LAS OCULTAS RAZONES DEL DERECHO A VETO

Artículo de LUIS IGNACIO PARADA en "ABC" del 11.03.03

 

LA palabra ´veto´ no aparece en ninguno de los 111 artículos de la Carta de las Naciones Unidas. El artículo 27, párrafo 3, sólo dice que «las decisiones del Consejo de Seguridad (...) serán tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros, incluso los votos afirmativos de todos los miembros permanentes (...)». El Reglamento del Consejo de Seguridad es más preciso. Estipula que «para que sea aprobada una resolución deberá ser apoyada con el voto afirmativo de al menos 9 miembros y ningún voto negativo de los Miembros Permanentes». Como la abstención no se considera como denegación del consentimiento, en la práctica, equivale a un veto. Pero eso no quiere decir que exista «un derecho a veto». Pese a lo cual, ese supuesto derecho ha sido «ejercido» hasta 241 veces: 117, por la Unión Soviética o la Federación de Rusia; 73, por EE.UU.; 29, por el Reino Unido; 18, por Francia y 4, por China.

Rusia ha anunciado ayer su veto a una segunda resolución de la ONU que legitimaría el ataque a Irak. Francia lo había hecho la semana pasada. Hay algo más que razones morales. Rusia es hoy el segundo exportador mundial de petróleo. Con un ataque americano bajaría el precio del barril de crudo. Sería una catástrofe para la economía rusa. Bagdad le debe a Moscú 7.000 millones de dólares. Rusia ha aportado a Irak otros 40.000 millones para la construcción de una central nuclear y otra eléctrica. Los rusos son la colonia europea más numerosa en Irak . Sus emigrantes remiten a Moscú los dólares ganados en la industria del petróleo. Las petroleras Totalfina-Elf, francesa y la Lukoil, rusa tienen, desde 1997, contratos de exploración y explotación en Irak. Por eso Chirac y Putin no quieren que el petróleo iraquí caiga en manos de las petroleras estadounidenses Exxon-Mobil y Chevron-Texaco, y de la británica British Petroleum. Así de «crudo».