LA APUESTA DE ZAPATERO POR EL «VOTO ÚTIL» LIQUIDA LA «MAYORÍA DE IZQUIERDAS»

 

 

MADRID.   Informe de ALBERTO PÉREZ GIMÉNEZ en “ABC” del 20.01.2004

 

La promesa del candidato del PSOE de no buscar pactos de gobierno si no logra el 14-M más votos que el PP reabre heridas en IU tras el matrimonio de conveniencia de las municipales. Llamazares no entiende una «traición» que busca movilizar a los abstencionistas y captar el voto de centro

La solemne propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero de no buscar pactos de Gobierno a partir del 15 de marzo si en las elecciones generales de la víspera no logra más votos que el PP encierra, más allá del golpe de efecto de apostar por el «todo o nada», una táctica destinada a cautivar, por un lado, el voto de los simpatizantes del PSOE que no han visto con buenos ojos el maridaje electoral vivido en los últimos tiempos con IU, y, por otro, lanzar un canto de sirena a los votantes de centro que han preferido dar su apoyo al PP antes que deslizarse hacia una alianza con un partido que, en cuestiones como el País Vasco, mantiene hipotecas difícilmente digeribles como la presencia de Madrazo en el tripartito.

El órdago lanzado por Zapatero no ha tardado en encontrar respuesta. En el PP se entiende que no es una promesa y que se romperá (Elorriaga) o que, en definitiva, -Rato dixit- todo responde a un intento de frenar el miedo que entre los votantes moderados del PSOE ha podido provocar el pacto del tripartito catalán con los republicanos de Esquerra. Zapatero pretendería de este modo garantizar que el voto a su candidatura no supondría votar las ataduras posteriores que ha acarreado en Cataluña el «pacto de progreso». Esta teoría abundaría en la estrategia del PSC de mandar a José Montilla a Madrid a hacer, como ha repetido el líder socialista catalán, «pedagogía» del acuerdo con ERC e IC.

Estas dos patas del tripartito ya han puesto el grito en el cielo por la «renuncia» a una fórmula de pactos que hace apenas dos meses ha llevado al PSOE al Gobierno en Cataluña, aunque es verdad que entonces fue la lista más votada aunque no la que más escaños sacó, algo verdaderamente impensable que se repita en marzo. Pero donde las alarmas han saltado por la propuesta de Zapatero ha sido en Izquierda Unida. Su coordinador general, Gaspar Llamazares, no dudaba en calificar ayer de «renuncia a gobernar» el compromiso del líder del PSOE.

El aviso del programa fiscal

IU se siente traicionada por el sorpresivo anuncio, más teniendo en cuenta que en las pasadas municipales, ambas formaciones fueron pareja de hecho ante las urnas y en ningún momento se atisbaron, desde las filas socialistas, motivos para el disgusto. Eso sí, los resultados, al final, no fueron los esperados, y desde dentro del PSOE se leyeron como el castigo de los socialistas moderados y el centro oscilante a la tan cacareada «mayoría de izquierdas». Desde entonces, en la cocina del PSOE se ha estado fraguando una nueva estrategia que ha tenido como guinda la oferta de Zapatero de este domingo y que se resume así: frente a la «mayoría de izquierdas» para desalojar al PP a toda costa (y que no funcionó el pasado año), la apelación al «voto útil». Frente a los que piensan que el voto a IU acabará sumando en una alianza al PSOE, la amenaza de que o se vota al PSOE o no se gobernará en coalición con nadie.

Y como aderezo para hacer más atractiva la oferta a quienes dudan de la «moderación» de Zapatero, un programa económico y fiscal muy lejos de la izquierda que ha provocado las reticencias de sindicatos, las dudas de buena parte de la dirigencia del PSOE y las críticas frontales de IU.

Para Gaspar Llamazares, este discurso supone volver en el «túnel del tiempo» a la teoría del «voto útil» frente a «una alternativa de izquierdas», y criticó la intención del PSOE de lanzar la caña electoral en el espacio del centro. IU sabe que el mensaje de Zapatero es un cañonazo en su línea de flotación y un reconocimiento por parte del PSOE de que pasados fracasos electorales -vendidos entonces por la urgencia del márketing como «victorias»- tuvieron su origen en la relación con IU. El pasado fin de semana, en el Hotel Auditorium de Madrid, no sólo se ratificó el programa del PSOE y se hizo piña en torno a Zapatero: también se dio con la puerta de las alianzas en las narices de IU. La «mayoría de izquierdas» ha muerto. Viva el «voto útil». «Fuerza y valor», que diría Zapatero.