UNA HIPOTECA COMO UNA LOSA

 

  Artículo de Ignacio Villa en “Libertad Digital” del 13.12.2003

 

No será porque el señor Zapatero no estuviera avisado. La que se va a montar en Cataluña se veía venir. Y lo que viene es una auténtica bomba. La política errática y sin sentido que desde hace meses está organizando el secretario general del PSOE con la ayuda –¿inestimable?– de su equipo está llegando a su final. El escalofriante pacto de gobierno que Pascual Maragall ha firmado con ERC e IC es el pacto de la renuncia a todos los principios del Partido Socialista; es el pacto de lo políticamente increíble y de los estratégicamente inexplicable. Zapatero y Maragall, Maragall y Zapatero están dinamitando cualquier dimensión nacional del PSOE. Han conseguido explosionar cualquier vestigio de sentido común en el partido más importante de la oposición, y eso es de una gravedad que el tiempo nos irá enseñando y demostrando.

 

Del documento firmado y suscrito por los tres partidos que van a conformar la nueva mayoría en Cataluña, hay muchas cuestiones de una gravedad institucional y constitucional inaudita. Es más, no podemos olvidar que desde el Gobierno central se han recordado las raíces inconstitucionales que puede entrañar este pacto. Pero, en esta ocasión, nos quedaremos con una cuestión que puede significar el final político de Zapatero, y que será una pesada losa para quien le suceda como secretario general tras los previsibles resultados de las generales de marzo.

 

Nos referimos al acuerdo para que PSC, ERC e IC mantengan una disciplina de voto unificada en el Congreso de los Diputados –como si de un grupo parlamentario único se tratara– en la próxima legislatura. Dicho de otro forma, el Partido Socialista perderá un buen grupo de diputados catalanes en las votaciones. Todos ellos, antes de apretar el botón, no tendrán que mirar hacia los escaños que ocupe la dirección parlamentaria socialista; sino que tendrán que mirar dócil y humildemente hacia la exigua representación de ERC para saber qué tienen que votar. Digan lo que digan, es muy difícil creer que esto ilusione a muchos dirigentes socialistas. Lo más grave no es que haya una disciplina de voto en Madrid del "tripartito" catalán, lo escandaloso es que los diputados catalanes del PSOE pierdan toda autonomía en el voto y dependan, se esclavicen a las decisiones, por arbitrarias que puedan parecerles, de los republicanos catalanes.

 

De este modo lamentable, la dirección del PSOE hipoteca su independencia y su prestigio, su historia y su trayectoria parlamentaria. Zapatero está batiendo todos los récords. Es imposible cometer más errores en menos tiempo. Dejar enajenado hasta tal punto el futuro del partido no puede entusiasmar a nadie. Sin embargo, Almunia, Solana, Chaves, Bono, Ibarra, incluso el propio González, asisten enmudecidos a la almoneda. Como nadie levanta la voz, Zapatero sigue. A este paso, en marzo, Ferraz será un solar.