NI IRRUMPE, NI BENEFICIA

 Artículo de Ignacio SÁNCHEZ CÁMARA  en  “ABC” del 21/02/2004

EL comunicado de una banda terrorista como ETA es siempre un arma propagandística al servicio de sus objetivos criminales. Lo demás será pura excrecencia o escoria. Lo político será si acaso el móvil del crimen. Pero el móvil no altera la naturaleza criminal de la conducta. Queda luego margen para otros análisis y consideraciones. Pero el comunicado de la banda no añade nada a la ya conocida actitud de Carod-Rovira sobre lo benéfico de la exclusión de Cataluña del ámbito mortal del terrorismo, ni sobre la connivencia con ERC de quienes, como el PSC, pactan con ella. Poco o nada nuevo añade el comunicado.

Me ocuparé aquí sólo de un aspecto muy concreto del problema: la incidencia del comunicado etarra sobre la campaña electoral. Mi tesis es clara. ETA ni irrumpe en la campaña, ni la condiciona, ni beneficia o perjudica a ninguna opción política. ETA amenaza y mata. Y eso es todo. El único comunicado relevante será el que algún día anuncie su disolución y el final de su actividad criminal. Lo demás es propaganda. Que excluya a Cataluña de su teatro de crímenes es puro terror. También la exclusión arbitraria forma parte del método terrorista. La discriminación arbitraria es una forma de indiscriminación.

Mi tesis es, pues, que el comunicado de ETA ni perjudica a los intereses electorales del PSOE ni beneficia a los del PP. Su neutralidad democrática y electoral es perfecta. Lo que perjudica electoralmente al PSOE y beneficia al PP son los errores encadenados por el primero, no ya desde que se conoció, por información de ABC, la entrevista de Carod con pistoleros de ETA, sino desde que selló su alianza de gobierno en Cataluña con un partido que odia a España y aspira a destruirla. Los males del PSOE residen en su propia casa y en quienes hoy, sin merecimiento ni justificación auténticos, la dirigen. No busques fuera; busca en ti mismo. En el interior del partido habita el error. Repasemos la crónica de errores encadenados. Primero. Fue un error la formación del tripartito catalán. Un partido nacional con vocación de gobierno no debe pactar con un partido separatista. Entre el poder y la ética ganó el primero. Entre el afán de poder de Maragall y el interés de España y, por tanto, de Cataluña, prevaleció también el primero.

SEGUNDO. Fue otro error la reacción, por llamarlo de algún modo, del PSOE a la crisis abierta por la entrevista, torpe, traidora e inmoral, de Carod en Perpiñán. El tripartito que nunca debió existir continuó vivo. Tercero. El comunicado de ETA es el texto de una banda criminal. Nada más. Pero, al menos, debió servir al PSOE para corregir los dos errores pasados y no cometer uno nuevo y doble: discrepar y no hacer nada. El mantenimiento del tripartito se convierte así para el PSOE en una especie de razón de Estado, de razón de ser. En realidad, es un camino hacia el no ser. Así lo ven sus dirigentes más clarividentes y responsables, entre los que no se encuentra, al parecer, Rodríguez Zapatero. Quien perjudica electoralmente al PSOE no es ETA, sino Zapatero y Maragall. Acaso me equivoque en lo anterior pero no en lo que sigue. La división interna y las declaraciones contradictorias de dirigentes del PSOE no son debidas al comunicado de ETA sino a la falta de una reacción decente y unánime a él, quizá a la falta de una reacción sin más. ETA amenaza y mata, pero ni irrumpe en la campaña, ni la condiciona, ni beneficia al PP ni perjudica al PSOE. Amenaza y mata. Eso es todo.