REFLEXIONES Y CONFESIONES

Artículo de Luis Bouza-Brey, 28-11-02.

Hace meses que me muevo entre dos impulsos contradictorios: la conciencia de que es necesario abrir un debate sobre cuestiones trascendentales, y la cautela y la resistencia a escribir sobre ellas, derivada de mi incompleto conocimiento y "amateurismo" en estas cuestiones.

Hace años, Huntington afirmaba que la modernización, en los países del Tercer Mundo, hacía que los diversos grupos —de casta, tribales, religiosos, sociales--- se sintieran sacudidos y removidos por las oleadas del cambio, chocando entre sí con nuevos conflictos no experimentados en la situación de aislamiento previa.

Pues bien, creo que hoy, ante la modernización universal de un mundo estrechamente interdependiente, se está produciendo esta crisis de encontronazos civilizatorios que es preciso encauzar y superar.

Es vital para la especie humana superar este umbral de universalización con el menor costo, y podría ser letal no encarar este problema consciente e intencionalmente. Hoy nos sentimos todos sacudidos por las oleadas cada vez más intensas del cambio universal: bombazos y catástrofes humanitarias, sanitarias, ambientales y políticas, procedentes de los que se han quedado atrás, o de la irresponsabilidad y la codicia universales; desarticulación general de los vínculos de responsabilidad y de moralidad; estancamiento institucional y desconcierto y desorientación individual y colectiva. Como especie, hemos adquirido un nivel de potencia, de incidencia sobre el mundo, que se hace peligroso para nosotros mismos si no somos capaces de darle rumbo y someterla a control.

Pero solamente seremos capaces de imponer dirección a la situación si previamente hacemos una revolución cultural. Necesitamos repensarnos: nosotros, el mundo y el sentido de todo, a fin de frenar nuestras propensiones destructivas, aumentar nuestra conciencia para superar la estrechez de nuestras percepciones actuales, y reducir los choques derivados del incremento de la densidad social de la especie.

Necesitamos crear un esquema cultural universal, limpio de adherencias particularistas, que permita acomodar a toda la especie y a sus diversas particularidades culturales y sociales.

El trabajo de los intelectuales, laicos y religiosos, es vitalmente necesario para la Humanidad en estos momentos. Pero la tarea es inmensa, desborda en gran medida los límites de la capacidad y horizonte vital individuales, necesita el esfuerzo consciente, programado y unificado de una o dos generaciones, y es apremiante, vitalmentee apremiante, y no se observa suficiente consciencia de ello.

Por eso creo que hay que abrir el diálogo y alertar de la urgencia e inmensidad de la tarea, con humildad, siendo conscientes de la cantidad de incertidumbre e ignorancia individual y colectiva, pero con firmeza, exponiendo lo que uno crea provisionalmente cierto y necesario.

CUESTIONES CUANTICAS

Utilizo el título del libro de Ken Wilber, editado por "Kairós" con el subtítulo de "escritos místicos de los físicos más famosos del mundo", para entrar en materia. Y nunca mejor dicho: la ciencia está descubriendo que la materia se desvanece, que es la estructura provisional y cambiante de una energía intemporal que subyace a todo. Incluso a nosotros mismos, aunque en nosotros hay algo que no se observa en otros niveles materiales: la conciencia como capacidad de reflexión, de retroactuación sobre nuestra concepción del mundo y de nosotros mismos, en cuanto capacidad de modificar intencionalmente nuestras percepciones y orientaciones. Tenemos un cierto grado, cambiante, de libertad, de capacidad para percibir y modificar el mundo y a nosotros mismos.

Y esta conciencia es un producto de esa energía intemporal en su desarrollo humano. La pregunta que todas las religiones y ciencias se plantean es la de si la conciencia es un resultado azaroso de la evolución de la materia en su forma humana o algo que subyace en todo el cosmos, en esa energía inmaterial de la que formamos parte. Y esa es la pregunta clave: ¿estamos solos o hay algo más? Y, en el caso de estar solos, ¿podemos gobernar la energía y dirigirla en alguna dirección? ¿existe algún sentido en todo esto? ¿podemos, o debemos, o queremos dárselo?

