PSOE E IU DESCALIFICAN LAS OPINIONES DE
AZNAR Y EL PP LAMENTA QUE SE PERSIGA AL EX PRESIDENTE POR LO QUE OPINA
Noticia
en “La Estrella Digital” del 24.09.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que
sigue para incluirlo en este sitio web
Con un comentario al
final:
TIRAR DEL HILO:
MELINDRES DE MOJIGATERIA
OCCIDENTAL-“PROGRESISTA”.
Luis Bouza-Brey, 24-9-06,
9:00.
Las
declaraciones del ex presidente José María Aznar en un centro de estudios de
Washington, en las que apuntaba que mientras se escuchan peticiones para que el
Papa pida perdón por sus palabras sobre el Islam no oye "a ningún musulmán
que pida perdón por conquistar España y estar allí ocho siglos", han
desatado la polémica. En pleno debate por el discurso del Papa sobre el Islam,
las declaraciones de Aznar han provocado una cadena reacciones en la política
nacional: PSOE e IU calificaron de belicistas y propias de enciclopedias
franquistas sus reflexiones, mientras que el PP lamentó que se persiga a Aznar
por lo que opina.
Durante una conferencia que pronunció en el "Instituto Hudson", un
centro de estudios de Washington, Aznar apuntó que mientras se escuchan
peticiones para que el Papa pida perdón por sus palabras sobre el Islam,
"no oigo a ningún musulmán que pida perdón por conquistar España y estar
allí ocho siglos".
El portavoz del grupo socialista en el Congreso, Diego López Garrido, afirmó
que mientras el ex presidente del Gobierno Felipe González "está
trabajando por la paz", Aznar mantiene una posición "agresiva y de
confrontación". Frente a esta posición "belicista y de echar leña al
fuego" está el trabajo de Felipe González "en favor de la paz",
dijo López Garrido, quien recordó el reciente viaje a Irán.
Para el líder de IU, Gaspar Llamazares, Aznar tiene una concepción de la
historia de España "que parece de los cuadernos Rubio y de las
enciclopedias franquistas". Señaló que no se puede plantear que los
musulmanes pidan perdón por su etapa en España y criticó a Aznar por situarse,
"como siempre, en clave de conflicto o de guerra".
El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, lamentó que se
"persiga" a Aznar "por lo que dice y por lo que opina en un
momento determinado y a miles de kilómetros de España", cuando otros ex presidentes
de Gobierno "tienen visitas o relaciones más polémicas y
comprometidas".
Instó a "respetar las opiniones de los demás, verlas con distancia y no
vivir con la obsesión permanente de qué puede decir una persona absolutamente
respetable como es el ex presidente del Gobierno de este país, y que tiene
derecho a expresarse en los términos que considere oportunos".
El líder del PP, Mariano Rajoy, al comenzar un coloquio con jóvenes de Nuevas
Generaciones, afirmó que había llegado a su XII Congreso a "hablar de los
problemas de la gente" porque, dijo, él no se "ocupa ni de la
historia, ni de Franco, ni de la Guerra Civil, ni de la invasión de los árabes
en el año 711".
El presidente del PPC, Josep Piqué, comentó que "estamos muy acostumbrados
a ver como los demás siempre nos exigen disculpas de cosas que, además, han
sucedido hace muchos años". "Creo que lo que Aznar quiere poner de
relieve es que esta dinámica es un tanto absurda porque si todos empezásemos a
reclamar disculpas de todos los hechos históricos creo que sería absolutamente
estéril".
La concejala popular en el Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, al ser
preguntada por las declaraciones de su marido, afirmó que "suelo estar de
acuerdo" con el "presidente de honor de mi partido". Botella
preguntó a su vez a los periodistas si creían "que el Papa tiene que pedir
perdón" por lo dicho sobre el Islam: "Yo no", respondió.
La portavoz de IU en el Ayuntamiento, Inés Sabanés,
calificó de "irresponsables y negativas" las declaraciones "seguidistas" de Ana Botella. Según Sabanés,
IU de Madrid valora estas declaraciones "como una irresponsabilidad más
dentro de la escalada de crispación e intereses partidistas y electorales"
del PP.
