ENTREVISTA A COLIN POWELL, SECRETARIO DE ESTADO NORTEAMERICANO,

 

 en “ABC” del 04.04.2003

 

Powell: «La ONU ha dicho claramente que no quiere hacerse cargo de Irak»

 

BRUSELAS. RAMÓN PÉREZ-MAURA, ENVIADO ESPECIAL

Colin Powell explicó ayer, en la Embajada de su país ante la OTAN para un pequeño grupo de diarios europeos, cómo espera que se produzca la transición de un poder interino post Sadam ejecutado por las fuerzas invasoras a una administración transitoria integrada por iraquíes del exilio y del interior

-Hay mucha gente incómoda con los planes de su Gobierno para la post guerra en Irak. ¿Cómo están abordando esa inquietud? ¿Se podrá situar a la ONU de nuevo en el centro del escenario?

-Sabemos que Naciones Unidas debe estar involucrada. El presidente lo ha dicho repetidamente. Y la razón por la que estoy hoy en Bruselas es porque quería oir la opinión de otros sobre el papel que debe tener la ONU. Pero la ONU ha dicho claramente que no quiere hacerse cargo de Irak. Así que aquí no hay una carrera para ver quién se hace cargo de Irak. Estamos intentando asegurarnos de que se cree una estructura en la ONU que pueda ocuparse de la ayuda humanitaria, que respalde a la futura autoridad interina teniendo su propia legitimidad emanada de la ONU. Vamos a trabajar con nuestros aliados y con nuestros amigos en el Consejo de Seguridad para lograr las resoluciones pertinentes. En cómo crear una autoridad interina, que es algo en lo que estamos trabajando ahora, nos gustaría empezar con gente que está fuera del país y ha formado parte de la oposición externa que ha luchado tanto por deshacerse de este régimen, pero sabemos también que hay que incluir gente de dentro para que esto sea visto como algo representativo y no simplemente como la oposición. Lo que estamos dilucidando es si una conferencia puede ser el modelo idóneo para lograr esto, como lo fue en Afganistán.

-¿Quién tiene poder para desempeñar una administración interina y cuánto puede durar?

-Estamos realizando una campaña militar y una vez que ésta se pone en marcha el comandante militar y los dirigentes políticos de la coalición tienen la plena responsabilidad del territorio que ocupan. Mientras continúe el esfuerzo libertador y mientras quebramos el control que ejerce este régimen asumimos de manera inmediata la responsabilidad de la seguridad de la población, la seguridad de sus propiedades, de las riquezas del país, la responsabilidad de asegurar la estabilidad e integridad del país. Y no hay nadie más que pueda hacer eso. No se lo puedes encargar a la ONU o la UE: a nadie. Es la responsabilidad de la fuerza que entró. Pero estamos ansiosos por establecer, tan pronto como sea posible, cierta seguridad y estabilidad, asegurar que la población está siendo alimentada, que se restablece la infraestructura para abastecer de agua y medicamentos a la población. Pero tan pronto como sea posible queremos pasar la responsabilidad de los militares a ministerios civiles que ahora se están reformando. Proporcionaremos funcionarios que ayudarán a estos ministerios iraquíes a actuar de nuevo sin dirigentes del partido Baaz y sin la tiranía de Sadam Husein. Y entonces crearemos una autoridad interina que tan pronto como sea capaz de ejercitar plenamente su responsabilidad irá recibiendo todas las responsabilidades. Entre tanto, la ONU habrá definido su propio papel al amparo de resoluciones del Consejo de Seguridad. Pero no es posible saber cuánto tiempo llevará. No se puede decir si la estabilidad se logrará en una semana, o un mes o cuánto.

-Parece tener una visión diferente a la del secretario Rumsfeld respecto a la reconstrucción de Irak y el papel de las empresas americanas a las que parece que se les quiere dar todo.

