LA 'VIETNAMITA' DE SELLARÈS

 

 Artículo de PILAR RAHOLA  en “El País” del 8-5-04

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 


¿No habría posibilidad de clonar al consejero de Medio Ambiente? Lo digo porque mientras el Gobierno en pleno se dedica a la ardua tarea de crear esperpénticos pollos internos para divertir a la oposición y así opositarse a sí mismo, el único que parece tener la cabeza en su sitio es Salvador Milà. Este hombre sencillamente trabaja sin ruidos estratosféricos, dice cosas sensatas, asume proyectos y riesgos y, sobre todo, aún no le ha dado por practicar la linda técnica del haraquiri político. Es una rara avis, dada la alegría saturniana que existe en el Ejecutivo catalán. Porque llevamos unos meses... Primero el fichaje de los hermanísimos y la antiestética... Después las reuniones con los patriotas etarras y su perdón supremo de nuestras pobres vidas. En paralelo la campaña de la caverna contra Carod, la defensa pertinente y el martirologio que asumió el susodicho con desagravio nacional incluido. Después los viajecitos del conseller en cap a las democráticas tierras del integrismo islámico, para ver cochecitos... Más allá, la surreal polémica sobre la Feria de Abril, polémica del siglo pasado que una no sabe muy bien si rescatan porque son unos antimodernos sin remedio, incapaces de repensar Cataluña más allá de la ortodoxia nacional, o porque el país entero se quedó en el siglo anterior a las luces. Por supuesto, no me olvido de los estropicios en la nominación de la CCRTV y ahora, para rematar, la máxima alegría sandunguera. Como si estuviéramos en las mejores épocas de la clandestinidad antipujolista, como cuando leíamos los Confidenciales de Miquel Sellarès para enterarnos de lo que ya sabíamos, como si nada hubiera cambiado, van y le regalan a Artur Mas un bomboncito estúpido, frívolo, previsible y, sin embargo, letal. ¿Se puede ser más tonto? Perdónenme ustedes, pero ¿se puede ser más tonto?

Veamos. Primero la escandalera. El documento, recibido en mano vía motorista con tarjeta de Pere Macias incluida (pastón se han gastado en mensajería...), está tan lleno de lugares comunes y trivialidades que sólo me ha parecido novedoso en algunos datos que conocía sin precisión. Por supuesto, a estas alturas de la experiencia, una ya no practica lo que Joan B. Culla llama "el angelismo", como si nos sorprendiéramos y nos escandalizáramos de lo obvio: que el poder político se preocupa y ocupa del poder mediático. Desde los tiempos gloriosos del factor Prenafeta, que llegó a acuñar la frase "prenafeta la llei, prenafeta la trampa", el país entero hizo un master en tendencias catalanas a lo Pravda. Y ahí está, para nuestra memoria patria, la escuela de El Observador y sus muchas derivadas. Dinerito para regar según qué prensa, dinerito para forzar según qué tertuliano oficial, dinerito para presionar la salida de según qué otro, dinerito y llamadita para conseguir según qué director, etcétera. Si el pujolismo tuvo vocación de cultura global, lo fue en su dimensión intervencionista, y ello a pesar de ser bastante inútil en el empeño periodístico. El documento que nos ha llegado, en el peor de los casos, es una copia burda de los mejores intentos de control mediático convergente, con la única diferencia de que los aprendices actuales son tan pipiolos que lo escriben, lo pasean por los despachos y hasta lo pierden.

Segundo, las teorías del complot interior, Según parece, no sólo tenemos el escándalo del documento, sino la crónica rosa del odio sentimental que se profesan algunas parejas de hecho del tripartito. Es decir, las gargantas profundas aseguran que lo han filtrado los propios de un lado para machacar a los propios del otro, lo cual eleva la estupidez a la categoría de paradigma. Si fuera cierto, y si fuera cierto que las prácticas clandestinas heredadas de las épocas nostálgicas de la Assemblea de Catalunya aún forman parte del estilo político de algunos altos cargos actuales, tendríamos algo más que fiebre, estaríamos ante una varicela de esas que te cogen con 30 años y te dejan hecha un trapo. Y es que los hay que fueron felices en su adolescencia de confidencial, célula clandestina y complot de barrio, y ahí se quedaron, colgados de la vietnamita.

Tercero, el tiempo perdido. En muy pocos días, el denostado, aburrido, antaño "Sosoman" del humor inteligente y actual presidente Rodríguez Zapatero, ZP, puso sobre la mesa lo más urgente y fundamental del Gobierno. Cambió la política exterior marcando estilo propio. Convirtió la tragedia de la violencia doméstica en una cuestión de Estado y propuso los proyectos pertinentes.

No se perdió en retóricas bienintencionadas e hizo de la paridad un hecho inapelable. Tomó las riendas del problema más grave de nuestra juventud, la vivienda, y creó un ministerio. Actuó decididamente en el asunto del agua, en el de la lengua, en la cuestión vasca, etcétera. Es difícil negarle la resolución, la valentía y, sobre todo, la madurez política. Mientras esto ocurría en tiempo récord en las Españas malditas, ¿qué ha ido ocurriendo en meses en Cataluña la Moderna, teóricamente mucho más depositaria de nuestras esperanzas? Ahí está el tema de fondo. Que en ZP no creíamos demasiado y nos ha demostrado talla política. En el tripartito creíamos de entrada y parece un patio de escuela.

Habrá que hacer algo pronto. Ya no es sólo una cuestión de gobierno. Empieza a ser una cuestión de ridículo.