UN PSOE PARA TODOS LOS GUSTOS

 Editorial de  “La Razón” del 09.01.2004

 

La presentación en sociedad del llamado «grupo de notables» de Zapatero se vió, sin embargo, ensombrecida por dos pequeñas anécdotas. La primera, cuando el secretario general de los socialistas y candidato a la presidencia del Gobierno tildó de «ignorantes» a todos aquellos que no comparten su visión de una España con 17 tribunales supremos y otras tantas agencias tributarias y, la segunda, cuando pidió un poco más de tiempo a Simancas para decidir quién le acompañará como número dos en la candidatura por Madrid, visto que la mayoría de las «candidatas galácticas» que ha intentado fichar se han excusado con buenas palabras. Son sólo dos anécdotas, pero demuestran el nerviosismo que embarga al candidato, haciéndole perder las más elementales formas, y dan prueba de las dificultades que tiene el PSOE para cerrar algunas de las listas más importantes.
   En estas circustancias, lo único que no sorprende de la creación del comité de notables es, precisamente, que Zapatero haya tenido que crear un comité de estas características. Dado que la Ejecutiva Federal va a tener que negociar y, eventualmente, transigir con los partidos nacionalistas radicales que le son imprescindibles para sostener su frente anti-PP; el secretario general no tenía más remedio que rodearse de veteranos socialistas publicamente comprometidos con la unidad de España, tal y como la consagra nuestra Constitución, en un intento de tranquilizar a un sector de los votantes socialistas que están más que preocupados por la deriva de algunos pactos de gobierno, como los alcanzados en Cantabria y Cataluña y en diversos municipios de Galicia y de Navarra.
   No creemos que este lavado de imagen vaya a darle los resultados apetecidos. Aunque el prestigio de algunas de las figuras elegidas para integrar el sanedrín está fuera de toda duda, sus posiciones políticas divergen claramente de la línea adoptada últimamente por Ferraz. Es lógico que, ante la proximidad de las elecciones, el PSOE cierre filas con su candidato, pero habrá que tener muy en cuenta que si Rajoy no alcanza la mayoría absoluta la única opción de Zapatero es pactar con los partidos nacionalistas. En ese caso, posiblemente y aunque hoy parece poco probable, esos mismos «notables» podrían pasar una factura muy alta a la estabilidad del hipotético gobierno de coalición.
   Es el riesgo de intentar ofrecer un partido para todos los gustos. En lugar de mantener una línea política clara, como siempre había hecho el PSOE, el equipo de Rodríguez Zapatero actua en clave electoralista y, jugando al corto plazo, considera primordial los posibles acuerdos para derrotar al PP, aunque ello le obligue a presentar un modelo de Estado a la carta. Un modelo que responde más a las circustancias actuales del partido que a las necesidades de la Nación.