LA RESACA

APUNTES DE CAMPAÑA

  Artículo de FLORENTINO PORTERO  en  “ABC” del 24.04.03

Powell ha reconocido públicamente lo que todos sabíamos, que la política seguida por Francia en la cuestión iraquí tendría serias consecuencias en el futuro de sus relaciones con EE.UU.. Atrás quedan los años de la Guerra Fría en los que la amenaza soviética requería de unas alianzas cohesionadas. Entonces Washington se veía obligada a consentir los periódicos actos de afirmación francesa. Hoy, como Rumsfeld explicó en uno de sus viajes por Europa, frente a amenazas cambiantes ya no son necesarias alianzas permanentes sino «de voluntad», reuniones de estados «ad hoc» para campañas específicas. Si Francia considera que el problema fundamental no es el terrorismo internacional y la proliferación de armas de destrucción masiva sino el poder hegemónico y global de Estados Unidos, está en su derecho para tratar de organizar acciones de contrapoder, pero tendrá que asumir los costes de su política.

Chirac utilizó al Consejo de Seguridad para atar a Bush, impidiendo que la crisis se resolviera en el marco de la ONU, con el consiguiente daño para la institución; dividió a los europeos y humilló a los estados candidatos, asumiendo una portavocía continental que nadie le había otorgado y, además, dañó a la Alianza Atlántica al negarse a considerar los requerimientos turcos.

La clase política norteamericana ha decidido enfrentar al gobierno de París con la realidad en toda su crudeza. Chirac ha hecho disfrutar a los franceses jugando a gran potencia, mientras desoía a sus diplomáticos cuando le recordaban dónde estaban los intereses nacionales. Ahora Francia se verá ante las consecuencias de sus actos. Pronto comprobaremos hasta dónde llega Bush en esta nueva política.