Muchos científicos cuánticos se admiran ante la lógica matemática presente en el cosmos, parecen descubrir la obra de un creador intencional. Aunque quizá convendría preguntarse si no se trata más bien de que la lógica matemática es la que aportamos nosotros con nuestra inteligencia, que se descubre en el cosmos como formando parte esencial del mismo. Quizá la respuesta sea que la inteligencia, la conciencia, lo que podemos llamar espíritu o poder intencional y creativo, la libertad, es la propiedad de la energía que subyace en el cosmos.

Y junto a los científicos, los místicos de todas las religiones descubren también esa unidad superior existente en todo, y en la cual estamos integrados, a pesar de la apariencia de dualidad e individualidad derivada de nuestros sentidos y percepciones naturales. A ese Todo creador y superior unos le llaman Brahman, otros Dios, otros Jehová, o Mahoma, u otras denominaciones, atribuyéndole en muchos casos propiedades absolutas como la omnisciencia o la omnipotencia, además de la ubicuidad.

Los que caminamos por esta aventura espiritual muy ligeros de equipaje, partiendo de una concepción que en algún momento hubiera llamado atea, o pantea, y que hoy nos consideramos religiosos laicos, en el sentido de sentirnos vinculados a algo trascendente desde una posición no eclesiática, independiente de cualquier religión existente, podríamos llamar a esa realidad MX, o E.... Materia elevada a una potencia, o Energía Intemporal, o Espíritu cósmico.

Pero todos parecen coincidir en que hay algo más que la realidad inmediata, algo que tiene una lógica intencional —aunque solamente seamos nosotros u otros humanos extraterrestres, todavía relativamente inconscientes, los que se la damos---, que le da un sentido a un proceso cuya finalidad y consecuencias todavía desconocemos.

A partir de estos presupuestos, ¿es posible construir un esquema cultural universal, que sea abierto a todas las creencias? ¿es posible construir una ética universal, inmanente o trascendente, o inmanente-trascendente, que pueda integrar el comportamiento de todos?

Estos extraños días, de arcaísmos redivivos, catástrofes extrañas y fenómenos apocalípticos, comenzamos a plantearnos, forzados por las circunstancias, el destino del mundo. A nivel europeo, con motivo de la ampliación y del proceso constituyente, comienza a plantearse de raíz qué modelo de sociedad e instituciones podríamos definir para el futuro.

A mi juicio, Europa sólo puede configurarse como una sociedad laica, abierta a todos los vientos e integradora, cuya base esencial sea la libertad democrática y la construcción de una ética mínima, aceptable para todas las religiones, que nos permita superar el vacío existencial y moral derivado del individualismo posesivo predominante. Es preciso replantearse el status ontológico de los valores, a partir de la concepción de un espíritu cósmico al cual hay que dar sentido, a partir de una Humanidad que llega desfondada a un final de etapa y que tiene que reenderezar el rumbo si quiere sobrevivir.

En fin, termino aquí rogándoles que disculpen mi humilde osadía. Vengo siguiendo un plan de trabajo desde hace un tiempo que me lleva a la lectura de los cosmólogos científicos actuales y de todas las tradiciones místicas, desde la cristiana, pasando por el hinduismo, el sufismo, el budismo y el judaísmo, hasta el islamismo.

Creo que ese es el programa de trabajo que hay que seguir para superar la actual situación. Opino que el  defender  la necesidad de una sociedad laica no excluye más que a aquellos integristas que pretendan destrozar y anular la libertad de todos.

Cuando haya superado en mayor medida mi actual insuficiente conocimiento volveré sobre el tema, pero me permito apremiar a aquellos que lean estas páginas a que activen las preocupaciones éticas, teológicas y místicas: es imprescindible para salir del bache.

 

Postdata: "Kairós" es una magnífica editorial para orientarse en todos estos temas,

(EDITORIAL KAIROS, SA Numància, 117-121 (Edif. CENTRE - 2.3.) 08029 BARCELONA 93.430.37.46 93.410.51.66 ) (www.editorialkairos.com)

En la actualidad estoy pendiente de recibir de "Amazon" una remesa de libros de Andrew Harvey, cuyo enfoque general me parece interesante. Y tengo pendiente la lectura a fondo de Hegel, que cada vez me parece más fundamental.