ENTREVISTA A MARIANO RAJOY:

 

 

«En la situación actual de España, un Gobierno sin mayoría tendría dificultades»

 

Candidato del PP a la Presidencia del Gobierno

 

Por José Antonio Vera y Carmen Morodo  en “La Razón” del 29/02/2004


Pregunta.- ¿Qué conclusión ha sacado del comunicado de ETA en el que afirma su admiración por el proceso catalán y elogia al PSC de Maragall en contraposición al PSE?
   Respuesta.- Lo primero es que el único comunicado de ETA que tendrá importancia en su día será aquel que demuestre que deja sus actividades criminales. Sobre el que está en la mesa, lo único que puedo decir es que el PSE mantiene un planteamiento más claro, en general, aunque haya gente dentro que no lo hace, en defensa de la Constitución y del Estatuto de Guernica, mientras que el señor Maragall quiere reformar la Constitución, el Estatuto y además su aliado es un partido independentista, republicano y que se reúne y llega a acuerdos con ETA. Desde el punto de vista de ETA, tiene toda la razón, desde el punto de vista de la decencia y la moral, me parece lamentable.
   P.- ETA sostiene que la tregua es previa a la reunión con Carod.
   R.- Yo me limito a ver qué es lo que ha ocurrido. El señor Carod se reúne con ETA, y la dirección de ERC, en el mismo mes de enero, saca un comunicado que coincide sustancialmente con el que pocos días después da a conocer ETA, con una sola diferencia, que es que la banda declara una tregua en Cataluña. El tercer dato es el comunicado etarra en sí, y el cuarto, la decisión. No hay que hacer un análisis muy a fondo para darse cuenta de que ha habido un acuerdo político y que esa reunión ha sacado a ETA de la situación de extrema debilidad en la que estaba.
   P.- En este contexto tan polémico, Carod ha dicho de forma clara que daría sus votos a Zapatero para que pudiese conformar gobierno tras el 14-M, y Zapatero no ha dicho aún nada sobre qué va a hacer con esos votos. ¿El que calla otorga?
   R.- No tengo la más mínima duda de que si son necesarios los votos, el señor Carod se los dará al señor Zapatero, y éste, por supuesto, los aceptará, y como justificación doy dos argumentos entendibles: uno, que los votos ya los ha entregado ERC en Cataluña a quien tenía menos escaños, y dos, que se presentan en coalición al Senado por las cuatro circunscripciones catalanas.
   P.- Bargalló, el actual «conseller en cap», ha dicho que Carod volverá por la puerta grande, y Ridao, el portavoz republicano, ha precisado que el regreso será después de las generales...
   R.-No lo sé, pero no descarto nada pues cuando se conoció la reunión con ETA ya se quedó sin cubrir el puesto de «conseller en cap», y luego nos enteramos de que era para que el señor Carod lo ocupara a la vuelta de las elecciones... A mí no me extraña nada. El problema de todo esto es que cuando uno pacta con quien no tiene que pactar, al final no decide, y el señor Maragall no tiene capacidad para decidir quién es el «conseller en cap», lo cual es muy triste... El señor Carod volverá cuando lo estime oportuno.
   P.- ¿Se teme que ya haya, de hecho, otro pacto oculto para ese regreso?
   R.- No tengo ningún dato que me permita hacer tal afirmación.
   P.- Y le parece creíble que Carod-Rovira haya llegado a cometer hacia su presidente, al que se debía institucionalmente y del que era entonces «mano derecha», la enorme deslealtad de acudir a entrevistarse con la banda terrorista sin hacerle la más mínima insinuación de sus intenciones, tal y como se nos ha dicho.
   R.- No tengo tampoco ningún dato, pero, en cualquier caso, si Maragall no lo conocía, como dice, me parece algo fuera de lugar y sorprendente en un país normal. He sido vicepresidente del Gobierno y no se me ocurre que pudiera hacer una cosa de esas características sin contárselo al presidente... Sea cierto o no, eso revela que las cosas no funcionan bien allí.


   Información sobre ETA


   P.- ¿No debería al menos Carod comparecer en el Parlamento para informar de su entrevista?
