TODA FRANCIA, MENOS CHIRAC, SE OPONE A LA ENTRADA DE TURQUÍA EN LA UNIÓN EUROPEA

 

 Informe de   “La Razón” del 25/09/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Los socialistas condicionan su apoyo, entre otras exigencias, a que Ankara reconozca el genocidio armenio

 

Jacques Chirac contra todos. A ese escenario parece reducirse la encendida polémica que vive Francia sobre la entrada de Turquía en la Unión Europea. El jefe de Estado quiere ver al país otomano en Bruselas, porque «forma parte de la familia europea». En la orilla contraria, la mayoría de los ciudadanos galos (seis de cada diez) y los partidos políticos, incluido el suyo, la conservadora UMP, piden a la Comisión Europea que no se pronuncie, el próximo 6 de octubre, en favor de la adhesión. Los socialistas son los únicos que, además, exigen que Ankara recononozca que en 1915 mató a 1,2 millones de armenios.

 

Javier Gómez
París- El presidente Jacques Chirac sabe que su «convicción» de que Turquía debe entrar en la Unión Europea (UE) «no es compartida por todo el mundo» en Francia. Tan claro lo tiene el jefe de Estado porque el primero en disentir es su propio primer ministro, Jean Pierre Raffarin, que ayer se descolgó con unas sorprendentes declaraciones al «Wall Street Journal»: «El problema no son los compromisos del Gobierno turco, sino la actitud de la sociedad turca».
   Para dejar claro que no fue un lapsus, Raffarin hundió más el clavo de su escepticismo: «¿Queremos ver al río del islamismo llegar hasta la cuna del laicismo?». Unos piensan que el jefe de Estado se está aislando y pone en peligro la ratificación de la Constitución europea. Los sondeos indican que un 60 por ciento de los franceses no considera a los 70 millones de turcos parte de la Vieja Europa, por un 35por ciento que apoya su entrada. Otros interpretan que hay un reparto de papeles entre el presidente y Raffarin para atar los dos cabos de la opinión pública.
   El 6 de octubre, la Comisión Europea se pronunciará sobre la apertura de las negociaciones de adhesión. El dictamen será presumiblemente positivo, tras la promesa del primer ministro otomano, Recep Tayip Erdogan, de aprobar un código penal en el que el adulterio no será delito. Los líderes de la UE tomarán la decisión final el 17 de diciembre. Si se levantan todas las barreras, la UE de los 28 puede ser realidad en 2015.
   Ningún político de peso falta por pronunciarse. Los que ya lo han hecho reniegan de Chirac. Echándole más pimienta a las contradicciones de la fontanería europea, si Ankara pone pie en la UE deberá firmar una constitución cuyo inspirador, el ex presidente Valery Giscard D'Estaing, opina que «Turquía no es europea». La UMP y la UDF, los dos partidos del Gobierno, también han hecho saber su negativa. «No es honesto hacer creer a los turcos que pueden ratificar el tratado de adhesión», se descolgó ayer el ex ministro de Exteriores socialista Hubert Védrine, uno más de los dirigentes que discuten la posición de su formación, formalmente a favor de la ampliación, pero con una retahíla de condiciones de difícil cumplimiento para Ankara. La más complicada, el reconocimiento oficial del genocidio armenio. Entre 1915 y 1917, las tropas otomanas masacraron a 1,2 millones de armenios. Turquía todavía guarda silencio sobre uno de los mayores genocidios de la historia.