Comentario final:
TIRAR DEL HILO:
MELINDRES DE MOJIGATERIA
OCCIDENTAL-“PROGRESISTA”.
Luis Bouza-Brey, 24-9-06,
9:00.
Hoy me voy a permitir un exceso de inferencias. Voy a especular,
yéndome al fondo del trastero de la psicología colectiva. Es arriesgado, así
que les expreso mi deseo de no derrapar, pese al riesgo de la operación.
Ayer leía primero las declaraciones de Aznar
que sirven de base a esta noticia y, posteriormente, otras de Acebes
en las que afirmaba la "traición" que supondría que se creara una
mesa de partidos en Euskadi sin que ETA se disolviera previamente. Y después de
leerlas me planteaba cómo había llegado a ser posible en este país que unos
dirigentes con tanto sentido común y entereza hubieran llegado a ser puestos en
cuarentena como apestados por ciertos sectores de la opinión pública.
Finalmente, hoy veo las respuestas a las declaraciones de Aznar
en esta noticia de "La Estrella Digital" y me decido a intentar tirar
del hilo de una explicación de psicología colectiva para intentar dilucidar en
qué estado nos encontramos como país.
Para empezar: hay gente que mata suicidándose para castigar a
cruzados, infieles y apóstatas, y recuperar para el integrismo islámico un
Califato que incluye Al Andalus. Y nos encontramos
también que por estos barrios próximos hay gente que mata ---sin suicidarse---
por eliminar españoles y recuperar una Euskalerria
que incluya el país Vasco francés, Navarra y Euskadi.
¿Qué hacer frente a estas realidades? Chamberlain y Daladier adoptaron una línea de respuesta en Munich en los años treinta frente a un fenómeno análogo, y
ya conocen las consecuencias. La naciente democracia española adoptó una
respuesta similar hasta los años noventa y el número de asesinatos y
agresiones, así como la fortaleza de ETA, fue creciendo imparable. Y en la
actualidad, en Europa, comienza a seguirse la misma pauta de cesión y
negociación frente al totalitarismo delirante, y corremos el riesgo de perder
las batallas iniciales de la guerra nuevamente.
¿Por qué Europa, Euskadi, España y también hoy Cataluña repiten
esta pauta de intentar asimilar e integrar la patología del delirio paranoico
en su sistema político, sin llegar a aprender de la experiencia que este
intento conduce al fracaso y a una crisis terminal del sistema?
Si uno recuerda el Pacto Briand-Kellog
de 1927, en el que se declaraba la renuncia a la guerra como forma de resolver
los conflictos internacionales, firmado por Alemania incluso en 1929; si se
releen simultáneamente los testimonios históricos autobiográficos reveladores
de la hipocresía pragmática de los dirigentes nazis, contrastándolos con las
ilusiones ideológicas pacifistas de diversos actores políticos de aquellos
años, quizá se pueda extraer una conclusión general. La de que de que una vez
conseguida la libertad después de sufrimientos humanos que suelen durar siglos,
algunos de los sectores que disfrutan de ella pierden la consciencia de su
carácter agónico, del esfuerzo de atención y defensa permanentes que implica el
mantenimiento de la libertad. Por ello, los que han heredado la libertad, en
ocasiones no conocen sus requisitos de supervivencia, ni saben defenderla, y
consideran válida cualquier ocurrencia o patología totalitaria que
irremisiblemente la ponen en crisis e intentan destruirla. Camus y Sísifo nos
alertan de este peligro.
Lo que algunos llaman "buenismo"
y otros "talante", el idealismo iluso y amorfo de los herederos de la
libertad, carentes de principios y esquemas globales que vertebren su acción, y
cuyas carencias les incapacitan para percibir los límites y patologías de
la realidad, no constituye una virtud, como afirmaba Rodríguez Ibarra estos
días. Constituye, por el contrario, una patología que dilapìda
la herencia recibida y la pone en manos de sus enemigos, con el pretexto justificativo
de estar actuando en función de lo que la gente quiere. La misma gente que
disfruta de la libertad sin ser consciente de la necesidad de defenderla, sin
sentido "respublicano" del interés general,
y encerrada en el hedonismo y el relativismo del consumo y la telebasura
("panem et circenses").