   R.- Eso no ocurre porque él no quiere. Lo lógico es que comunicara a las fuerzas de seguridad con quién se reunió y, sobre todo, cuál fue su enlace para llegar hasta allí, porque eso es fundamental para la lucha antiterrorista.
   P.- ¿No se puede hacer nada para evitar que una persona que se ha reunido con ETA no comparezca en el Parlamento y tampoco informe ni a la policía ni a los tribunales?
   R.- De momento no se ha podido hacer nada, pero realmente si eso lo hace un señor del PP, o del PSOE, es evidente que su situación sería distinta. Hay personas a las que se les llena la boca con la palabra democracia y, al final, actúan de una manera tan inaudita como lo ha hecho este señor. Y lo más sorprendente es que uno de los grandes partidos nacionales mantenga coaliciones con él.
   P.- ¿Qué valoración general hace de la tregua de ETA en Cataluña?
   R.- No hago más valoración que la de decir que es una enorme vergüenza porque lo único que me importa de ETA es que deje de matar y que, mientras, seamos capaces de hacer una política antiterrorista eficaz.
   P.- ¿Corre peligro el pacto anti-ETA?
   R.- No. Yo prefiero mantenerlo vigente, aunque es verdad que en su espíritu no permite acuerdos con organizaciones terroristas.
   P.- Pero sí que hay temores a que la firmeza de Zapatero en política antiterrorista pueda quedar condicionada a su necesidad de contar con ERC o con IU.
   R.- Dependerá de lo que haga el líder del PSOE. Por de pronto, tenemos que el señor Carod-Rovira ha conseguido que el modelo de Estado del PSOE haya cambiado. De hecho, en la reunión de Santillana del Mar, que mantuvieron después del verano, nadie habló de agencias tributarias, ni de mandos únicos... y eso vino después de que se produjeran las alianzas de Cataluña. Espero que el pacto antiterrorista no se pretenda modificar por los acuerdos a los que llegue nadie.
   P.- Zapatero promete acabar con ETA en cuatro años. ¿Se lo cree o lo ve una simple proclama?
   R.- Declaraciones de ese tipo no sirven para nada. Esto requiere de una política antiterrorista clara y tener determinación y coraje para aplicarla. ETA está mucho peor que estaba, pero aún tiene capacidad para seguir matando, evidentemente.
   P.- ¿Cómo ve la próxima legislatura en relación con los desafíos nacionalistas en Cataluña y País Vasco? En una situación tan debilitada, como dicen ustedes, en que está Rodríguez Zapatero, ¿confía en poder contar con él para gestionar el problema territorial que se avecina?
   R.- Si yo fuera el presidente del Gobierno hablaría en los primeros días de mi mandato con el PSOE de estos asuntos para ofrecerle un consenso. Soy un convencido de que todo lo que hace referencia al modelo de Estado debe ser producto de un acuerdo entre los grandes partidos y, hasta ahora, así ha sido. ¿Qué es lo que puede ocurrir? Del Plan Ibarreche tengo que decir que es radicalmente contrario a la Constitución española, de ser aprobado permitiría que España dejara de ser España porque eso es el derecho de autodeterminación. Y esa posibilidad no está abierta en ninguna Constitución del mundo y me refiero incluso a Canadá, lo cual es lógico porque ningún país tiene una norma para dejar de ser ese país. Si se aprueba en el Parlamento vasco, luego tiene que venir al Parlamento nacional, y allí Mariano Rajoy y el PP votarán en contra porque no voy a ser presidente del Gobierno para que España deje de ser España.
   P.- Mirando a Cataluña, ¿su oferta de abrir el Gobierno a CiU se mantendrá saque lo que saque el 14-M?