-Ésa no es nuestra posición. La entrada inicial de dinero al país está siendo de Estados Unidos y se están otorgando contratos a compañías que tienen la capacidad de proveernos lo que necesitamos rápidamente: gestionar el puerto de Um Qasr y cosas de ese tipo. Según avancemos habrá fondos de la UE disponibles y corresponderá a la UE decidir a qué se destinan. Y en su momento, cuando la explotación petrolífera esté funcionando de nuevo y se esté exportando, habrá ingresos para el Gobierno iraquí que podrá decidir por sí mismo cómo gastarse su dinero, a quién darle contratos. Estamos en el proceso de determinar como podemos hacer ver al mundo que no hay ninguna lista negra de compañías con las que no se pueden firmar contratos. Queremos dejar muy claro a la Agencia Internacional de Desarrollo qué necesidades hay y como hay que concursar para ser adjudicatario de esos contratos.

-¿No habrá diferencias entre los países que han apoyado a Estados Unidos y los que no?

-Mientras se use el dinero que pertenece al pueblo iraquí, generado por los ingresos del petróleo, habrá que asegurarse de que el sistema es transparente y éstas son las decisiones que deberán tomar las autoridades iraquíes. No hay listas negras. Pero no me corresponde decir cómo se adjudican los contratos y a quién. Yo sólo soy el secretario de Estado.

-¿Cómo de serio es el divorcio entre Alemania y América? ¿Dirán los historiadores que en estos meses hemos visto la desintegración de Occidente?

-No. Yo estuve en Alemania durante la guerra como soldado, yo era el jefe del Estado mayor conjunto cuando se produjo la unificación, y no sé a cuántas conversaciones sobre el fin de la OTAN he asistido. En los últimos días de la URSS, en mis conversaciones con mis colegas soviéticos, ellos me decían: «Mire, nosotros vamos a disolver el Pacto de Varsovia. ¿Por qué no renuncian ustedes a la OTAN?». Yo tenía una respuesta muy simple: «Es muy difícil. La gente se empeña en incorporarse a ella. Todos los que han abandonado su Pacto de Varsovia vienen a mi oficina a solicitar un formulario de adhesión. Quieren estar vinculados a la seguridad transatlántica». Estos países todavía creen en la necesidad de ese sólido nexo entre los Estados Unidos y Europa. Éste no va a desaparecer porque nos hayamos enfrentado por Irak. La necesidad de tener un sólido nexo es una realidad perdurable. Alemania y los Estados Unidos han sido los más estrechos aliados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Tras la caída de Hitler ayudamos a Alemania a Francia y a tantas partes de Europa a reconstruirse y forjamos una sólida alianza y muy fuertes vínculos bilaterales. Empecé mi carrera en Alemania y terminé la parte operativa de la misma allí. Estamos haciendo tantas cosas juntos, en Afganistán, en los Balcanes... estamos muy agradecidos por el apoyo de Alemania a nuestras bases en el proceso de enviar tropas a Irak. La amistad entre los Estados Unidos y Alemania y otros países, más allá de desacuerdos circunstanciales, sobrevivirá. Europa seguirá creciendo bajo el paraguas de la relación transatlántica. Ésta no es la primera vez que nos peleamos. ¿Quiere que se las enumere? ¿En 1966...?

-Francia

-Voilá! Nos echaron de París. «¡Fuera! ¿Salgan de aquí!». ¿Y qué pasó? Nos adaptamos. Ha habido problemas con muchos asuntos a lo largo de los años. Esto ha sido un problema, uno serio, no quiero minusvalorarlo, pero al mismo tiempo no ha sido un golpe mortal.

-¿Cómo le va con sus colegas discrepantes como Villepin y Fischer?

-Acabo de verme con Fischer, que es un buen amigo, pero esto no tiene nada que ver con amigos sino con «business» -será mejor retirar eso, suena a término mafioso salido de «El Padrino»-. Esto no es nada personal. Nunca hemos dejado de ser amigos y de hablarnos. Discutimos, estamos en desacuerdo, perdemos la compostura, a veces la relación se enfría un poco y otras muchas echa chispas, pero nunca hemos roto nuestra amistad. Sigue habiendo debates y desacuerdos en los que tenemos que trabajar. Pero estas situaciones se presentan, hay que abordarlas y desaparecen. Hoy he sacado la conclusión de que hay la sensación de que es hora de volver a unirse. Y podemos hacerlo en la reconstrucción de Irak, no por esta guerra, sino por las décadas de destrucción perpetrada por Sadam Husein. Él ha destruido su sociedad, no nosotros.

