MARAGALL AVISA DE QUE CATALUÑA SIEMPRE DEBERÁ TENER MÁS QUE LAS NO HISTÓRICAS

 

  Noticia en “La Razón” del 30/09/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado la noticia que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Tate Santaeulària
Barcelona- Intenso debate el que se vivió ayer en el Parlament entre el líder de la oposición, Artur Mas y el presidente del gobierno catalán, Pasqual Maragall. Mas abrió el turno de intervenciones de los grupos políticos del arco parlamentario catalán con cierta beligerancia. En su discurso, esgrimió que el presidente de la Generalitat no dibujaba –porque no veía– un concepto claro de Cataluña.
   Cuestionó, en este sentido, el patriotismo social proclamado por Maragall y le instó a enriquecerlo porque sin sentimiento, el patriotismo es como una pareja sin amor. Desempolvó la LOAPA, y recriminó a Maragall que su «canto a la unanimidad» en la reforma del Estatut pueda supeditar la ambición de Cataluña en aras del consenso, con el fin de no poner en un aprieto al Gobierno de Zapatero. Un juego que el líder de la oposición ya alertó que «no nos encontrarán» puesto que CiU se negará a aprobar un Estatut descafeinado por las exigencias del PP y PSOE. En definitiva, la intervención de Mas fue dirigida única y exclusivamente al presidente de la Generalitat. Una alusión tan directa, que obligó a Maragall a tomar la palabra en el debate con una intervención brillante que enfureció a los bancos de la federación nacionalista.
   Maragall respondió al envite de Mas sobre el Estatut al señalar que su intención no es supeditar la ambición de Cataluña a un consenso. Sin embargo, recordó que «la clave está en sus manos» –en alusión al peso parlamentario de CiU en el hemiciclo catalán–. Un debate normal sino fuera porque el mandatario catalán alertó del «peligro» de que «nos enreden» y, así, el Estado permita a Cataluña «hacer lo que quiera» para equiparar luego sus aspiraciones al resto de autonomías, –el denominado café para todos–. Con ello, la «especificidad» catalana quedaría «diluida» en una especie de «Viva Cartagena con la que los catalanes no quedemos contentos». Por ese motivo, el presidente de la Generalitat reclamó que la Constitución Española «remache el clavo» en su reconocimiento de Cataluña como una nacionalidad» y no que, simplemente, se remita a los respectivos estatutos de autonomía. A ello, Mas se mostró bastante escéptico al afirmar que «usted sabe que la reforma de la Constitución no se hará».