   R.- Ese ofrecimiento ya lo hicimos en su día. CiU ha estado más de veinte años gobernando en Cataluña, ha aprobado el Estatuto, ha hecho una aportación importante a la gobernabilidad y nosotros también la hemos hecho al gobierno de Cataluña. Desde el punto de vista ideológico, los planteamientos están muy próximos y la diferencia es que CiU es un partido nacionalista. Pero cuando ya llevamos 25 años de la aprobación de la Constitución, cuando la Generalitat tiene competencias que suponen un presupuesto de más de 3 billones de las antiguas pesetas y que afectan a los asuntos que importan de verdad a la gente, es el caso de la Sanidad o la Educación, CiU tiene que decidir cuál es su apuesta: puede ser parecida a la de ERC, pero yo no la veo, no creo que lo quieran ni sus dirigentes ni el electorado de Cataluña, o puede optar por llegar a una solución de integración en el Gobierno de España.
   P.- Dentro del exigido respeto a la Carta Magna, ¿queda algún margen para promover reformas estatutarias mediante mecanismos como la vía del artículo 150.2?
   R.- El único margen es que por la vía del 150.2 se le quitan al Estado las competencias que son de titularidad exclusiva. Tenemos una Constitución que dice «éstas son las competencias del Estado», «éstas de las autonomías»... y debiera haberse quedado ahí, pero se metió el 150.2 que establece que además el Estado puede ceder las suyas a las comunidades. Lo que se nos plantea es que cedamos la legislación básica en materia de Educación, en Sanidad..., es decir, las pocas competencias que nos quedan. Y a mí no me parece ni justo, ni operativo, ni bueno para la solidaridad e igualdad de los españoles que el Estado no tenga la legislación básica, por ejemplo, en Educación, lo que le permite asegurar algo tan razonable como que el 55 por ciento de las enseñanzas sean iguales en todo el territorio. Por tanto, el margen es que el Estado se quede sin legislación básica en los grandes servicios que ejercen las autonomías, lo que ni siquiera creo que estuviese en el espíritu de los constituyentes.
   P.- Pero en aras de un acuerdo, quizás sería posible delegar esas competencias del Estado a algunas autonomías, caso de Cataluña y País Vasco, y al resto no.
   R.- Es que ya he dicho que no sería ni justo ni equitativo, sino sólo un factor de desigualdad entre los españoles que no responde al espíritu constitucional y a la concepción moderna del Estado.
   P.- La conclusión entonces es que está dispuesto a escuchar propuestas de reforma estatutaria que respeten las reglas, pero no ve margen para nada.
   R.- Yo no llevo en mi programa ni reformas estatutarias ni constitucionales porque creo que no hay necesidad y que a los españoles les importan más otras cosas. Dicho esto, estoy dispuesto a escuchar, pero no a aceptar reformas que dejen al Estado sin sus competencias exclusivas y que hagan que España deje de ser España.
   P.- ¿Y qué es España?
   R.- Pues es la nación más antigua de Europa, con más de quinientos años de existencia. Es una nación plural, y por eso tenemos el Estado más descentralizado, y un proyecto común que se basa en la solidaridad entre todos los ciudadanos y en la igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones.
   P.- Zapatero ha dicho que está dispuesto a recuperar el diálogo con el PNV y el Gobierno vasco. En su caso, más allá de la relación institucional que exige del trámite de convocar al «lendakari» si gana las elecciones, ¿es partidario de abrir otros cauces de contacto?
   R.- Es que yo nunca me he negado a hablar, ni el Gobierno tampoco. El presidente autonómico al que más veces ha recibido José María Aznar es el señor Ibarreche, lo que no es un dato menor y, además, es objetivo. Yo estoy dispuesto a hablar, pero lo que sucede es que aquí hemos acordado un Estatuto, el de Guernica, que no era el de nadie sino el de todos, y ahora hay quien no sólo dice que ya no vale, sino que trata de imponer como referente el suyo.
   P.- Hay quien piensa que el talante de Imaz podría facilitar las cosas.
   R.- No lo sé. No tengo datos en este momento que me permitan afirmar que va a ser más fácil con él.
   P.- Entrando ya en la campaña electoral, hace unos días reivindicó usted la «España tranquila». ¿En qué consiste?
