FRANCIA APOYA AL RÉGIMEN ISLAMISTA DE SUDÁN PARA NO PERDER PODER EN LA ZONA

Un alto militar galo desmiente que existan pruebas de un genocidio en Darfur

 

Informe de  Javier Gómez  en “La Razón” del 29/07/2004

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

París está dispuesta a mantener su influencia en África incluso a costa de enfrentarse a la comunidad internacional por la crisis de Darfour. Ayer insistió en la necesidad de una «salida política» que cuente con el Gobierno de Sudán. El ministro de Exteriores, Michel Barnier, aseguró que el conflicto no se solucionará «contra Sudán ni sin Sudán, sino con Sudán», lo que le da un respiro a Jartum, que teme una invasión internacional.

 

 París- «La amenaza de sanción puede ser útil, pero lo que hay que hacer es presionar a todas las partes», declaró ayer Michel Barnier, ministro de Exteriores francés, desde Abeche (Chad). La diplomacia francesa vuelve así a interponerse en los planes de EE UU, que propusieron dar un plazo a Sudán después del cual, de no desarmar a las milicias progubernamentales, se procedería a votar unas sanciones comerciales y diplomáticas. Londres ha planteado incluso una intervención armada de la que el Gobierno sudanés ha prometido defenderse. «Si somos atacados no nos quedaremos sentados y callados, responderemos», avisó el ministro sudanés de Asuntos Exteriores, Osman Ismaïl.
   Barnier, de gira por varios países africanos, visitó el martes el campo de refugiados de El Facher, en el que se hacinan miles de personas expulsadas de sus casas. El jefe de la diplomacia gala negó culpar a la Administración de Omar Al Bashir, aunque reconoció que Jartum debe «desarmar a las milicias janjawid», y se limitó a pedir colaboración a «todos los que tengan una responsabilidad en lo ocurrido». El ministro francés prometió la «solidaridad» francesa al vicepresidente de la provincia norte de Darfour, Ibrahim Al Chartie, que le transmitió a su vez la «inquietud» de Jartum ante «la manera en que la comunidad internacional intenta arreglar la crisis».
   Un coronel francés, Georges Davoine, «número dos» de la misión de verificación del alto el fuego enviada a la zona por la Unión Africana (UA), llevó incluso la contraria a la mayoría de las organizaciones internacionales y afirmó que «no hay elementos que aseguren la existencia de un genocidio en curso en Darfour», según la agencia France Presse.
   El militar fue matizado después por el jefe de la misión, el general nigeriano Festus Okonkwo, quien dijo que «la tregua no ha sido respetada y que sigue habiendo violaciones». Observadores de la UA declararon que las milicias árabes mataron y quemaron vivos a numerosos civiles en un ataque a principios de julio en el poblado de Suleia.
   El Movimiento por la Liberación de Sudán, grupo contrario al régimen de Jartum, insiste en que la Darfur es víctima de una campaña de «limpieza étnica». Según la ONU, las víctimas mortales en los enfrentamientos en Darfour ascienden ya a entre 30.000 y 50.000, además de más de un millón de desplazados y 200.000 refugiados en el vecino Chad.