-¿Está sorprendido por la falta de apoyo popular a sus tropas después de dos semanas de guerra?

Creo que vamos a ir viendo un incremento del apoyo. Según la gente se da cuenta de que el control del régimen ha sido destruido se va incrementando el número de bienvenidas que reciben las fuerzas de la coalición. Hoy ha ocurrido en Najaf. Lo que estamos viendo en el sur es que una vez que se ha destruido el poder del partido Baaz, una vez que la gente ya no está atemorizada, están saliendo y comenzando a cooperar con las fuerzas de la coalición. Las fuerzas han comenzado a emplearlos para distintos trabajos y están viendo que han entrado para quedarse, no como sucedió en 1991. Y esto irá a más cuando vean que este régimen ha acabado y les espera una vida mejor.

-Ésta es una guerra contra el terrorismo, pero la lista de países que apoyan el terrorismo es más amplia. ¿Debemos esperar otras guerras a continuación?

-Ésta ha sido una guerra contra armas de destrucción masiva. Una guerra contra un Estado bribón, pero también un Estado terrorista que lleva doce años violando un total de diecisiete resoluciones de la ONU. Y una vez más, después de que todo el Consejo de Seguridad se pusiese de acuerdo por unanimidad el pasado mes de septiembre y le dijese, «actúe inmediatamente, incondicionalmente. Es culpable y está violando las resoluciones». Tampoco cumplió. Hay una percepción en muchas partes de Europa de que ahora que los Estados Unidos han hecho esto, simplemente están buscando otro sitio al que ir a la guerra. Es como si ustedes no conociesen nuestra historia. Nosotros no buscamos guerras a las que ir. Lo hacemos con reticencia. Cuando denuncian la acción preventiva, quizá pudiesen repasar la historia europea y ver naciones que han disfrutado yendo a la guerra. No estamos buscando guerras, sino socios para afrontar los problemas del SIDA, de las familias, del crecimiento económico, del crecimiento sostenible. Eso es lo que verdaderamente queremos hacer. Pero no ignoraremos a los regímenes que apoyan a organizaciones terroristas. Así que diremos a la comunidad internacional que Siria e Irán apoyan actividades terroristas. Irán está desarrollando armas de destrucción masiva. No quiere decir que, igual que la noche sigue al día, vaya a haber guerras con Siria, Irán y Corea del Norte. Los sucesos de los últimos meses han hecho pasar desapercibidos los esfuerzos que estamos haciendo por afrontar el problema de Corea del Norte de manera multilateral, comprometiendo a los vecinos: China, Corea del Sur, Rusia y Japón en la consecución de una solución. Y la crítica que recibo permanentemente es «¿Por qué no les dice -unilateralmente- a los norcoreanos que tienen que sentarse a hablar de inmediato?». Por ahora queremos ocuparnos del problema iraquí y lograr una sociedad mejor para ellos. Intentaremos en sus momento afrontar la amenaza de otros estados bribones y que respaldan el terrorismo y no queremos perder la perspectiva de la agenda más amplia: la ampliación de la OTAN, la de la UE y con ello la del nexo transatlántico. Hay que luchar contra el SIDA, que mata más gente al mes que ningún conflicto sobre la faz de la tierra, hambrunas, sequías, horribles circunstancias inhumanas que debemos afrontar. Hay que asegurarse de que no estalla una guerra entre la India y Pakistán, que se incrementa el número de miembros de la comunidad de las democracias, hay que asegurar las buenas relaciones con China y Rusia, las otras dos grandes potencias...

-¿Qué papel podría jugar la OTAN en Irak?


-Hemos hecho algunas sugerencias en el contexto de operaciones de estabilidad y mantenimiento de la paz. También hemos sugerido que podría ayudar en la búsqueda de armas de destrucción masiva. Lo que me complace de la reunión de hoy es que nadie se opuso a ninguna de estas posibilidades. Hoy ha habido voluntad de considerar un papel para la OTAN en Irak y también se ha hablado de Afganistán.