   R.- Es una España estable y con reglas de juego, pues éstas sólo hay que cambiarlas cuando es absolutamente necesario, después de un proceso de reflexión y cuando se ve claro que hay un consenso. Quiero subrayar que esto tiene gran importancia desde el punto de vista del ciudadano, pero también en el plano económico. Una España tranquila también es aquélla en la que los partidos tienen comportamientos razonables, y que uno se reúna con ETA y otro, por unas razones u otras, mantenga su acuerdo con esa formación pese a todo, no es el mejor ejemplo de ello. Y por último, para mí una España tranquila es la que permite debatir de manera razonable: por eso he hecho toda una campaña consistente en la presentación de mi programa y, lo que son las cosas, algunos me han dicho que eso es aburrido... Mas yo creo que a los españoles les importa más qué es lo que estamos dispuestos a hacer por la familia, o el programa de deporte, o el de turismo, o el de infraestructuras, que no un permanente rifi-rafe dialéctico.
   P.- Precisamente por eso le han acusado de intentar ocultarse bajo la sombra de Aznar, de estar haciendo una campaña de perfil bajo... ¿Se sintió aludido por aquella petición del presidente de más ambición?
   R.- No sentí nada porque nunca interpreté que el presidente del Gobierno reclamase más dureza. Sobre todo porque yo hablo con él muy a menudo y de eso, en particular, ya lo había hecho. Esta campaña es además muy similar a la de 2000.
   P.- ¿Cómo ve el resultado de los comicios? ¿Sus sondeos internos le garantizan la mayoría absoluta?
   R.- Las elecciones no están ni mucho menos decididas. Aspiro a tener una mayoría suficiente para gobernar porque, frente a los que piensan que son malas las mayorías, yo creo que es mucho peor una minoría condicionada, como la de Cataluña por el señor Carod-Rovira. Yo no haré como otros que aceptan cualquier cosa para llegar al poder, pero también es evidente que, en la situación actual, un Gobierno sin mayoría tendría dificultades.
   P.- ¿Y cómo está viendo la campaña del PSOE? ¿Teme el efecto revulsivo de la marca ZP?
   R.- Casi que no entro en un análisis de eso porque no tiene sentido. Hombre, publicitariamente la verdad es que no me parece una idea muy feliz.
   P.- Ya en estas fechas, la afirmación de que no habrá cara a cara con Zapatero no se aparta ni un ápice de la verdad, ¿no?
   R.- Yo dije que quería un debate que responda a la alternativa real que hay en España, y la alternativa al actual Gobierno es, por de pronto, una coalición del PSOE con quien ya está coaligado en Cataluña. Sobre todo porque es un coaligado que impone sus condiciones en mucho temas esenciales, como el del Estado. Y también tendría que venir el señor Llamazares, pues ya ha manifestado también su apoyo al frente anti-PP. Si no fuese un debate que cumpliese estas condiciones, nos encontraríamos en situaciones como la que se dio con el enfrentamiento de Mas con Maragall en las últimas autonómicas: no era cierto ya que, al final, el barón socialista se coaligó con otros y su programa de gobierno nada tiene que ver con el que explicó en su día.
   P.- En un análisis más de programa, el PSOE parece, por ejemplo, que ha encontrado la fórmula para hacer que la televisión sea plural y objetiva con ese consejo asesor independiente. ¿Hay posibilidad de consenso a partir de esa base?
   R.- Cada uno se asesora con quien estima conveniente, y yo lo haré con quien tenga que asesorarme. Pero creo que esto no es un tema de asesores, sino de que haya voluntad política y fijemos las mismas reglas de juego para todas las televisiones. Las promesas del señor Zapatero me las creeré cuando las aplique en Andalucía, en Cataluña o en donde haya un gobierno socialista y una televisión autonómica.
   P.- ¿Tampoco necesita de un comité de notables en su toma de decisiones?
   R.- Como cualquiera requiero de ayuda, de ideas y de que me apoyen, pero lo que no necesito es dar a la prensa los nombres de unos cuantos señores para decir que me están asesorando. Es un poco pueril.
   P.- ¿Y por qué cree que Zapatero sí lo necesita?
   R.- Detrás de estas cosas hay mucha propaganda. Si se fija, el comité de notables son señores como Ibarra, Bono... que se reúnen cada cierto tiempo. Yo me reúno todos los lunes desde enero con otra cosa que podría llamar también un comité de notables, convocar una rueda de prensa y hacerme una fotografía... pero es que me parece tan pueril... está sólo hecho para salir en los periódicos.
