es otro que Guevara, aquel portavoz del Partido Nacionalista Vasco cuando Carlos Garaicoetxea era lehendakari en mayoría parlamentaria absoluta.

Temo que si el Partido Popular no anda listo, don Emilio convenza a Rojo sobre la conveniencia de un gobierno de mistura, para lograr tres cosas: Cambiar el rumbo del desacuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas, volviendo al vasquismo, en el que el PSE siempre hacía de colaboracionista; colocar a un diputado general socialista, y así sumar otro gobierno más del lado de la oposición a José María Aznar, con vistas al futuro; y reeditar fórmulas que aproximen a un nuevo pacto de Ajuria Enea, dejando aislado al Partido Popular.

Pero con todo, lo peor sucede en el Parlamento Vasco, donde su presidente Juan María Atutxa ha pasado de héroe frente a ETA a villano, por obstaculizar el camino de la Justicia contra los malhechores. Un Parlamento no puede ir más lejos del límite que suponen las leyes y las sentencias de los tribunales.

Pero, conociendo la tozudez de los vascos, su deseo de confrontación con el Estado y su capacidad para movilizar victimismos, me temo que harán del asunto Batasuna un elemento más para justificar su incomodidad con la pertenencia a España.

En cuanto al asunto de Álava, lo normal es que Ramón Rabanera sea diputado general y el Partido Socialista de Euskadi colabore con lealtad a consolidar la normalidad en el territorio.