Kennedy, el hombre clave de la crisis de los misiles de Cuba a
principios de los años sesenta, decía que se consideraba un idealista sin
ilusiones. Uno se considera un idealista no iluso, es decir un realista con
valores. La patología del idealismo es la candidez, o la tontería; la del
realismo es el cinismo.
¿Y cuáles son esas patologías de la realidad que los melifluos
oportunistas son incapaces de percibir? En primer lugar, y comenzando por
nuestra realidad inmediata, la "memoria histórica". Algunos han hecho
de la putrefacción de las llagas su razón de ser, y en ocasiones su "modus
vivendi". Habría que decirles a estos sufridores profesionales que abuelos
y padres heridos o muertos los hemos tenido casi todos, pues hemos sufrido una
guerra civil de la que, por dignidad y necesidad de convivencia, habíamos
conseguido salir. El pueblo español fue consciente de esta necesidad y
transformó en minorías a los de las llagas putrefactas ---los de los "bunkers"---
de un bando y otro, en las primeras elecciones en que tuvo la oportunidad de
expresarse. Pero ahora, treinta años después, unos botarates armados de
manuales antifranquistas pretenden darnos lecciones a todos de revancha
histórica sin mandato para ello, dando entrada en la configuración de las
políticas a las minorías rechazadas y ensimismadas en miasmas de resentimiento
histórico. Nuestros melifluos botarates les han dado la hegemonía a las
minorías deslegitimadas por las urnas.
Y todo ello, por el afán de gobernar en función de ideologías y
menospreciando la realidad, lo que lleva a nuestros gobernantes a no acertar ni
una: no han hecho más que crear problemas, desmontando el orden constitucional
y político y fomentando el desgobierno en todos los temas de su agenda
política. Son como zombis que dicen que el socialismo debe preocuparse más de
la diversidad que de la igualdad; que confunden un confederalismo
precontemporáneo con el federalismo moderno; que dan
barra libre a una avalancha de inmigrantes africanos o europeos que destruirá
la estabilidad económica y social del país si no se controla; que desmantelan
el Estado y rompen los principios de igualdad, libertad y solidaridad; que
resucitan a la ETA agonizante y nos hacen retroceder varios años en la lucha
contra el terrorismo; que traicionan a nuestros aliados democráticos y se alían
con los enemigos de la libertad y con el populismo reaccionario; que
fomentan y apoyan la patología particularista de nuestros nacionalismos
periféricos. En fin, que son similares a una plaga de langosta que asola el
país, desestabilizándolo en todas sus dimensiones.
Y, finalmente, estirando del hilo vuelvo al principio, puesto
que las respuestas de estos botarates y acompañantes me confirman en el
diagnóstico de que existe una patología ideológica en este país que se
manifiesta en todos los momentos y dimensiones del proceso político. Aznar
tiene razón, pero no sólo los islamistas no han pedido perdón como exigen a los
occidentales por las cruzadas posteriores a la
invasión musulmana, sino que no lo van a
pedir, porque lo que pretenden es volvernos a invadir en cuanto puedan. Y
decir esto no es belicismo y provocación. Al contrario, es reconocer una
realidad que nuestros masoquistas acomplejados se niegan a ver, y es que cada
vez mueren más personas asesinadas por "mártires" suicidas, que
quieren destruir la libertad e imponernos el totalitarismo teocrático del
fundamentalismo islámico. Que quieren imponernos la vuelta a la Edad Media, con
el apoyo del caballo de Troya del islamismo en Europa y del quintacolumnismo
del sedicente "progresismo" europeo masoquista y anquilosado.
Termino ya: como ven, tirar del hilo me ha llevado por diversos
senderos de la conciencia, impulsándome al uso de adjetivos y conexiones de
sentido heterogéneas. Creo que no he derrapado y le he llamado a las cosas por
su nombre, aunque me haya estrellado contra las normas de la corrección
política. Pero o despertamos o nos despertarán las ocas del Capitolio con sus
graznidos cuando ya no haya solución.