   P.- Centrándonos en la economía, ¿cuánto costará la tercera reforma del IRPF? Y tras lo anunciado, ¿se guarda más cartas en relación a la política de apoyo a la familia?
   R.- Lo que se ahorrarán los contribuyentes, yo utilizaría más esta frase, es algo más de 4.000 millones de euros: un poco menos que en la primera reforma del IRPF y un poco más que en la segunda. Pero quiero insistir en la idea de que después de hacer las dos reformas del IRPF, la recaudación aumentó en aproximadamente un cuatro por ciento. La razón es que esta medida, junto a otras muchas, se hace para dejar dinero en manos de los contribuyentes y que éstos puedan ahorrar e invertir, y asimismo se genere empleo. Al final hay muchos más contribuyentes pagando de una manera más justa y equitativa. Tengo la firme convicción de que, de nuevo, aunque se ahorre a los contribuyentes más de 4.000 millones de euros, se va a aumentar la recaudación. En cuanto a nuevas promesas, es probable que durante la campaña anunciemos alguna cosa más en apoyo a la familia porque estamos en condiciones de hacerlo. Esta legislatura tiene que ser la de la familia y la de inversión en I+D+I y en infraestructuras.
   P.- Sus adversarios lo que dicen es que bajan mucho los impuestos pero que los servicios públicos funcionan mal.
   R.- Y lo que yo contesto es que con menos impuestos ha aumentado la recaudación y, a lo mejor, con más impuestos bajaba, como ya hemos visto que ha sucedido a lo largo de muchos años. A partir de ahí, creo que nuestra Sanidad es de las mejores del mundo, que el sistema de pensiones está ya consolidado, que en Justicia se han creado muchos jueces en estos años, hemos puesto en marcha los juicios rápidos... La clave de todo es tener un modelo económico que permita recaudar más y gastar más.
   P.- Otra de sus claves, según dice, es el pleno empleo. La pasada legislatura se habló mucho de abaratar el despido, ¿es ésta una de las ideas que pueden retomarse?
   R.- Sí considero que lo fundamental es crear empleo y, atendiendo a ese objetivo, intentaré lograr un Acuerdo Nacional con las organizaciones sindicales y con las empresas, y ahí hay que hablar de muchas cosas con las cartas encima de la mesa con el fin de tener más trabajo, más estable y conciliar la vida familiar y laboral.
   P.- ¿Podría concretar cuál es su propuesta para hacer que los dos millones de puestos de trabajo que ha prometido no sean precarios?
   R.- Efectivamente uno de los temas capitales es reducir la temporalidad y habrá que ver cómo hacemos más atractivo el empleo estable y cómo hacemos atractivo también el contrato a tiempo parcial... Ahí se pueden adoptar una serie de medidas que me gustaría acordar con organizaciones sindicales y empresarios.
   P.- ¿Abaratar la vivienda es realmente un objetivo posible?
   R.- Reconozco que éste es uno de los temas más difíciles que tiene por delante el Gobierno. Ahora se construye en España el doble que en los primeros años de los 90 y, sin embargo, los precios suben y además se vende todo. Han influido factores como los cuatro millones más de personas trabajando, la llegada de ciudadanos comunitarios, sobre todo en el arco mediterráneo... Lo primero para mí es llegar a un acuerdo con comunidades y ayuntamientos, especialmente para que estos últimos dejen de tener como instrumento claro de financiación el tema del suelo.
   P.- ¿Qué se puede hacer para combatir el fenómeno de la deslocalización de empresas? El tripartito catalán ha optado por la vía de las amenazas
   R.- Bueno, lo primero que hay que hacer es tratar bien a los clientes porque el resto toma nota. Si a una empresa se le dan facilidades para entrar, pero para salir no se le da ninguna, pues la gente puede tener la tentación de no venir. La actitud del Gobierno catalán ha sido disparatada y propia de quien tiene poca experiencia, no se puede amenazar a nadie y menos a un empresario que lo que hace es generar riqueza. La solución, a mi juicio, está en crear condiciones para hacer de España un país atractivo: estabilidad, seguridad jurídica, impuestos razonables y mejora de infraestructura, de la formación de los trabajadores y de la inversión en I+D+I. A parte de esto, nosotros vamos a crear la Agencia Invertir en España que tendrá como objetivo básico el atraer inversores.
