DISIDENCIAS EN EL PNV

Artículo de JUSTINO SINOVA en "El Mundo" del 23-9-02

Como en toda organización fuertemente jerarquizada, en la que la adhesión es un servicio y la discrepancia un drama, en el PNV la disidencia queda amortiguada por el engranaje y sólo se manifiesta en indicios, en referencias incompletas. La disconformidad de algunos militantes por las relaciones del PNV con ETA y su entorno fue ocultada en lo posible y quedó varada en la exigencia de fidelidad frente al enemigo exterior. Toda organización cerrada ve siempre un enemigo exterior de turno.

Pero nunca le había pasado al PNV de Arzalluz que alguien le discrepara por lo contrario, es decir, por enfrentarse a ETA y Batasuna, como ha hecho ahora nada menos que Egibar, su portavoz, que no acudió el sábado a una significativa reunión del partido.Hoy o mañana Egibar dará un paso atrás y tratará de negar la evidencia, como es norma en la zigzagueante gestión de su partido, pero no podrá desmentir su malestar, que ya apuntó en algunas ocasiones previas.

Este indicio, que es más que un indicio para los peneuvólogos (toda organización cerrada también crea expertos en la interpretación de sus síntomas), revela que el PNV está sufriendo más de lo que esperaba con el proceso de ilegalización de la antidemocrática Batasuna. Quienes alertaban de las negativas conse- cuencias que podría originar la reforma de la Ley de Partidos y quienes se alarmaban por la tensión inso- portable que iba a causar la suspensión de Batasuna por el juez Garzón, tienen ya elementos suficientes para reconocer su error. En las dos últimas semanas los valentones sponsors de ETA no han mantenido la mirada ante la cara firme del Estado sino que han demostrado que ellos también se arrugan. Y el PNV, que anunciaba la llegada de las siete plagas y pensaba poder dominar la protesta frente al Estado, se ha visto entre dos fuegos: criticado en el mundo etarra por cumplir el Gobierno vasco alguna de sus obligaciones en el proceso contra Batasuna y descubierto definitivamente en Europa por el imposible equilibrio de presumir de democrático y de aliarse con los totalitarios a un tiempo.

Desde luego, el curso de la Historia ha cambiado para Batasuna y todo lo que tiene detrás, pero el paso en firme que ha dado el Estado, después de tantos años de amilanamiento, ha afectado también seriamente al PNV. Una vez más, pero ésta de manera bien grave, la voz de la razón le dice que debe optar por la democracia antes que por el nacionalismo totalitario y violento.Aun a riesgo de que se vayan los que piensan como Egibar (lo que al final no sería una tragedia sino un favor).