ALMODÓVAR, EL DEMÓCRATA

Artículo de Edurne Uriarte  en “ABC” del 15 de abril de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

Con un muy breve comentario a pie de título:

COINCIDENCIA SOBREVENIDA Y PARCIAL

Luis Bouza-Brey (15-4-10, 11:30)

Hoy, en la primera lectura matutina de la prensa, encontré un magnífico artículo de Hermann Tertsch que me suscitó ideas para un  comentario. Ahora, dos horas después, me encuentro con este artículo de Edurne Uriarte que apunta una explicación parcialmente coincidente con la mía, de atribuir el comportamiento golpista a ignorancia, en el caso de Almodóvar. Pero esta explicación no es válida para el caso de dirigentes políticos presentes en el acto golpista de la Complutense, como Ministros o Secretarios de Estado, o dirigentes o liberados sindicales, que tienen tiempo de sobras para educarse en los principios democráticos, y mucho menos válida para fiscales o profesionales del Derecho allí presentes.

Lo que hay, en unos casos, sí que es ciertamente ignorancia, pero en otros es sectarismo golpista, antifranquismo atrofiado, izquierdismo antidemocrático, comunismo anquilosado, o simplemente estupidez supina.

Un gran artista puede ser un gran botarate. Y lo digo en el sentido literal del término botarate, el del hombre alborotado y de poco juicio. Botarate de la democracia, torpe en el entendimiento del pluralismo, en la comprensión del Estado de Derecho, de la separación de poderes. Necesitado de un curso intensivo de Educación para la Ciudadanía que Almodóvar no quiso cultivar en la Transición ni treinta años después.

Hay mucho de eso en la movilización por Garzón, ignorancia más que totalitarismo, aunque hubiera tanto de lo último en el acto de los sindicatos en la Complutense. Tozuda cerrazón a admitir la sustancia jurídica del caso Garzón, empeño cerril en convertirlo en asunto político.

Incluso las lamentables incursiones anteriores de Almodóvar en el debate político pertenecen más bien a ese género. Al del joven antifranquista que no quiso enterarse de la evolución democrática de su país. Cuando leyó aquel manifiesto contra la guerra de Irak, allá por 2003, y se unió a los gritos de los manifestantes que coreaban ¡asesinos! ¡asesinos! contra el Gobierno. O, tras el atentado del 11-M, cuando afirmó que había sido un precio muy alto, pero que por fin volvíamos a la España democrática, cosa que habíamos dejado de hacer durante ocho años. O cuando acusó al PP de haber preparado un golpe de Estado. O, años después, en 2009, cuando declaró a la revista L´Express que, desde hace tiempo, España está aplastada por el PP que ha mostrado su cara más retrógrada y más reaccionaria.

En la presentación del encierro por Garzón, con aquellas glamurosas gafas de sol de interior, Almodóvar me recordó a otra botarate ilustre, Meryl Streep, que afirmó en San Sebastián aquello de que ella se exiliaba y se iba a vivir allí si Obama no ganaba las elecciones. Con el desparpajo tontuno de quien no había leído jamás una sola línea sobre ETA.