   P.- Se dice con frecuencia que el crecimiento español, además de por las políticas del Gobierno, tiene mucho que ver con las aportaciones de la UE. Cuando se acabe el maná europeo, ¿seguiremos creciendo de la misma manera o las cosas pueden cambiar?
   R.- Nosotros recibimos ayudas europeas desde hace muchos años, y en España ha habido casos en los que aún recibiendo ayudas tuvimos un crecimiento negativo: esto es un dato muy significativo. Además, hay otros países que cuentan con más ayudas en proporción al número de habitantes y tienen un crecimiento muy inferior... Y el que recibamos fondos también beneficia a los otros países, es decir, si nosotros hacemos trenes no compramos el AVE en Asia o África, se lo compramos a los grandes países europeos que pueden ver sus exportaciones muy mejoradas. Yo creo que el crecimiento es consecuencia de unas políticas económicas bien hechas y de saber aprovechar bien en el área de infraestructuras esas ayudas comunitarias. ¿Al final se puede notar esa disminución de los fondos? Hombre, la comisión europea ha hecho una oferta razonable desde el punto de vista de la cohesión, mas también es cierto que España se ha acercado en ocho puntos largos a la media de renta europea y no podemos pretender ser igual de ricos y seguir recibiendo las mismas ayudas que cuando éramos pobres. Nosotros aspiramos a que haya una gradualidad, que se atienda el caso de Canarias porque es una región ultraperiférica, y poner más énfasis de cara al futuro en las ayudas de I+D+I y en las del pilar de Seguridad, Justicia y Libertad.
   P.- En terreno ya más político, ¿usted ve necesario un impulso de regeneración democrática?
   R.- La mayor regeneración democrática que se ha producido es que en 1996 todos los estudios sociológicos decían que la corrupción era el tercer problema que más importaba a los españoles, y hoy no está ni entre los cuarenta primeros. Eso es una regeneración democrática indiscutible... pero, a veces, se habla de regeneración democrática en la vida parlamentaria... que si el Gobierno responde menos... Pues voy a dar otro caso de regeneración democrática impresionante: para la ley más importante del año, la de Presupuestos, nosotros nos obligamos en las Cortes a no superar un techo de gasto y dar explicaciones, mientras que antes se nos presentaban una cuentas que no se cumplían ni en el capítulo de ingresos ni en el de gastos. Por lo demás, sin duda alguna podemos hacer todos mejor las cosas, pero cuando oigo a algunos decir que no hay libertad de expresión... ¿mire es que hay que tener un poco de equilibrio y sensatez para decir según que cosas!
   P.- Los estudios sociológicos sí corroboran que uno de los mayores problemas de España es el de la seguridad ciudadana.
   R.- Sin duda, la obligación básica del Estado es garantizar la seguridad y la libertad de las personas. Yo planteo en mi programa 32.000 nuevos miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado que se van a la oferta pública de 2005, 2006, 2007 y 2008, y además vamos a reformar algunas leyes como la del Menor y la del Jurado y también extenderemos los juicios rápidos a algunos otros delitos como el de drogas o para familia.
   P.- El que gran parte de los delincuentes habituales sean extranjeros, ¿le lleva a algún tipo de reflexión?
   R.- Creo que dentro de los inmigrantes hay tres grupos: una mayoría son personas que vienen a trabajar a España y se ganan la vida dignamente y contribuyen al crecimiento económico, más de 900.000 en la Seguridad Social; en segundo lugar hay mafias organizadas que llegan de América y algunos países del Este europeo, y, por último, está ese otro grupo de personas en la marginalidad y que son utilizadas por quienes trafican con seres humanos. Mi conclusión es que hay que hacer pedagogía a partir de esa idea de que hay algo más de 900.000 inmigrantes trabajando y contribuyendo, y además hay que ser lo más contundente que podamos en la lucha contra la ilegalidad y contra las mafias organizadas.
   P.- En un escenario, tras el 14-M, en el que finalmente fuese Rodríguez Zapatero el nuevo presidente. ¿Qué es lo que más miedo le daría de un Gobierno socialista?
   R.- Que conste que para responder esa pregunta hago un gran esfuerzo de imaginación, pero lo que más me preocupa es que no hay ni modelo de Estado ni económico.
   P.- Además del diálogo que ya ha avanzado sobre el problema territorial, ¿en qué otros asuntos, de ser usted el ganador, abriría de inmediato conversaciones con el PSOE?
   R.- Sobre terrorismo, política internacional... y me gustaría recuperar el Pacto de Estado de la Justicia... el Pacto de Toledo...
   P.- Zapatero dice ahora, refiriéndose al tema de Iraq, que los soldados deben volver el 30 de junio si en esa fecha no se ha hecho la transferencia de soberanía.
   R.- Yo no estoy de acuerdo. Los soldados españoles, al igual que muchos otros, deben volver cuando terminen su misión, que es que Iraq se convierta en un país democrático. A mí me gustaría que fuese cuanto antes, pero sin renunciar a nuestros compromisos.
   P.- ¿Estaría dispuesto a doblar los efectivos para relevar a Polonia al mando de la división centro-sur?
   R.- No está planteado en este momento y es muy difícil opinar sobre futuribles. Mientras no se tome una decisión, yo tampoco la tomo. Estoy satisfecho con lo que hay, pero no renunciaré a cumplir los compromisos internacionales de España.
   P.- ¿Quién es su candidato preferido para las Presidenciales americanas? ¿Bush, como le ocurre a Aznar?
   R.- No sé quién es el preferido de nadie. Si soy presidente de España, procuraré entenderme con quien sea el presidente de EE UU.
   P.- ¿A dónde cree que llevaría la posición socialista en materia exterior?
   R.- Es que el señor Rodríguez Zapatero tampoco ha hecho ninguna propuesta muy importante. Ha dado tortazos descomunales a EE UU, lo que no me parece una estrategia muy inteligente, y ha dicho que es muy europeo... Bien, yo también soy muy europeo pero no veo por qué me tengo que llevar mal con la principal potencia del mundo, donde podemos tener unos intereses económicos muy grandes y donde viven 40 millones de personas que hablan nuestro idioma.
   P.- Antes hemos hablado de la posibilidad de un Gobierno socialista, imaginemos ahora que es de usted. Si Rodrigo Rato y Jaime Mayor, dos de sus compañeros en la carrera sucesoria, están dispuestos, ¿tendrán un hueco seguro en su gabinete?
   R.- No tengo tomada ninguna decisión al respecto. Son dirigentes de una colosal valía... siempre he dicho que como soy un señor que he trabajado con la generación del presidente del Gobierno, no voy a ser quien jubile a mi generación. Pero también soy consciente de que hay que dar oportunidades a otras personas más jóvenes, de otra generación.
   P.- Una última cuestión, el tema de esa serie de directores de cine que han sido ampliamente subvencionados por el Gobierno del PP y que ahora se dedican a promover una campaña de hostilidad contra ustedes.
   R.- Creo que cuando se es gobernante hay que guiarse exclusivamente por el criterio del interés general y no estar condicionado por lo que hagan unos o digan otros. Se podría discutir si es bueno o malo que haya determinado tipo de ayudas, pero discutir sobre si son buenas o malas porque uno critique, o no, al Gobierno, pues tampoco tiene sentido. Yo no lo haré así. A mí me gustaría que el cine español fuera el mejor posible, que recaudara mucho dinero, tuviera muchos espectadores... y que se centrase en lo que es verdaderamente importante. Creo que de lo que deberían preocuparse, aunque se preocupen de todo, es de hacerlo de la mejor manera posible para que haya cada vez más gente interesada en ver cine español, ya que, al final, al igual que yo me someto al veredicto de los ciudadanos, quien hace una película se somete al veredicto del público.